Mientras una treintena de agricultores de la Araucanía eran recibidos en La Moneda para evaluar el plan de militarización que a la postre anunciaría el Gobierno, en la Plaza de la Constitución se desarrollaba una protesta que exigía justicia y denunciaba casas quemadas y derechos humanos violentados. Era una protesta orquestada contra los mapuche, tal como fue el bullado caso de los «chocman» en la cuenta anual del 21 de mayo en Valparaíso.
La señal iraní HispanTV en Chile, conversó con empleados de los agricultores que se reunieron con el Gobierno. Con frases y carteles prehechos, los llevaron a protestar frente en la Plaza de la Constitución, señalando que habían quemado sus casas. No eran suyas, sino de sus patrones, y los carteles los habían hecho otras personas para presionar por los últimos hechos de violencia en el sur del país.
Así queda de manifiesto con el testimonio de Héctor Pinilla, empleado de un agricultor de la zona quien sostenía un dramático cartel señalando que había perdido su casa, quemada a manos de comuneros mapuche. Sin embargo, al conversar con la señal iraní, no sabe bien de qué se trata la manifestación y señala que fue una orden se su patrón, quien se encontraba reunido con el comité de seguridad que analiza el caso.
El hecho, calificado en las redes sociales como montaje, se condice finalmente con las medidas adoptada por el Plan Especial de Seguridad para La Araucanía, que en seis de sus nueve puntos, se refiere al control policial y facilitación de los procesos judiciales por hechos de violencia. Le siguen dos puntos referidos a la defensa de las víctimas y apenas una medida en defensa de las comunidades indígenas.
VIOLENCIA CONTRA MENORES
Nada, sin embargo, ha dicho el gobierno por los casos de menores heridos con perdigones durante el desalojo de los fundos La Romana y Montenegro este lunes 23, luego de que cerca de 80 comuneros fueran desalojados por 200 efectivos de la policía militarizada.
En la ocasión F.M., de 12 años, resultó herida con perdigones en la espalda y las piernas. J.M., de 17 años, recibió ocho perdigones en la sien izquierda y tuvo que ser trasladado urgentemente al hospital de Angol, donde fue operado. Según la versión de los comuneros, “los carabineros llegaron de manera agresiva y de inmediato empezaron a disparar gases lacrimógenos y perdigones”.
Revise también el despacho de HispanTV respecto a los últimos hechos del conflicto mapuche.
Por Leonel Retamal Muñoz
El Ciudadano