A partir del 1º de enero de 2019 el ultraderechista Jair Bolsonaro asumirá la presidencia de Brasil y tomará las riendas de la economía más grande de América Latina.
El representante del Partido Social Liberal basó su campaña electoral en un serie de eslóganes como: “Brasil encima de todo, Dios encima de todos” y “más Brasil, menos Brasilia”. Aunque formuló algunas propuestas dejó muchas incógnitas por resolver sobre qué se puede esperar de su Gobierno, especialmente en el plano comercial.
Bolsonaro tendrá el reto de mejorar la economía de Brasil que atravesó dos años de recesión (2015 y 2016), y otros dos de muy baja recuperación, a lo que se suma el aumento del desempleo 12,1% (12,7 millones de personas) y de la pobreza que afecta a más de 23 millones de brasileños. Así como un creciente déficit fiscal de 7% y una deuda pública de 77%.
Para afrontar esta tarea , quien se considera un “inexperto” en materia económica delegó en su asesor y próximo súper ministro de Finanzas, Paulo Guedes, el destino del desarrollo productivo de Brasil.
La receta liberal de este economista discípulo de los Chicago Boys, apunta a achicar la estructura del Estado, desactivando la mitad de los Ministerios; alcanzar un déficit fiscal cero en 2019 y llegar al superávit en 2020; aplicar un plan de privatizaciones en más de 50 empresas estatales; reformar profundamente el sistema de pensiones; emprender una reforma tributaria y reducir la inflación en un 4,5%.
Las reformas de Guedes no serán graduales ni concertadas, más bien adoptarán la fórmula del Shock (Milton Friedman), pues el camino del diálogo hace este tipo de políticas inviables, aseguró a BBC Mundo el economista brasileño Carlos Langoni, comparando lo que se viene en Brasil con lo que ocurrió en Chile en la dictadura militar.
Objetivos inviables
Sin embargo, varios analistas consideran que buena parte de estos objetivos son inviables. Un ejemplo es el economista brasileño, Claudio Frischtak, quien alertó que no hay milagros para revertir la situación económica y que es “imposible” llevar a cero el déficit en 2019 sin subir los impuestos, ya que demandaría un crecimiento de 4,5%, muy por encima de las previsiones.
Por su parte, Adhemar Mineiro, economista del Departamento Intersindical de Estadística y Estudios Socioeconómicos de Río de Janeiro (DIEESE), plantea que no sabe que esperar de la agenda que preparó Guedes para el Gobierno de Bolsonaro.
“Cuando se mira el programa de Bolsonaro, vemos que es muy vacío en lo que a la economía se refiere. Hay solo algunas declaraciones de principios. Esta incertidumbre es un problema y constituye el peor escenario. Bolsonaro deja más dudas que certezas”, comentó a El Confidencial
En el plan denominado “camino de la prosperidad” se enuncia que la economía será liderada por dos instituciones: el Banco Central y el ministerio de Economía
. La propuesta principal es fusionar este ministerio con los ya existentes ministerios de Hacienda, Planificación, e Industria y Comercio, además de la Secretaría Ejecutiva del Programa de Alianzas para las Inversiones que estarán subordinadas al nuevo súper ministro (Guedes).
Al respecto, los analistas recuerdan que ya hubo un ministerio parecido durante el mandato de Fernando Collor de Mello (1990-1992), cuando la inflación alcanzó el 2.000% y su Gobierno optó por un corralito que secuestró los ahorros de los brasileños en el intento de revertir la situación.
Asimismo, les crea incertidumbre la decisión de dotar a un solo ministro de superpoderes en el ámbito económico y el hecho de que el propio Bolsonaro confesara que no tiene un plan B para la economía en el caso de un conflicto de ideas con Guedes.
“Para tristeza de la izquierda y de los estatalistas, no tenemos intención de morir”, dijo durante la campaña, en la que admitió su ignorancia en las cuestiones macroeconómicas más básicas, por lo que a juicio de muchos expertos puede quedar rehén de las propuestas de Guedes y su equipo.
Para el economista brasileño, Adhemar Mineiro, el programa de Bolsonaro “no ofrece grandes novedades y solo presenta una radicalización de algunas medidas” planteadas por Michel Temer, entre las que figuran el techo de gastos durante los próximos 20 años, establecido a través de una polémica enmienda constitucional aprobada por el Congreso Federal de 2016 y la implementación de un ajuste fiscal.
