28 de octubre de 2018. Es domingo y se podría decir que al menos 208,5 millones de personas están pendientes de los resultados electorales que emitirán los 147 millones de brasileños que componen el padrón electoral del «Gigante Latinoamericano» y que están convocados a las urnas para elegir entre Fernando Haddad y Jair Bolsonaro como futuro Presidente de ese país, sino también el destino -en principio- de 422,5 millones de suramericanos y -eventualmente- de más de 626 millones hombres y mujeres que hacen vida en toda la región latino-caribeña.
Y es que no sólo los brasileños estarán pendientes ese día de los resultados de la segunda vuelta de los comicios presidenciales en su país, pues existe una amenaza real y preocupante, que una mayoría de los electores permitan la instauración a través del voto del surgimiento de un gobierno fascistoide de corte neoliberal, con rasgos neonazis, profundamente racista, misógino, homofóbico, violento y ubicado radicalmente a la extrema derecha.
Se trata de la opción número uno que predomina en los sondeos electorales de Brasil, Jair Bolsonaro, un exmilitar y evangélico radical que es amante de la dictadura brasileña, misma que torturó, desapareció y asesinó a miles de ciudadanos, cometió crímenes de lesa humanidad y vulnero todos los derechos humanos de los brasileños, y que -hasta hace poco- muchos consideraban que era una especie de bufón sin importancia y que jamás tendría posibilidad alguna de llegar a la Presidencia de ese país.
Pero lamentablemente existe una realidad que dice lo contrario. El pasado 7 de octubre de 2018, Bolsonaro -catalogado como el Hitler latino- pasó de ser un polémico, radical e irracional candidato a convertirse en la propuesta más votada por los brasileños. Un total de 49 millones 276.896 electores (46,03%) votaron por él. Sólo 4 puntos porcentuales faltaron ese día para que le fuera adjudicada la victoria definitiva.
Una semana después de ese resultado, la encuestadora Datafolha sugiere que las probabilidades de que Bolsonaro triunfe en la segunda vuelta son cada vez más ciertas. Pues según su estudio de campo, el voto de los brasileños le otorga al exmilitar al menos el 49% de la intención directa de voto y le da a su más cercano rival, el progresista Fernando Haddad, apenas 36%.
Estos 13 puntos de diferencia que eventualmente le sacaría el extremista Bolsonaro al progresista Haddad, marcan un margen importante en la brecha electoral, pues en cualquier elección, 10 puntos porcentuales representan una victoria amplia que deja por fuera cualquier tipo de duda.
Reacciones ante el peligro ultraderechista de Bolsonaro
Brasil, uno de los 10 países más poblados del mundo, integra -desde 2009- el grupo de países BRICS, junto con Rusia, India, China y Sudáfrica. Una organización de economías emergentes, creada para transformar el mundo unipolar y abogar por la multipolaridad.
Además su posición geoestratégica y su influencia geopolítica es fundamental para el equilibrio regional, razón por la que las reacciones en torno a los resultados de la primera vuelta y los sondeos que se muestran para la elección del 28 de octubre, tienen voz en todo el continente, incluso en el ámbito mundial.
En Uruguay, por ejemplo, se han presentado manifestaciones contrarias a Bolsonaro, incluso antes de la jornada del 7 de octubre. El canciller Rodolfo Nin Novoa dijo que espera fallen las encuestas que dan ganador al ultraderechista.
De igual forma, la vicepresidenta uruguaya, Lucía Topolansky, ha criticado el resultado electoral en Brasil, al afirmar al diario uruguayo El País que «hay toda una tendencia conservadora en la región, que es casi un retorno a lo dictatorial».
Por su parte, el expresidente José «Pepe» Mujica -esposo de Topolansky- sostuvo que un triunfo de Bolsonaro sería peligroso para la región.
