Llegó a la Presidencia de Francia el pasado 14 de mayo de 2017. Su elección causó revuelo. Con sus propuestas tomó votos de la derecha conservadora y enamoró a los social-liberales. Ganó con el 66,10% de los votos sobre el ultraderechista Marine Le Pen, y el líder del partido izquierdista La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon. Pero -en apenas año y cuatro meses su popularidad ha caído en más de 30 puntos porcentuales. Esta es la realidad de Emmanuel Macron, el jefe de Estado que privilegia a la clase más acaudalada del país europeo.
Esa elección lo convirtió en el Presidente más joven de la República francesa. Su discurso centrista fue la estrategia que lo llevó directo a la jefatura de Estado, pues en ese momento, los radicalismos hacia la derecha o izquierda no parecían conectar con las exigencias de las grandes mayorías en Francia.
Muchos analistas catalogaron su victoria como un resultado sorpresivo, definido por la «suerte» y las pasiones movidas en los sentimientos de los franceses, quienes decidieron dar su voto a una cara nueva, que prometió grandes cambios en el país para que volviera a la prosperidad y preponderancia que tuvo en algún momento.
Pero han sido sus acciones las que han revelado su perfil político, radicado en el ideario de la derecha neoliberal y conservadora.
Una amplia lista de privatizaciones de empresas del Estado, reformas contra la clase trabajadora, recortes en la inversión social, desmejoras en la calidad de vida de la población y al mismo tiempo la ejecución de políticas a favor de las grandes empresas para reducir sus impuestos y aumentar ganancias, son parte del paquete de medidas económicas que ya viene aplicando Macron y que han destruido las esperanzas de los electores.
Todo ello ha provocado que sus niveles de popularidad hayan caído del 66% cuando salió electo a un promedio de 31% en la actualidad, según refiere una encuesta de Ifop publicada en la revista Paris Match.
En su momento, cuando se conoció la victoria de Macron en España, el portavoz del Partido Socialista Español, Mario Jiménez, calificó la victoria del francés como «un respiro» para Europa, ante la amenaza latente que representaba Le Pen como el retorno del fascismo al poder en uno de los países del continente.
«Europa respiró aliviada», dijo y agregó los «proyectos que terminan sustentándose sobre la radicalidad, el racismo, la xenofobia o planteamientos claramente contrarios al sistema democrático», son preocupantes.
Macron y la disminución de impuestos a favor del gran capital
Entre las primeras medidas de Macron estuvo simplificar y disminuir el régimen de impuestos sobre los ingresos generados por el gran capital empresarial. En ese sentido, bajó exponencialmente los impuestos a las corporaciones, bajo el argumento de incentivar la producción.
Pero proporcionalmente también redujo el impuesto a la riqueza, hecho que le ha ganado el atributo de ser calificado como un gobernante para los ricos, pues les genera ahorros a por lo menos 330.000 personas que aportaban al país un promedio de 10.000 euros mensuales cada uno.
Según estimaciones del Observatorio Francés de Condiciones Económicas (OFCE por su sigla original) el 5% más adinerado de la población francesa culminará el 2018 con un alza de 1.6% en su poder adquisitivo.
Al mismo tiempo, el 25% de los hogares más pudientes, y el 5% de los más pobres, verán una leve contracción de sus ingresos. Es decir, se confirma que el gobierno de Macron es para los más acaudalados.
De hecho la mayor parte de los impuestos recaen en la clase media y baja.
“Macron es una mala copia de Margaret Thatcher, redistribuye la riqueza entre los que ya tienen dinero en exceso, a la vez que ataca los derechos de los trabajadores y el modelo social que Francia ha conseguido con tanto esfuerzo. Gracias a su reforma fiscal, los cien hogares más ricos ahorran un millón de euros más al año. El 1% más rico se hizo con el 44% de los beneficios sociales», explica Owen Jones, en un artículo de opinión publicado en The Guardian en abril pasado, que tituló: No te dejes engañar por Emmanuel Macron «el moderado».