Cambio en las pensiones
Uno de los puntos que más expectativas despierta es la reforma del sistema de pensiones que planteó Bolsonaro, que el mismo Temer impulsó sin mucho éxito por no contar con el respaldo del Congreso.
El ultraderechista propone un régimen de capitalización individual, como el sistema que rige en Chile desde los años 1980 y que ha llevado a miles de personas a manifestarse por la delicada situación en que se encuentran los jubilados, al percibir bajos ingresos.
André Braz, economista de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), señala que habrá que esperar si Guedes y Bolsonaro pensarán en el impacto de esta medida en la sociedad brasileña.
“Es importante pensar en qué tipo de política implementar para no empeorar la situación de una parte amplia de la población”, dijo citado por El Confidencial.
Para el economista Alexandre Schwartsman, el crecimiento de la economía brasileña dependerá en buena parte al éxito o no de la agenda de reformas, principalmente la de pensiones y la tributaria.
“Si no hay progreso en estos temas, el peso del desequilibrio fiscal se hará sentir en el riesgo país y tendrá efectos negativos sobre la inversión y el crecimiento”, alertó.
¿Proteccionista o aperturista?
Un aspecto que centra el debate entre los analistas es cuál será la política que aplicará el nuevo presidente de Brasil en materia comercial. La razón es que Bolsonaro se expresó de manera ambigua respecto de su plan para el comercio exterior y la industria nacional.
Paulo Guedes, quien es un defensor acérrimo del liberalismo, adelantó que impulsará una reducción de alícuotas de importación y de barreras paraarancelarias, en paralelo con la firma de nuevos tratados bilaterales. Sin embargo, no está tan claro que en Brasil vaya a haber una apertura indiscriminada de la economía, tomando en consideración el discurso populista, teñido de proteccionismo, al estilo Donald Trump que caracterizó a Bolsonaro en su campaña.
Emanuel Ornelas, economista brasileño especializado en comercio internacional, destacó que presidente electo de Brasil “ha mostrado fuertes tendencias nacionalistas y proteccionistas a lo largo de su tiempo en el Congreso y también en la campaña”.
El experto agregó que los industriales paulistas, dueños de un fuerte poder de lobby, “están acostumbrados a la protección y quieren mantenerlo así. Hay numerosas señales que nos indican eso, y es altamente probable que trabajen para que esa realidad no se modifique”.
Recordó que entre los países capitalistas del mundo, Brasil es percibido como uno de los más cerrado de todos, por lo que a menos de que se genere un proceso significativo de liberalización comercial, esa imagen no cambiará mucho.
“No espero grandes cambios de Brasil en ese sentido”, dijo en entrevista concedida al diario País de Uruguay.
Ornelas planteó que aunque Paulo Guedes se posiciona como ultraliberal, nadie sabe con certeza lo que pretende hacer con la economía brasileña.
“Basados en sus propios perfiles, podemos pensar que fácilmente podría haber un choque entre ambos, ya que sus opiniones sobre la materia económica son muy diferentes. Por lo tanto, será una sorpresa, de una manera u otra. Un dato no menor es que Bolsonaro no tiene experiencia en el Ejecutivo”, expuso.
Marcelo Bermolén, profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, en Argentina también se inclina por la hipótesis de un nuevo Gobierno más proclive a “fortalecer la industria nacional y aliarse al fuerte lobby del empresariado paulista”.
Sin embargo, para el analista se podrán evidenciar matices, ya que Bolsonaro por un lado abrirá la economía selectivamente en aquellos sectores menos competitivos y mantendrá en poder y supervisión propia a sectores estratégicos como las comunicaciones y la energía.
Por su parte, Carlos Bianco, exsecretario de Relaciones Económicas Internacionales de Argentina, señala que “el plan que económico que pretende implementar Bolsonaro consiste en abrir la economía a los mercados” .
“Se trata de un ultraneoliberalismo, por lo tanto, de políticas ultraviolentas. Si no protege a su industria, a su clase trabajadora, y forma tratados de libre comercio bilaterales, todo eso va a tener que cerrarse con balas y palos», dijo, citado por Sputnik.
Remarcó que la victoria de Bolsonaro se explica en parte por el declive del poderoso sector industrial de São Paulo.