Al contrario que Uruguay, los gobiernos de Chile -Sebastián Piñera. y de Argentina -Mauricio Macri- se han mostrado a favor de la elección de Bolsonaro, a pesar de que guardan algo de distancia.
Pero la gran mayoría de los Presidentes dela región se han mantenido cautelosos al emitir opiniones sobre los comicios presidenciales en Brasil, hasta la fecha no han habido mayores posturas desde los gobiernos, sin embargo, desde los movimientos sociales y sectores de la sexodiversidad, mujeres y afroamericanos, han manifestado su rotundo rechazo a Bolsonaro y a la amenaza que representa para la paz de la región.
Importancia de la elección y posibles escenarios
“Brasil es para América Latina lo que Alemania es para Europa”, estima el economista Ingerzon Freites, investigador del Observatorio Venezolano de la Realidad Económica (OVRE), citado en un artículo publicado por RT.
Agrega Freites que Brasil, además de haberse erigido como una de “las economías más grandes de la región y el mundo”, representa un factor decisivo en el comercio intrarregional ya que “exporta grandes cantidades de bienes y servicios a sus vecinos, pero también es un mercado que demanda productos”, es decir, “puede influir (regionalmente) en lo económico y lo político”.
El despacho de RT añade que durante los gobiernos de Lula Da Silva (2003-2010) y Dilma Rousseff (2011-2016), el país tuvo un rol relevante en organismos de integración como: la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Pero, en abril de este año, el actual presidente Michel Temer, que llegó al poder luego de la destitución de la presidenta Rousseff, se sumó al grupo de naciones que anunciaron su retiro de la Unasur, lo que supone un golpe al mecanismo suramericano.
Al respecto, el periodista uruguayo Aram Aharoniam -citado por RT- explica que en las elecciones brasileras no sólo está en juego el nombre del próximo presidente, sino aspectos internos y externos como “el futuro de los BRICS, las gigantescas reservas de petróleo del Presal, el respaldo a iniciativas de integración, y la recomposición de las conquistas laborales y sociales”.
Agrega, que las elecciones se verán marcadas por el ambiente radicalmente polarizado que llevará a los brasileños a votar entre continuar el proyecto socialista que inició Lula, o erradicar todo eso «a cualquier costo».
Por su parte, el analista internacional José Antonio Egido, entrevistado por RT, explica que Bolsonaro va acorde con dar continuidad a lo que ya comenzó el régimen de facto de Michel Temer.
Bolsonaro “asumiría un rol contrario a la integración suramericana y de mayor cercanía con EU y la OEA”. Mientras, que de vencer Haddad, es predecible que continúe con “la línea integracionista de Lula y Dilma”.
«De Hitler a Bolsonaro»
El analista Marcos Roitman Rosenmann, escribió un articulo de opinión publicado en el portal lahaine.org, titulado «De Hitler a Bolsonaro» donde explica cómo la pérdida de identidad colectiva y el advenimiento de un individualismo autista en Brasil son el germen del nuevo totalitarismo representado por Bolsonaro.
«Muchas veces pregunté cómo fue posible el triunfo del partido nazi en las urnas. Más allá de las explicaciones sociológicas, el análisis histórico o la coyuntura internacional, resulta difícil comprender los motivos por los cuales la ciudadanía se deja llevar por un discurso xenófobo, racista, fundado en el odio, el crimen y el desprecio a los derechos humanos. Brasil es hoy un ejemplo para comprender el ascenso de Hitler, mediante su par, Jair Bolsonaro. De manera sorprendente, en medio de una profunda crisis de legitimidad, Bolsonaro, un ex militar expulsado del ejército, defensor de la dictadura que asoló el país entre 1964 y 1985, peón de la banca, el capital trasnacional y la oligarquía terrateniente ha sido refrendado en las urnas», sostiene Roitman,
En su análisis agrega que la disociación en la realidad brasileña es de tal magnitud que entre los votantes de Bolsonaro se encuentran»futbolistas como Ronaldinho o Rivaldo, millones de mujeres, trabajadores, jóvenes, sectores medios, afroamericanos, marginados, hombres y mujeres del pueblo. Ninguno de los grupos mencionados será favorecido por las políticas neoliberales y ultraconservadoras, más bien lo contrario».
