Racista, misógino, homofóbico y sectario, también le gusta promover la violencia armada entre niños y jóvenes, así como la tortura, la persecución, el odio y la discriminación como solución política. Así es Jair Bolsonaro, el candidato a la Presidencia de Brasil, que este domingo -7 de octubre de 2018- se convirtió en la opción más votada en la primera vuelta de los comicios presidenciales en el «Gigante Suramericano».
Un mes antes, el 6 de septiembre, Bolsonaro resultó herido durante un acto de campaña electoral en la ciudad de Juiz de Fora, Minas Gerais (al Sureste de Brasil), por un hombre que le propinó una puñalada, motivado por una «orden de Dios».
Sin embargo, más allá de causar un daño físico al candidato ultraderechista, el acto violento catapultó a Bolsonaro hacia la cima de la intención de voto, hecho que se sumó además con la inhabilitación definitiva de la candidatura del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra como preso político del régimen de facto de Michel Temer.
El resultado de la primera vuelta dejó un panorama alarmante, luego que Bolsonaro –a pesar de su perfil segregacionista- obtuviera 46% de los votos (49 millones 275.360), por encima del progresista y sustituto de Lula por el Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, quien recolectó 29,3% (31 millones 341.840 votos).
Sin embargo, a pesar del margen a favor que sacó Bolsonaro, la contienda por la Presidencia de Brasil aún no está definida, pues el tercer candidato más votado, Ciro Gómez, del Partido Democrático Laborista (PDT), que ganó 13 millones 344.074 votos -12,5%- sumaría su apoyo a Haddad, así como posiblemente lo harán otros postulantes para evitar que Bolsonaro gane definitivamente en segunda vuelta.
Una victoria de Bolsonaro colocaría a Brasil -en definitiva- como un “gobierno legítimo” que muy posiblemente alentará el recorte de inversión social dirigido a los sectores más vulnerables y con ello el cierre a programas de ayudas económicas a los sectores más empobrecidos de Brasil.
Estas políticas neoliberales, según el propio Bolsonaro, irían acompañadas por una reducción de Ministerios, reformas contra los jubilados, privatización de empresas del Estado, aumento de la persecución política, incremento de la violencia armada y aumentar su “colaboración” con el gobierno supremacista de Donald Trump en Estados Unidos y sus acciones para erradicar el progresismo en la región.
Una realidad bipolar
Sobre el posible escenario brasileño, el diputado uruguayo del Frente Amplio Roberto Chiazzaro declaró a Sputnik que en Brasil existe una realidad bipolar que ha llevado al país a “una situación de crisis, política, económica y social».
Ese “bipolarismo”, explica el legislador hace que la ultraderecha y las fuerzas progresistas brasileñas se enfrente no sólo en lo ideológico, sino también en la visión económica e incluso en “conceptos de la vida” que son “radicalmente opuestos».
Sin embargo, para Chiazzaro, la postura radical y delirante de Bolsonaro contra la cordura y visión progresista que representa Haddad, terminará polarizando la mayoría del apoyo de los brasileños hacia la candidatura que representa al Partido de los Trabajadores, que busca recuperar el crecimiento y desarrollo social que vivió el país con Lula como Jefe de Estado.
Pero un panorama grave ante esa posible victoria de Haddad, es que Bolsonaro se niegue a reconocer su derrota, sobre todo luego de ganar en la primera vuelta, lo que ocasionaría una fuerte división política en el país que llevaría a un escenario de escalada de violencia incalculable, escenario que es muy previsible por la abierta postura de los simpatizantes del candidato ultraderechista al uso de armas para imponerse políticamente.
Bolsonaro, un candidato de los militares y el fascismo. Haddad, un eventual Macri
Para la diputada argentina Romina del Plá, del Partido Obrero-Frente de Izquierda, Bolsonaro representa en Brasil la imposición de las fuerzas militares de la derecha y del fascismo que se enquistó en ese país durante los años de la dictadura militar que comenzó tras el golpe de estado de 1964, y se extendió hasta 1985.
De hecho, Bolsonaro se ha mostrado abiertamente a favor de la dictadura y ha expresado extrañar los métodos de tortura, asesinatos, desaparición y persecución política que fueron aplicados por el régimen militar durante más de dos décadas.