«Gran parte de la burguesía industrial brasileña se volcó al agronegocio y al sistema financiero. Por lo tanto la burguesía paulista no es lo que era en los ’70, ’80 y hasta en los ’90. Brasil está cediendo a las presiones del capital mundial, que necesita que sea un fuerte productor de materias primas y alimentos», aseveró.
¿Bolsonaro a los pies de Estados Unidos?
Varios expertos consideran que tras la llegada al poder de Bolsonaro, Brasil se acercará aún más a Estados Unidos (EE UU), en detrimento de su relación comercial con otros países, como por ejemplo China.
Para el profesor de la Universidad Estatal de Río de Janeiro , Mauricio Santoro, Estados Unidos es actualmente el país con las mayores esperanzas puestas en Bolsonaro.
Según el analista, el ultraderechista habla con gran admiración de la nación norteamericana y considera que el modelo neoliberal de Washington es el que “Brasil tiene que seguir y los estadounidenses lo aprecian”.
A su vez, el decano de la Facultad de Economía y Ciencias Sociales de la Academia Rusa de Economía y Administración Pública Nacional, Alexandr Chichin, va más allá y señala como muchos otros que el carácter de Bolsonaro tiene similitudes con el del mandatario estadounidense, Donald Trump, por su historial homófico, racista, misógino y agresivo.
El profesor ruso considera que Brasil seguirá el ejemplo de México y ajustará su política y economía a los designios de la Casa Blanca.
«Estoy seguro de que ajustará y acordará su política con Washington (…) En su política exterior tendrá que partir inevitablemente del hecho de que Brasil será un tipo de plataforma para la expansión de la influencia de EEUU en América Latina», precisó a Sputinik.
El profesor ruso considera que en este sentido Brasil seguirá el ejemplo de México y evidentemente ajustará su política y economía a las de EEUU.
«Estoy seguro de que ajustará y acordará su política con Washington (…) En su política exterior tendrá que partir inevitablemente del hecho de que (Brasil) será un tipo de plataforma para la expansión de la influencia de EEUU en América Latina», precisó.
El politólogo argentino, Atilio Borón, concuerda con este planteamiento y manifiesta que Bolsonaro “pondrá la soberanía de Brasil al servicio de la política exterior de EEUU. Este régimen puede ser más brutal que el fascismo. No puede armar un modelo fascista, pero puede armar una cosa todavía peor”.
Asimismo, Juan Carlos Hidalgo, analista para América Latina del Cato Institute , alerta sobre el peligro de las similitudes entre Trump y Bolsonaro para la salud de las instituciones brasileñas.
«Si Trump generaba ciertos resquemores por algunas de sus posiciones a pesar de los pesos y contrapesos que prevé el sistema democrático en Estados Unidos, en Brasil esos frenos al poder presidencial son más débiles, y estamos ante un demagogo peligroso, que resalta los valores de la dictadura«, advierte.
“Estamos ante un sociópata, ante un hombre con patologías bien reconocibles”, subrayó al portal Infobae.
Por su parte, el profesor Víctor Jeifets, experto en asuntos latinoamericanos de la Universidad Estatal de San Petesburgo tiene otra opinión y considera que Bolsonaro no es proestadounidense.
Según el analista, el presidente electo brasileño apoya la política de Trump en lo que se refiere a la consolidación de la soberanía de EE UU porque quiere consolidar la soberanía de Brasil, lo que explica el por qué se manifiesta en contra de las organizaciones internacionales y aboga más por el desarrollo de las relaciones bilaterales.
«Más temprano que tarde Bolsonaro y Trump no podrán evitar colisionar en algunas cuestiones porque ambos son populistas con considerables enfoques seminacionalistas. No obstante, desde el punto de vista económico, los dos políticos apuestan por la prioridad absoluta del mercado libre dentro de su país y su cierre para los bienes extranjeros», señaló Jeifets a Sputnik.
Visión de América Latina
Pese a la crisis que arrastra desde hace cuatro año, Brasil es considerada la octava economía del planeta, por lo que las medidas que adopte Jair Bolsonaro afectarán al resto de los países vecinos.