En ese sentido, Roitman explica que de ganar definitivamente Bolsonaro se verá «una involución política en los derechos de la mujer, en las condiciones laborales, a una disminución en los presupuestos federales para educación, sanidad o prestaciones sociales, a un repunte de la pobreza, la militarización y una pérdida de poder adquisitivo de las clases trabajadoras. Casi 50 millones de brasileños se han puesto voluntariamente la soga al cuello».
«Algo similar a la elección de Macri en Argentina. Aun así, Bolsonaro tendrá que acudir a las urnas el 28 de octubre. En segunda vuelta, las opciones de triunfo del representante del PT, Fernando Haddad, con 31 millones 341.996 de votos (29,28%), son improbables. El futuro predice que Jair Bolsonaro, salvo cambio de última hora, será investido presidente de Brasil», agrega el articulista argentino.
Roitman comenta además que desde el golpe de Estado contra Dilma Rousseff y la inhabilitación política de Inácio Lula da Silva, «de manera torticera como candidato y en prisión, la política brasileña ha entrado en descomposición. Michel Temer, el presidente espurio, inició la persecución política del PT, acompañado del asesinato de líderes sindicales, campesinos y militantes del movimiento LGTB».
Campaña de desprestigio contra el PT dio frutos a Bolsonaro
«La campaña para desprestigiar a los dirigentes del PT ha calado hondo. Su mala gestión en temas como el Mundial de fútbol, el escándalo del empresario Odebrecht y Petrobras, han logrado su objetivo. El lema todos contra el PT funcionó. La población permisiva con la corrupción de la derecha, no la castiga electoralmente, la penaliza en la izquierda con un efecto devastador. La derecha lo sabe y ataca por el flanco débil. Se erige representante de la moral, del orden político, de la recuperación económica. Así, Sebastián Piñera, presidente de Chile, declaró a Bolsonaro el mejor presidente para Brasil, al tener un programa económico que apunta en buena dirección», subraya.
Además, explica, Roitman que en las elecciones brasileñas el tema de «la guerra contra la corrupción», considerada el principal mal de Brasil, «jugó un papel fundamental la iglesia evangélica. Edir Macedo, el obispo de la Iglesia Universal del Reino de Dios, la más poderosa de Brasil, a la cual pertenece Bolsonaro, le dio su apoyo. Su discurso destacó la condición de enviado del Señor a fin de purificar el alma corrupta, defender la familia y la moral. Bolsonaro salía al paso de las acusaciones de machista, xenófobo y racista en las televisiones evangélicas argumentando que lo hacían al no poder acusarlo de corrupto».
Entonces, sostiene Roitman, «la pérdida de identidad colectiva y el advenimiento de un individualismo autista son el germen del nuevo totalitarismo representado por Bolsonaro. La desafección democrática en América Latina crece alarmantemente. En 2018, el Latinobarómetro, indica que sólo 53% de la población es partidaria de un gobierno democrático. No le importaría vivir en dictadura si se garantiza su seguridad».
«Resulta significativo» -agrega- «que ex miembros de las fuerzas armadas, la mayoría miembros del partido Social Liberal de Bolsonaro, hayan obtenido un escaño, aduciendo su sentido del orden y la represión. La ultraderecha viene, como en Alemania en 1933, a salvar al capitalismo. Bien apunto José Saramago: los fascistas del futuro no van a tener el estereotipo de Hitler o Mussolini. No van a tener gesto de duro militar. Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. En esa hora va a surgir el nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo».
¿Qué dice Haddad sobre las relaciones bilaterales con Venezuela?