En el referido texto, Jones agrega que para las personas con menos recursos, las políticas de Macron sos distintas: «Para los menos ricos, la historia cambia. Este exejecutivo de banca ha recortado las ayudas a la vivienda y ha subido los impuestos de los pensionistas en un país en el que la pensión mensual media es de 1.300 euros. Sus políticas han dado más poder a los empresarios en detrimento de los trabajadores».
«Modernización» de Macron ataca privilegios de la clase trabajadora
Otro punto que destaca la senda neoliberal de Macron y que ha causado gran impacto negativo en su aceptación como Jefe de Estado, ha sido la persecusión que ejecuta contra la legislación laboral para así arrebatar conquistas sociales conquistadas por los trabaajdores franceses a lo largo de la historia.
Según un artículo de Infobae, Macron «apunta a combatir ciertas rigideces de la legislación laboral, en particular algunos privilegios que tienen los sindicatos, que a los ojos de Macron tienen un impacto negativo sobre el crecimiento económico».
Estas reformas se iniciaron a finales de 2017, cuando el Gobierno flexibilizó las normas de contratación y despido, y amplió las facultades de las empresas para negociar las condiciones de trabajo.
Esto causó alarma en los síndicatos y gremios de trabajadores, quienes convocaron inmediatamente a protestas de calle.
«Los sindicatos se oponen tanto al contenido de las reformas como al modo en que se están implementando. No hay negociación, sólo consulta. Pero, desde el punto de vista político, es poco probable que fracase. Los cambios ya fueron definidos y votados. En el campo social las cosas son más complicadas porque ahí sí hay mucha oposición, con paros en los ferrocarriles, bloqueos en algunas universidades, huelgas en hospitales y en la Justicia. El Gobierno responde que tiene la legitimidad política para hacer lo que hace, porque aplica el programa para el que fue electo, lo cual es cierto», explicó Olivier Baisnée, director de investigación del Instituto de Estudios Políticos de Touluse, consultado por Infobae.
Para Baisnée, la gran batalla es ahora contra los trabajadores ferroviarios. La Asamblea Nacional aprobó en abril una reforma que busca terminar con la compañía estatal, cuyos empleados tienen el trabajo garantizado de por vida, además de incrementos salariales automáticos todos los años.
La principal modificación de la empresa, que por los momentos seguirá siendo estatal, es que ahora su estatus legal permitirá que sea manejada de forma autónoma y eventualmente los beneficios que disfrutan sus actuales trabajadores se irán diluyendo con la entrada de nuevos que no podrán acceder a ellos.
El sindicato ferroviario reaccionó con tres meses consecutivos de huelga, con paros totales dos veces a la semana, pero explica Baisnée que en ese sector Macron tiene apoyo de la opinión pública que está descontenta con el funcionamiento de los trenes.
Este es un plus para Macron, quien sabe que, de imponerse en esta batalla, tendría el camino allanado para avanzar con iniciativas similares en otros rubros de la economía, explica el catedrático.
Otro grupo importante para la sociedad francesa, los estudiantes universitarios, franceses, han realizado protestas para denunciar el endurecimiento de los requisitos para acceder a la universidad, una medida que ha sido atacada por considerarse un ataque a la educación universal gratuita y al modelo social francés.
Privatización salvaje
Para el articulista Owen Jones, la privatización es otro pilar fundamental en la agenda de Macron.
En ese sentido -explica- que el presidente francés «contempla privatizar los aeropuertos del país y la empresa pública de energía. Su confrontación con los trabajadores ferroviarios se interpreta como un intento de sentar las bases para una privatización catastrófica de esa industria al más puro estilo de la que se llevó a cabo en Reino Unido».
«Tras la desregulación exigida por la Unión Europea, las empresas extranjeras podrán competir con la empresa pública de ferrocarriles, y Macron quiere que esta empresa pase a ser una sociedad limitada, exactamente lo que ocurrió con France Télécom», agrega Jones.
