Ante la reunión que sostendrá hoy (ayer), jueves 16 de julio, el Presidente del Consejo de Defensa del Estado, señor Sergio Urrejola Monckeberg, con el vicepresidente ejecutivo de Celco-Arauco, Matías Domeyko, y ante el inminente fallo del Primer Juzgado Civil de Valdivia que todo indica sería condenatorio para esta empresa por su responsabilidad en el desastre ecológico que sigue afectando al Santuario del Río Cruces en Vadivia, declaramos que:
1. El juicio interpuesto por el Consejo de Defensa del Estado (CDE) en contra de Celco-Arauco se encuentra cerrado, a la espera del fallo final que debe ser dictado por la jueza Gloria Hidalgo del Primer Juzgado Civil de Valdivia.
2. De acuerdo a los antecedentes del juicio que son de público conocimiento las pruebas reunidas por la jueza Hidalgo apuntan de forma contundente al establecimiento de la responsabilidad de Celco-Arauco en la aguda contaminación que ha afectado al Santuario del Río Cruces desde la puesta en marcha de su planta de celulosa Valdivia, en febrero del 2004. Todo indica, por tanto, que el fallo será condenatorio, estableciendo la relación directa entre las descargas tóxicas vertidas por Celco-Arauco al río Cruces y el agudo desastre ecológico que viene afectando desde hace ocho años al Santuario protegido Carlos Anwandter.
3. Un fallo condenatorio debiera obligar a Celco-Arauco a reparar el daño ambiental causado y detener la contaminación. Estos han sido desde un comienzo los objetivos perseguidos por el movimiento ciudadano de Valdivia. En suma, estamos ad portas de la posibilidad de una reparación histórica de un desastre que jamás debió ocurrir.
4. En particular, las pruebas del juicio en contra de Celco-Arauco demuestran que:
a) Hasta antes de la entrada en operación de la industria de Celco-Arauco el humedal mostraba condiciones ecológicas estables.
b) Ocurrieron cambios ecológicos agudos, de gran escala, inmediatamente después de la entrada en operación de la planta de Celco-Arauco.
c) El colapso ecológico del humedal tendría como causa directa las descargas tóxicas reiteradas que Celco-Arauco vertió al río Cruces, en particular en los primeros meses de operación de su planta.
d) Las descargas tóxicas reiteradas de Celco-Arauco se reflejaron en el incumplimiento también reiterado de los niveles máximos de descarga para numerosos compuestos y parámetros, según consta tanto en los monitoreos de la misma empresa como en las transgresiones legales en que Celco-Arauco incurrió y que fueron sancionadas por distintos servicios públicos y en varios casos ratificadas por la Corte Suprema.
e) La magnitud y toxicidad de las descargas tóxicas e ilegales fue tal, que el ecosistema colapsó en sólo cuatro meses. El reiterado incumplimiento de los niveles de descarga autorizados sólo agravaron el desastre.
f) Las hipótesis de causas alternativas propuestas por Celco-Arauco durante el juicio, todas las cuales pretendieron demostrar que el desastre obedeció a causas naturales, fueron una a una descartadas por expertos, peritos y las inspecciones de terreno.
g) En conclusión, tanto la evidencia empírica sobre las causas y persistencia del desastre, como la evidencia legal y administrativa sobre las reiteradas infracciones cometidas por Celco-Arauco a las normas vigentes, apuntan al establecimiento de daño ambiental y a la culpabilidad directa de esta empresa.
5. Dada la contundencia de los antecedentes reunidos por la jueza Hidalgo es evidente que Celco-Arauco debió llegar a la convicción de que el fallo le será desfavorable. Conociendo la forma en que esta empresa ha enfrentado hasta ahora su responsabilidad en este desastre anticipamos que hará todo lo que esté a su alcance para ofrecer una negociación que suspenda el proceso judicial e impida el fallo final.
6. Es por ello que la reunión que sostendrán hoy el Presidente del CDE y el vice-presidente ejecutivo de Celco-Arauco reviste la máxima gravedad en la medida que podría tener como propósito que la empresa intente detener el inminente fallo que, todo indica, será condenatorio.
7. Hacemos un llamado a Celco-Arauco a, de una vez por todas, asumir su responsabilidad de frente a la comunidad valdiviana y al país en su conjunto y reconocer sus errores, sus malas prácticas y sus reiteradas ilegalidades. Evitar con una negociación, en un fallo que sabe le será desfavorable sólo agrava el enorme daño ya causado y contradice todos sus esfuerzos por demostrar que ha iniciado cambios importantes en la forma de hacer las cosas. Lo que la sociedad espera de Celco-Arauco es que actúe con transparencia y respeto profundo de las leyes. Es decir, que permita a la justicia hacer su trabajo.
8. Hacemos también un llamado a la jueza Gloria Hidalgo para que dicte su sentencia en el más breve plazo posible. Valoramos enormemente la seriedad con que ha realizado su trabajo, pero creemos que éste perderá todo sentido si la sentencia final no se materializa. Luego de siete años de paciente espera, los valdivianos y el país en su conjunto tienen derecho a conocer la verdad judicial que permita cerrar este doloroso episodio de la historia ambiental del país y, esperamos, dar paso a una etapa de reparaciones y transformaciones verdaderas.
9. Finalmente, hacemos un llamado a la comunidad valdiviana y a todos los chilenos a permanecer alertas, informarse, difundir esta información, manifestar su opinión y movilizarse en defensa de nuestro derecho a la verdad y la justicia.
ACCIÓN POR LOS CISNES
Valdivia, jueves 16 de agosto de 2012
Publicado en www.generacion80.cl