La postura de Bolsonaro contra Venezuela es tajante y se une al discurso derechista que impera actualmente en la región, al calificar de «dictadura» el gobierno que lidera el Presidente, Nicolás Maduro, y hacerse eco de la campaña de descrédito que actualmente se ejerce contra los venezolanos.
Por su parte, Haddad, entrevistado por elpais.com, alega que no será un gobierno sumiso a los intereses de Estados Unidos ni mucho menos permitirá que se ataque militarmente a Venezuela.
«No voy a declararle la guerra al vecino. No voy a permitir que se instale una base militar americana aquí. A Estados Unidos no le importa la democracia en el mundo. Solo le interesa el petróleo. ¿Enfrentar a Brasil y a Venezuela, los dos países con las mayores reservas petrolíferas del subcontinente? Incluso, si tenemos que reprenderlos, podemos utilizar el Mercosur, con Argentina, que tiene mucho peso en el subcontinente».
«Lula evitó una intervención militar americana en Venezuela en la época de [Hugo] Chávez. El propio Fernando Henrique Cardoso también intentó, con los Amigos de Venezuela [grupo de varios países latinoamericanos surgido de la OEA], encontrar caminos para salir de la crisis, que no es de hoy. Tenemos fuerza suficiente para sacar a Venezuela de esta situación económica y política. Pero no apoyándola internamente, sino partiendo de una perspectiva externa, con el apoyo de la ONU, de la OEA, de los Amigos de Venezuela, para organizar una salida democrática», agrega Haddad.
Haddad ha denunciado que Bolsonaro encabeza una campaña de guerra sucia contra su candidatura al quererlo relacionar con supuestos actos de corrupción, con ser «amigo» de la «dictadura de Maduro en Venezuela», e incluso por ser un defensor de los derechos civiles y políticos del expresidente Lula y Dilma Rousseff.
Por el voto de los «gays», lo más reciente de Bolsonaro
La jugada más reciente de Bolsonaro es buscar simpatía en la comunidad homosexual de Brasil que tanto ha atacado. Conocido por ser un hombre camaleónico para lograr la simpatía de todos, el candidato ultraderechista, mostró un video en sus redes sociales donde aparece acompañado de Lili Ferraz, un maquillador homosexual brasileño, reconocido en el medio de la farándula.
Al comienzo del vídeo, el ex capitán del Ejército, conocido por sus manifestaciones machistas, homófobas y racistas, luce al inicio de la grabación una sonrisa que parece forzada mientras el maquillador lo saluda y lo elogia de manera efusiva.
«Tengo el placer de conocer aquí en Río a esta figura linda que es Bolsonaro, lejos de lo que hablan, es una persona maravillosa, piensa igual que yo». «Manda un abrazo a mi familia y a mis amigos homosexuales que no tienen miedo y que te adoran también, son rarísimos los amigos a los que les gustas», aseguró Ferraz en el vídeo difundido desde el portal del ultraderechista en Twitter.
En respuesta a los elogios del maquillador, Bolsonaro dijo: «Todos nosotros en Brasil, somos seres humanos, somos brasileños, patriotas y cumplidores de los deberes, y la opción (de género) de cada uno interesa a cada uno, el Estado no tiene que intervenir en esa área».
Al final del vídeo, Jair Bolsonaro agradeció el apoyo y la confianza del maquillador y se despidió con un caluroso mensaje. «Mando un abrazo a tu familia, a tus amigos, a tus clientes y vamos juntos a cambiar el destino de Brasil».
Sin embargo el miedo de afroamericanos, mujeres, comunidad sexodiversa, indígenas, las fuerzas progresistas y de izquierda y demás sectores minoritarios de Brasil, esperan que los resultados del domingo 28 de octubre sean completamente contrarios al del 7 de octubre y a lo que dicen las encuestas, pues un gobierno que apoye el extremismo y la intolerancia abre el posicionamiento de ésta tendencia de manera amenazante contra todo el continente, incluso al Norte.
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