El análisis sostiene -además- que la campaña centrista de Macron suponía que aplicaría políticas progresistas en materia social, pero sus acciones han demostrado que esa supuesta posición de consenso «no es más que un mito pernicioso».
«El mismo hombre que flirteó con los votantes de izquierdas y les prometió políticas migratorias más humanas, ahora tiene a los refugiados y a los inmigrantes en su punto de mira. Duplicará el número de días que una persona sin papeles puede estar encarcelada en un centro de detención y ha reducido a la mitad el período de consideración para el asilo, lo que significa que aceptarán a menos refugiados», comenta Jones.
Así mismo agrega el articulista de The Guardian que las organizaciones humanitarias alertan que los refugiados que huyen de la guerra serán deportados. En ese sentido, el ministro de Interior de Macron, Gérard Collomb, dijo que las comunidades se están fragmentando “porque están abrumadas por la afluencia de solicitantes de asilo».
«No es de extrañar que el Frente Nacional, de extrema derecha, considere que las medidas de Macron son una ‘victoria política», concluye Jones.
Así marchan las privatizaciones
Lo más reciente de Macron en la ola de privatizaciones han sido los Aeropuertos de París (ADP), el grupo de lotería Française des Jeux (FDJ) y el grupo energético Engie, una operación que estaba bloqueada por la legislación en vigor.
Macron logró su cometido con estas dos empresas luego que la Asamblea Nacional de Francia aprobara los artículos 44 a 52 de la llamada ley PACTE, que autorizan al Estado a bajar del 50% de sus acciones en ADP y FDJ y a disminuir su participación en el grupo energético de gas Engie por debajo de un tercio el capital.
Esos artículos fueron adoptados gracias a la mayoría de asambleístas que apoyan a Macron.
En el caso de los Aeropuertos de París, incluye los aeropuertos de la capital, Charles de Gaulle y Orly.
Según Macron, la privatización de estas empresas generará ingresos por las ventas de las acciones por 10.000 millones de euros, que servirán para pagar la deuda pública, que se acerca al 100% de su producto interno bruto.
«El pueblo francés fue engañado»
Para Christian Rodríguez, responsable de las Relaciones Internacionales de Francia Insumisa -el partido político del excandidato presidencial Jean-Luc Mélenchon- la campaña de Macron para obtener la Presidencia se fundamentó en promesas que no se han cumplido, es decir, un engaño al pueblo.
Entrevistado por El Ciudadano, Rodríguez explicó que Enmanuele Macron llegó al poder «con un discurso de estos jóvenes yuppies que llegan diciendo que no somos de izquierda ni derecha, nosotros somos movimiento no partido. Abogan por el empresario, la libre empresa, la autonomía».
Sin embago, esa postura «centrista» ha sido develada rápidamente por los franceses, acota Rodríguez.
«De forma rápida el pueblo francés se da cuenta de que fue engañado, una de las primeras acciones de Macron fue suspender los Tribunales de Defensa de los trabajadores, subir la edad de las jubilaciones, que es el próximo proyecto, eliminar los derechos a huelgas por sectores para que solo se negocie por temas nacionales. Rápidamente golpeó a los trabajadores, comenzó a privatizar. Es un país que se está vendiendo, la huelga grande de ferrocarriles, las universidades se están privatizando. Todo es parte del mismo plan».
Al abordar el proceso para privatizar paulatinamente los ferrocarriles, el representante de Francia Insumisa explica: «Se vendieron los trenes, se vendió la sociedad y se entregó a mano de los privados. Una empresa con más de 120 años en manos públicas, es una empresa de todos y significa que tienen una excelente capacidad técnica y de mantenimiento, de seguridad, etc. Tenemos el tren más rápido del mundo, después del japonés. Pero Macron entregó una empresa que es tuya, de todo el mundo, a manos de privados para que hagan negocios y la partan en mil pedazos».
