En Avenida O’Higgins con Erasmo Escala estaba el domicilio de quien fuera alcalde Chillán hasta el 16 de septiembre de 1973: el socialista Ricardo Lagos Reyes. Fue ese día cuando una patrulla de carabineros llegó al lugar y dio muerte al edil, a su esposa Alba Ojeda Grandón, embarazada de 8 meses y a su hijo Carlos Eduardo Lagos Salinas, estudiante de 20 años.
Aunque la versión oficial habló de un enfrentamiento, pronto quedó claro que todos habían sido asesinados en el patio de la casa. Cuarenta y cinco años después, en esa misma esquina, cerca de un centenar de militantes socialistas, amigos, representantes de organizaciones de derechos humanos y autoridades, se reunieron para recordar a Ricardo Lagos y su familia.
Fue una jornada emotiva la que se vivió el domingo 16 de septiembre en Chillán Viejo. Con fotos de la familia acribillada, más la imagen del otro hijo, Ricardo Lagos Salinas, detenido el 17 de junio de 1975, fecha desde la cual se encuentra desaparecido; más claveles rojos y banderas del Partido Socialista, los asistentes escucharon a quienes hablaron en la ocasión.
Primero, un relato conmovedor hizo Patricia Paredes, viuda de Ricardo Lagos Salinas, al recordar lo vivido por ella y la familia, en estos años de dolor y búsqueda.
También tuvo palabras para recordar a quien fuera alcalde de Chillán entre 1972 y 1973, la concejala socialista Alejandra Martínez, presidenta del comunal Chillán Viejo, quien comentó que quienes trabajaron junto a él en la Municipalidad, “lo recuerdan como un hombre fraterno, sobretodo en momentos en que por diversas razones no hubo fondos para cancelar los sueldos de los funcionarios, emergencia que el edil superaba poniendo dineros de su propio bolsillo”.
Finalmente, hubo otras intervenciones y también música, para finalizar con el simbólico gesto de depositar claveles rojos al pie de un árbol, junto a la foto de Ricardo Lagos. Un nuevo acto de memoria, a 45 años del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
El proceso judicial
En agosto de 1990 el caso por la investigación de lo ocurrido con Ricardo Lagos y su familia fue reabierto, sin embargo, sólo en marzo de 2003, el entonces ministro de fuero Daniel Calvo dictó los primeros procesamientos en contra de los ex carabineros Juan Francisco Opazo Guerrero, Pedro Ernesto Loyola Osorio y Arturo Manuel Alarcón Navarrete, junto al ex teniente Patricio Enrique Jeldres Rodríguez, todos en retiro. Este último, llegó a ser Jefe de la Zona Metropolitana con el grado de general.
Posteriormente, Calvo fue sacado de las causas de derechos humanos y este proceso lo asumió el ministro Joaquín Billard, quien en agosto de 2008, dictó sentencia, condenando a la pena de cinco años y un día al carabinero Luis Gajardo Arenas, mientras que Jeldres Rodríguez fue condenado a tres años y un día con el beneficio de la libertad vigilada, por el homicidio calificado de Lagos, su esposa y su hijo.
En tanto, a Pedro Loyola y a Arturo Alarcón los sobreseyó. Junto con eso, determinó que los dos condenados y el Fisco de Chile debían pagar una indemnización de 30 millones de pesos a Patricia Paredes Parra, querellante en la causa.
Así, tras varios años de tramitación, en julio de 2010, la Corte Suprema dictó su sentencia con el voto en contra de los ministros Segura y Ballesteros, quienes estuvieron por acoger la excepción de la prescripción de la acción penal. De los dos condenados que quedaban en este proceso, el máximo tribunal finalmente sólo dejó uno: Luis Gajardo Arenas, condenado a 5 años y un día de presidio por su participación como autor en los tres homicidios. Sin beneficios.
En tanto Patricio Jeldres Rodríguez fue absuelto de la acusación como encubridor de los tres homicidios por no tener participación, según estimaron los integrantes de la Segunda Sala Penal, ministros Nibaldo Segura, Jaime Rodríguez, Rubén Ballesteros, Hugo Dolmestch, y el abogado integrante Nelson Pozo.
De lo ocurrido con las víctimas, la información que entregó la autoridad local señaló que los afectados se habrían enfrentado con personal de Carabineros que concurrió a su domicilio con el objetivo de detenerlos. Sin embargo, testigos de los hechos han señalado que al momento de llegar el grupo de carabineros y militares, el domicilio fue allanado y la familia ejecutada, no existiendo nunca un enfrentamiento con la fuerza pública.
Otros testimonios agregan que el operativo se había iniciado horas antes, cerrándose los accesos al domicilio de la familia Lagos. El certificado de defunción de Lagos Reyes señala como causa de muerte: “Heridas múltiples por arma de fuego”.
Los cuerpos de los tres ejecutados fueron retirados desde la morgue de Chillán por dos médicos amigos de la familia, que se encargaron de darles sepultura.
Publicado por Tribuna del Bío Bío