El hígado es el órgano más grande y más pesado de nuestro cuerpo. Pesa en promedio 1,5 kilogramos y está ubicado en el lado derecho del abdomen.
No tiene nervios, la medicina tradicional china lo llama «el general de los ejércitos». Su papel es muy importante, transforma los carbohidratos, lípidos y proteínas necesarios para el correcto funcionamiento del cuerpo y mantiene un nivel de azúcar constante en nuestra sangre.
Mantenerlo sano y en buen funcionamiento se ha convertido en todo un desafío para la especie humana, dado los malos hábitos alimenticios que acarrea la agitada vida moderna.
El profesor Gabriel Perlemuter, autor del libro “Los poderes ocultos del hígado», de la editorial francesa Flammarion, ofrece en su publicación interesante información sobre este órgano esencial.
En una de las secciones del texto se refiere a la “crisis hepática” de la que muchos hablan y, con argumento en mano, la descubre como una gran mentira.
«Es un error usar ese término, cuando comemos demasiada grasa o dulce, podemos tener una crisis en nuestro tracto digestivo… pero nuestro hígado no tiene nada que ver con eso».
Explicó el académico que en caso de indigestión, nuestro tracto digestivo envía un mensaje de sufrimiento al cerebro. A cambio le pide que aumente sus contracciones para acelerar la mezcla de alimentos, a veces hasta vomitar.
Pero si la «crisis del hígado» no existe, sí hay patologías graves relacionadas con este órgano: hepatitis, cirrosis, incluso algunas enfermedad cancerígenas están aumentando drásticamente debido a nuestros malos hábitos alimenticios.
¿Qué hacer para protegerte? ¿Cómo sabes si estás enfermo, a pesar de que el hígado no duele? «En primer lugar, es necesario tomar regularmente un análisis de sangre prescrito por el médico general. Luego podrás ver si los análisis son normales o no», dijo Perlemuter.
En un segundo paso, si es necesario, es posible pasar un ultrasonido para observar si el hígado presenta anomalías. Las patologías de este órgano, cuando se detectan lo suficientemente temprano, a menudo se pueden curar con dieta, porque las células hepáticas tienen una gran capacidad de regenerarse.
Adicionalmente el experto ofrece algunos consejos para ayudar al hígado a mantenerse sano:
-Carne roja solo dos veces por semana, huevos no más de seis semanales.
-10 a 20 gramos de grasa por comida, equivalente a un pequeño cuadrado de mantequilla o una cucharada de aceite o de crema.
-Pasta sí, pero no demasiado. «Contiene un azúcar lento, bueno para la salud, pero no debe ser recocida, mejor al dente, estilo italiano.
-La toronja no se lleva bien con el hígado contiene furanocumarinas, compuestos químicos que inhiben la capacidad del hígado.
El alcohol es el enemigo número uno del hígado. En cantidades excesivas, termina destruyendo sus células.
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