Rodríguez califica las acciones de Macron contra los trabajadores ferroviarios como una declaración de guerra.
«Uno se va a encargar de hacer el negocio de los trenes, el otro del aseo y la reparación, la misma lógica en todo el mundo. Reduciendo empleos públicos que hoy día pasan a ser empleados de servicio privado. Ya esto fue una declaración de guerra».
¿Vive una crisis el gobierno de Macron?
Para Rodríguez, Macron sí atraviesa «una grave crisis política que lo ha hecho perder en los últimos 3 meses cerca de 27 puntos. Está en la encuesta de opinión en el punto más bajo de todos. El pueblo francés se ha dado cuenta de su inoperancia y que está entregando el país a los grandes capitales, con crisis permanentes de Gobierno».
Pero para opacar su crisis -refiere Rodríguez- Macron busca atacar y lanzar la pelota hacia Mélechon, su principal adversario para una futura reelección que podría aspirar el catalogado como «centrista».
«La operación política contra Mélenchon se hace parte de desviar la atención principal sobre la crisis que atraviesa el Gobierno de Macron. Parte de esa crisis ha estado marcada por escándalos como la renuncia de sus ministros más cercanos, que se han sentido traicionados por Macron (…) Su ministro de Ecología, el mejor que tenía renunció porque se dio cuenta que era inútil negociar y discutir con el lobby de la química, de la industria farmacéutica y así se han ido como 6 u 8 ministros. Acaban de nombrar ministra de Ecología a la directora de comunicaciones de Danon, o sea, la esperanza es cero», agrega Rodríguez.
Pero para Rodríguez lo más grave de Macron es su actitud despótica e impositiva.
«Tiene algo que es muy grave, que es una manera despótica de funcionar, nosotros creíamos que había una mafia en esos tiempos de Jacques Chirac, nos damos cuenta que eran niños al lado de estos que llegan acá. Que nombran a los procuradores, a los jefes de Policía, se meten con la justicia a nombrar. Esto no lo conocíamos, la quinta República está agotada, en peligro y en manos de traficantes que quieren vender este país y eso no lo vamos a aceptar», agrega.
Salir de la OTAN, procurar el desarme nuclear y fomentar la hermandad con Latinoamérica
Para Francia Insumisa es fundamental elevar la imagen de Francia en el exterior y procurar tener lazos de hermandad y solidaridad con todos los países, es especial con América Latina, que sufre también los embates de gobiernos neoliberales aliados y cómplices a Estados Unidos y el gobierno del empresario Donald Trump.
«Francia se ha entregado a la OTAN y se ha entregado a Donald Trump, incluso en la relación con Venezuela, Macron es el portavoz y ha servido para actuar contra Venezuela y apoyado la oposición cruel a Venezuela. Cuando Trump es quien te dicta qué hacer en política exterior, es una prueba de que su proyecto político fracasó», explica Rodríguez.
Agrega que para Francia Insumisa es fundamental que el país abandone el lobby creado para la industria de la guerra como es la Organización del Atlántico Norte (OTAN) para pasar a integrar el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal), y en ese sentido abogar por el desarme nuclear.
«No queremos más energía nuclear sino energías alternativas, queremos acceso a la salud y educación gratuita, una jubilación gratuita y un desarrollo económico de carácter ecologista», sostiene.
Además agrega que su partido apuesta a «la posibilidad de acceder al mar y al espacio, como posibilidades de desarrollo de alternativas nuevas, ecológicamente hablando. Francia tiene 15.000 kilómetros de costa. Francia es hermana de América Latina, pues estamos con Guyana en la frontera con Brasil».
«Tenemos otra visión de cómo acceder al mediterráneo, Otra visión sobre la paz, no construir sobre la relación de fuerzas que están proponiendo la OTAN y Trump«, subraya Rodríguez.
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