Además, al tener en cuenta que actualmente Brasil es gobernada por un régimen de facto que se instaló tras el golpe parlamentario contra la presidenta constitucional, Dilma Rousseff, la parlamentaria argentina considera que el proceso electoral actual en el país suramericano, se encuentra “fuertemente” condicionado, porque además “parte de una irrealidad que es la intervención de una suerte de golpe institucional» para impedir la candidatura de Lula.
Citada por Sputnik, Del Plá señaló que al no estar Lula como candidato, su partido no se inclina por ningún de los postulantes principales, primero porque Bolsonaro «es un candidato de los militares, derechista y fascista»; y porque Haddad «plantea llevar adelante una política similar a la de Macri en Argentina”.
Un resultado que predice una tragedia para la región
Ricardo Antunes, sociólogo marxista brasileño, entrevistado por el portal lahaine.org sobre la situación en Brasil, indicó que lo más alarmante de Bolsonaro es que tiene una propuesta “fascistizante, combinando una concepción de extrema derecha pro dictadura militar con un neoliberalismo económico profundo y devastador, en un cuadro como el brasileño que es muy crítico”.
Además, sostiene Antunes, que lo único previsible es que si Bolsonaro termina siendo Presidente de Brasil, Latinoamérica se verá amenazada, sobre todo países como Venezuela y Bolivia, que son fronterizos al país suramericano.
“El impacto de una victoria de extrema derecha sería muy fuerte (…) y esto tendrá consecuencias en Venezuela, en Bolivia”, sobre todo ante las más recientes amenazas de Colombia, Estados Unidos y Guyana, que han mostrado su interés de ejecutar una intervención militar en Venezuela para terminar con el gobierno constitucional del presidente, Nicolás Maduro.
Para evitar una victoria de Bolsonaro, Antunes subraya que es fundamental “hacer un esfuerzo muy grande, no solo de la izquierda sino también de sectores de centroizquierda como Ciro Gómez y Marina Silva, para intentar con la fuerza de los movimientos sociales y populares ganar la disputa contra el fascismo”.
El prestigioso intelectual Manuel Castells ha manifestado recientemente en una carta abierta que «Brasil está en peligro. Y con Brasil el mundo. Porque después de la elección de Trump, de la toma del poder por un gobierno neo fascista en Italia y por el ascenso del neonazismo en Europa, Brasil puede elegir presidente a un fascista, defensor de la dictadura militar, misógino, sexista, racista y xenófobo, que ha obtenido 46% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.»
Incitación a la violencia, el lado más perverso de Bolsonaro
Una de las banderas de Bolsonaro en su camino a la Presidencia ha sido ofrecer armas a la población y armar a los civiles para que enfrenten la alta criminalidad en Brasil.
En torno a ese tema, el candidato ultraderechista ha mencionado de manera reiterada que los brasileños deben estar armados porque sólo así podrán hacer respetar sus derechos. De hecho, dentro de sus actos políticos ha mostrado a niños haciendo señas con sus manos de portar pistolas y dispararlas.
Tal ha sido su defensa hacia el uso de las armas, que el fabricante brasileño de armas Taurus -líder mundial en la producción de revólveres- evidencia una apreciación de sus acciones en la bolsa de 230% desde que comenzó la campaña electoral y con el posible triunfo del ultraderechista.
Un despacho de la agencia EFE menciona: “Taurus, una empresa con sede en el sureño estado de Río Grande do Sul, tiene títulos ordinarios y preferenciales negociados en el Nivel 2 de la bolsa de Sao Paulo, que han experimentado una subida exponencial coincidiendo con la subida del ultraderechista en los sondeos”.
Bolsonaro, quien es además capitán en la reserva del Ejército, ha prometido condecorar a los policías que maten a «10, 15 o 20 delincuentes”.
“Impulsadas por este discurso, las acciones ordinarias (FJTA3) de Taurus, que el 15 de agosto, un día antes de comenzar la campaña electoral, cerraron a un precio de 1,85 reales (0,48 dólares), alcanzaron este viernes, en la última sesión antes de las elecciones, un valor de 7,60 reales (1,97 dólares), lo que representa una subida del 311% en el periodo. Sólo en la jornada de este viernes subieron un 46,4%, en un movimiento altamente especulativo y que se produjo un día después de que el candidato laborista Ciro Gomes, tercer favorito en las encuestas, alertara sobre ello en el debate televisado emitido en Globo, la cadena más importante de Brasil”, cita EFE.
