Parecen estar por todas partes. Personas de todas las edades, durmiendo sobre cartones o directamente en el piso. Son gente sin una vivienda que se congregan
bajo puentes o en parques, con sus pertenencias en bolsas de plástico como símbolo de sus vidas en movimiento. Muchos llegan atraídos por la prosperidad y terminan siendo víctimas. Un situación que ha transformado en los últimos años muchas ciudades de la costa oeste de Estados Unidos.
Mientras las autoridades intentan responder a esta creciente crisis, algunos dicen que lo más probable es que la situación empeore.
Escasez de vivienda
Portland así como varias ciudades de Estados Unidos, entre las que destacan Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. La floreciente demanda en una zona con escasez de viviendas enseguida hizo subir el costo de vida y aquellos que financieramente estaban en el límite perdieron la capacidad que una vez tuvieron para permitirse un lugar donde vivir.
Muchos fueron rescatados por familiares y amigos o programas gubernamentales y organizaciones de ayuda. Otros, sin embargo, terminaron en la calle. Los más
afortunados encontraron sitio en albergues públicos. Mientras, que una gran cantidad están ahora en tiendas de campaña y vehículos en las calles.
El alcalde de Portland, Ted Wheeler, del Partido Demócrata, declaró que «la desigualdad está creciendo a un ritmo alarmante y los beneficios de una
economía en crecimiento se concentran cada vez en menos manos».
Muchos expertos creen que es «una bomba de tiempo» en las calles estadounidenses que les puede explotar a las autoridades, ya que el problema va en aumento.
«Tenemos más desigualdad en todo Estados Unidos y esto indudablemente tiene un impacto en la gente».
A causa de los precios en alza y los desahucios, el número de personas sin casa ha aumentado en otras prósperas ciudades de la costa oeste de EE.UU. que suelen ser lugares de destino para trabajadores jóvenes con alto nivel educativo, como San Francisco y Seattle.
Las cifras exactas son siempre difíciles de establecer pero se calcula que solo en una noche 553.742 personas quedaron sin hogar en Estados Unidos en 2017, informó el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Fue el primer incremento en siete años. Entre los estados con peores cifras se encuentran
California, Oregón y Washington.
Los Ángeles, donde la situación se describe año tras años como sin precedentes, tiene más de 50.000 personas sin hogar, solo por detrás de Nueva York, que tiene unas 75.000.
Los más vulnerables
«Estando en la calle lidias con todo tipo de situaciones, como tener que relajarte conviviendo con ratas. También empiezas a apreciar el agua corriente o el hecho de poder ir al baño siempre que quieras», cuenta Joseph Gordon «Tequila» un hombre trasgénero que vive en un campamento para personas sin casa, llamado Hazelnut Grove y fundado en 2015, cuando Portland declaró por primera vez el estado de emergencia por la crisis de los sin techo.
Los ancianos y las minorías se ven afectadas por este problema de forma desproporcionada, según un estudio de la Universidad Estatal de Portland, que
augura que la tecnología puede tener como consecuencia el recorte de miles de empleos de sueldos bajos, probablemente empeorando las cosas.
Un problema de salud pública
La presencia de los sin hogar en Portland y otras ciudades estadounidenses con el mismo problema es más visible que nunca. Los residentes están cada vez más frustrados por el olor de orina, heces humanas y objetos abandonados que se amontonan en espacios públicos, a veces en sus propias escaleras.
En algunos sitios, cunde la sensación de que es una batalla que se está perdiendo. Pero esta es una crisis que se está fraguando desde hace tiempo.
Los recortes del gobierno federal en los programas de vivienda asequible y en instalaciones para salud mental en las últimas décadas, hicieron que muchas
personas acabaran en la calle en Estados Unidos, según señalan autoridades y proveedores de servicios, mientras que los gobiernos locales son incapaces de
llenar el vacío.
Devastador informe
El académico australiano Philip Alston, relator especial de Naciones Unidas para la pobreza extrema y los derechos humanos, viajó por todo Estados Unidos durante dos semanas en diciembre del año pasado. Su misión incluyó visitas a Los Ángeles y San Francisco.
7 duras críticas a Estados Unidos por la pobreza extrema que hay en el país más rico del mundo (y que el gobierno de Trump rechaza) En su duro informe, Alston declaró que «el sueño americano» se está convirtiendo rápidamente para muchos en «la ilusión americana». El futuro, «no parece alentador». Advirtió.
«Las políticas del actual gobierno federal se centran en recortar, al máximo posible, los subsidios para vivienda, y creo que lo peor está por llegar».
Otros países ricos se han debido enfrentar también el problema de los sin casa, en tiempos en que los más vulnerables sufren la carga de las políticas de austeridad, los precios en alza y el desempleo. Pero en la mayor parte de Europa, por ejemplo, todavía hay una «red robusta del sistema de bienestar» para ayudar a quienes están en riesgo, dijo Alston.
«En esencia, si estás en Europa tienes acceso a una atención sanitaria básica y rehabilitación psicológica y física. Esto contrasta fuertemente con Estados Unidos».
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