Al respecto, Atilio Borón plantea que la llegada al poder de Jair Bolsonaro en Brasil constituye un viejo anhelo de los sectores de la derecha, basado en romper la integración latinoamericana, entregar el control de los mercados locales a la empresa privada e “instaurar una idea falaz de que los grupos conservadores representan el orden frente al caos que se vive actualmente en las distintas naciones”
Por su parte, el politólogo y diplomático, Jesús Mazzei Alfonzo, experto en el tema brasileño, señala que el Gobierno del ultraderechista signficará “un momento de cambio radical” dentro de la región.
“Brasil dio un giro a la derecha. Desde la época del periodo de la autocracia militar Brasil no era gobernado por sectores políticos de derecha, esta vez son militares y civiles…Ahora son la coalición que lleva a Bolsonaro al Gobierno.
Asimismo, considera que Bolsonaro va a trabajar conjuntamente con Colombia, Chile, Argentina, Paraguay para crear el bloque liberal en América del Sur que propuso en su campaña.
¿A favor o en contra del Mercosur?
Un punto que preocupa a los analistas es que el nuevo presidente de Brasil anticipó que irá por “menos Mercosur y más acuerdos bilaterales”.
“Necesitamos liberarnos de las amarras del Mercosur y avanzar hacia el bilateralismo. Brasil tiene autonomía para hacer comercio con todo el mundo”, expresó en la campaña electoral.
Estos temores se vieron acrecentados con las declaraciones de Paulo Guedes, quien a horas de que Bolsonaro obtuviera el triunfo en las urnas electorales, advirtió que el Mercado Común del Sur (Mercosur) no será una prioridad para el gobierno brasileño.
«El Mercosur es demasiado restricto para lo que estamos pensando. Cuando fue creado, fue hecho totalmente ideológico. Brasil quedó prisionero de alianzas ideológicas, y eso es malo para la economía», dijo en una conferencia de prensa.
Ante la avalancha de críticas y cuestionamientos, sobre todo en un país socio del Mercosur como Argentina, el economista debió recular como en otras oportunidades y pidió disculpas y suavizó su discurso, tratando de aclarar que los principales problemas de Brasil en estos momentos «son internos».
«Pido disculpas, fueron palabras en la noche de la elección y uno no sabe qué responder. Yo no quise en ningún momento desmerecer a Argentina o al Mercosur, pero la verdad es que no es el foco en este momento porque lo son nuestros problemas internos», dijo al diario La Nación.
Preocupación en Argentina
Sin embargo, el economista Marcelo Elizondo, especialista en Mercosur, declaró al diario Folha que el Gobierno de Mauricio Macri, está preocupado por un posible alejamiento de Brasil durante la presidencia de Jair Bolsonaro.
«Es una ruptura del status quo, pero tal vez Argentina ya esperaba eso», dijo.
Recordó que el pasado lunes, el diputado Onyx , posible ministro de la Casa Civil, afirmó que Chile será el primer destino internacional de Bolsonaro, lo que rompe una regla de la política exterior brasileña ya que Argentina es el primer país que visitan los presidentes electos, independientemente de la ideología de los gobiernos de turno.
«La idea de que Argentina sea secundaria para la economía brasileña preocupa y está causando una gran agitación en Argentina, pero esto es el retrato de este momento, hay que esperar un poco más», planteo Elizondo al tiempo que recordó que «Brasil es aún el principal socio comercial de Argentina y Argentina es el tercero en el ranking del comercio exterior brasileño.
Adicionalmente, el profesor Marcerlo Bermolén, advierte que la llegada de Bolsonaro afectará la propia naturaleza del bloque.
“Bolsonaro, mantendrá al Mercosur como un acuerdo aduanero, pero evitará su fortalecimiento, puesto que pondrá el énfasis en los tratados bilaterales. Desde esa perspectiva negociará con una Argentina en crisis, con la cancha inclinada a su favor”, afirmó.
Mientras que Marcelo Elizondo coincidió al señalar que “el Mercosur dejará de ser la única prioridad de la política exterior brasileña. No lo va a romper, pero deberemos convivir con un Brasil que sin dudas buscará una posición más individual en el mundo”.
https://www.elciudadano.cl/latino-america/con-fama-de-mitomano-y-corrupto-este-es-paulo-guedes-el-chicago-boy-que-bolsonaro-pondra-a-cargo-de-la-economia-mas-poderosa-de-sudamerica/10/30/
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