«Hay varias personas asociadas a la pandilla de Jair Bolsonaro ganando dinero con la evolución de los sondeos», advirtió Gomes, aspirante por el Partido Democrático Laborista (PDT), citando directamente a Taurus.
Los títulos preferenciales (FJTA4) del fabricante de armas, por su parte, cerraron el viernes en los 5,60 reales (1,45 dólares), lo que significa que han escalado un 148% durante la campaña.
«Esa reacción con Taurus es completamente especulación, no tiene ningún fundamento y está totalmente relacionada con el mejor desempeño de Jair Bolsonaro en los últimos sondeos electorales», afirmó a Efe Rafael Passos, analista de Guide Investimentos.
«Se debe a que Bolsonaro podría adoptar una política dirigida para Defensa y beneficiar ese sector aquí en Brasil, pero es completamente especulación», incidió. De acuerdo con Passos, los inversores creen que con el ultraderechista en el poder puede haber «un aumento de los gastos principalmente de Defensa y ahí Taurus podría beneficiarse de eso».
Taurus -que exporta para más de 85 países y fue fundada en 1939- posee cuatro plantas industriales, tres de ellas en Brasil y una en Estados Unidos, el primer exportador de armas del mundo. Esta empresa es además líder mundial en la fabricación de revólveres y una de las mayores productoras de pistolas, siendo la cuarta marca más vendida en el mercado norteamericano.
Bolsonaro, quien tiene como uno de sus gestos favoritos hacer que dispara con las manos, propone además que sea revisado el Estatuto de Desarme, que entró en vigor en Brasil en 2003 y permitió una reducción en el número de armas compradas como en los indicadores de homicidios.
Brasil, segundo socio del comercio militar de EEUU
En un análisis político realizado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) -institución dedicada a la investigación, estudio y análisis de los fenómenos políticos, económicos y sociales de América Latina- titulado: EEUU avanza sobre el Brasil de Temer y publicado el pasado 27 de mayo de 2018, se explica como el régimen de facto que encabeza Michel Temer, ha privilegiado los intereses del gobierno y empresarios estadounidenses sobre su soberanía y necesidades del pueblo brasileño.
Cita el informe de la CELAG que con la llegada de Temer al poder, el Ministerio de Defensa de Brasil y el Departamento de Defensa estadounidense concretaron -en marzo de 2017- la firma del Acuerdo de Intercambio de Información sobre Investigación y Desarrollo (MIEA – Master Information Exchange Agreement), que proporciona la expansión de la colaboración en investigación y desarrollo, y fomenta desarrollo de nuevas e innovadoras tecnologías de defensa.
Este convenio convirtió a Brasil como el segundo socio comercial en la industria de defensa de EEUU en América Latina, después de México. Este proceso se agilizó luego de una reunión realizada el 30 de septiembre de 2016 -un mes después del golpe contra Dilma- cuando se realizó el primer “Diálogo entre las Industrias de Defensa de Brasil y EEUU” en Brasilia.
Un informe del Ministerio de Defensa de EEUU -citado por el CELAG- en el primer año de trabajo con el gobierno de Temer, se lograron “avances” en los controles de exportación y otras cuestiones reglamentarias. Posteriormente -en octubre de 2017- se realizó en Washington el segundo encuentro EEUU-Brasil en este ámbito, el que participaron representantes del Departamento de Estado, Departamento de Comercio, Departamento de Defensa, NASA, BAE Systems, Motorola, Beyond Horizons Space Consulting, Boeing, General Atomics, entre otros.
Algunos acuerdos que resaltan en la relación del comercio militar entre EEUU y Brasil resaltan la feria de armamentos realizada en Rio de Janeiro el 4 de abril de 2017, done se firmó un acuerdo entre Rockwell Collins (empresa de defensa de EEUU) y Embraer Defesa & Segurança, segmento de Embraer con función estratégica en el sistema de defensa brasileño, enfocado en la fabricación de aviones militares, tecnologías de radares, información, comunicación y vigilancia.
