Solemos pensar que las estrellas de cine y televisión no pasan por muchas situaciones por las que atraviesa el común de la gente.
Nos cuesta creer, por ejemplo, que ellos envejezcan, que se sientan tristes o que pasen necesidades económicas. Incluso, solemos pensar que ellos siempre viven felices porque tienen fama y dinero.
Nada más alejado de la realidad. Se trata de seres de carne y hueso que padecen, sufren y lloran como el resto de los mortales.
Recientemente la actriz Gwyneth Paltrow dio muestras de ello, al colgar en su sitio Goop un video en el que confiesa los malestares que está experimentando, por estar atravesando por esa a veces incómoda etapa por la que transitan las mujeres, que se acercan a las cinco décadas de vida: la menopausia.
«Cuando entras en la peri menopausia, experimentas muchos cambios, siento sudoración, cambios hormonales y cambios de humor, como si estuvieras repentinamente furioso y no entiendas por qué», dijo la estrella hollywoodense de 46 años a los fanáticos de Goop, el sitio de bienestar y estilo de vida que fundó, con esta video-confesión.
«En nuestra sociedad no tenemos un gran ejemplo de mujeres menopáusicas. Creo que la menopausia tiene una mala reputación y necesita cambiar de marca”, continúa Gwyneth, ganadora del Oscar por su actuación en Shakespeare Enamorado (1998).
El video sirve para promover la nueva campaña Goop, que junto con el médico Dominique Read implanta un protocolo, Madame Ovary, para mujeres menopáusicas, pero también busca crear conciencia sobre lo que es una condición común para millones de personas, para infinidad de mujeres pero de las que todavía se habla con dificultad.
Si la iniciativa de Paltrow obviamente tiene un propósito económico, dado que Goop vende productos dedicados, sigue siendo una postura útil.
Gwyneth no es la primera estrella en abordar este tema. También la diva del cine italiano Mónica Bellucci, habló de él sin tapujos durante una reunión con la prensa para el lanzamiento de la línea anti-age Nivea.
«Nos dicen que la menopausia es una enfermedad grave, pero en cambio es libertad absoluta porque ya no somos esclavos de hormonas. Vivimos la sexualidad con mayor control. Ya no tenemos el impulso hormonal que dirige, somos nosotros los que dirigimos, y esto marca la diferencia”, dijo la diva que a los 54 años sigue siendo un ícono del encanto indiscutible.
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