Presencia militar estadounidense en territorio brasileño
“El acuerdo se formalizó a través de Savis y Bradar, empresas subsidiarias a Embraer para evaluar el desarrollo conjunto de negocios para aplicación en defensa. Savis se dedica al desarrollo, diseño e implementación de sistemas y servicios en el área de monitoreo de fronteras y protección de estructuras estratégicas. Bradar es una empresa de base tecnológica especializada en el desarrollo y producción de radares para aplicaciones en las áreas de defensa, seguridad y sensorización remota (SAR)”, cita el análisis del CELAG.
También destaca el estudio que otro de los intereses de EEUU es la base aeroespacial Alcántara, ubicada en el municipio de Maranhão. En 2003, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva puso fin a las negociaciones con EEUU para el uso de esa base; sin embargo, Temer retomó el proyecto y presentó propuestas para que EEUU utilizara la base en junio de 2017. Desde entonces, representantes de empresas estadounidenses como Lockheed Martin, Boeing, Vector Space Systems y Microcosm visitaron la instalación y demostraron su interés en utilizarla.
El 22 de mayo de 2018, el Subsecretario de Estado estadounidense, John J. Sullivan, se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Marcos Galvão, en Brasilia para formalizar la creación del Foro Permanente de Seguridad Brasil-EEUU, que tiene como objetivo “crear condiciones favorables para la articulación interagencia y el desarrollo de estrategias operativas en torno a seis áreas: narcotráfico, tráfico de armas, delitos cibernéticos, lavado de armas y dinero, crímenes financieros y terrorismo. La primera reunión se celebrará este año en Washington”, reseña el informe del CELAG.
Para ese momento, la agenda del Subsecretario de Estado también incluyó –según el reporte del CELAG- “la discusión sobre comercio, inversiones, cooperación espacial y defensa, (…) el apoyo regional para la restauración de la democracia en Venezuela y encuentros con miembros de la sociedad civil brasileña. Todos, ámbitos y temas en los que el gobierno estadounidense junto con el sector privado de ese país vienen avanzando sin obstáculos desde el golpe contra Dilma Rousseff”.
Arremetida contra movimientos sociales y gobiernos de izquierda
Para Estados Unidos es fundamental conquistar el control geopolítico de Suramérica para imponer -a través de la acción militar- sus políticas hegemónicas. Claro ejemplo son las políticas que ejecuta, con el apoyo de sus gobiernos satélites, en la región instalados en Brasil, Colombia, Argentina, Perú, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Chile, Guyana, Canadá, entre otros, para desintegrar el bloque de países integrados en la Unión de Naciones Suramericanas y en la Alianza para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).
El periplo ejecutado por EEUU en toda Latinoamérica para erradicar a gobiernos progresistas como los de Evo Morales en Bolivia, Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, Miguel Díaz-Canel en Cuba, entre otros, que son ajenos a los intereses de Washington, ha sido notable durante el último año, pues los altos mandos del gobierno estadounidense se han dedicado a realizar giras por la región para asegurar que sus políticas intervencionistas sean ejecutadas.
Desde su vicepresidente, Mike Pence, hasta el secretario de Defensa, James Mattis, han pasado por Latinoamérica para verificar si los gobiernos leales a la Casa Blanca están ejerciendo la “presión necesaria” para acabar con el “socialismo” y los “comunistas” latinoamericanos, en una nueva versión del macartismo y el Plan Condor sobre la región.
En tal sentido, Bolsonaro se convierte en una pieza fundamental para que Washington imponga sus propósitos belicistas en el continente y además servir como el mayor territorio para emprender una intervención armada, de ser necesaria, contra los gobiernos “enemigos” de la seguridad estadounidense.
Entonces, las posibilidades de mantener al continente como un territorio de paz, se ponen en un alarmente riesgo con la eventual victoria de Bolsonaro en Brasil, pues no sólo idolatra las armas sino también aprueba la ejecución de sus adversarios políticos a través del uso de la violencia.
Tal escenario viene acompañado además, por lo que parece un surgimiento de personajes ultraderechistas en la región, que a la par de Trump, Bolsonaro, salta nombres como el de María Machado -aspirante a la presidencia venezolana y que pide abiertamente una intervención militar estadounidense contra su país- y la del chileno y excandidato presidencial y seguramente postulante a los próximos comicios, José Antonio Kast, quien defiende a Bolsonaro y lo felicitó tras los resultados de este domingo.
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