Un pescador encontró a un bebé de 18 meses flotando en el mar de Nueva Zelanda, en la playa de Matata.
El hombre, sin saber que se convertiría en héroe, revisaba sus líneas de pesca cuando vio un extraño objeto flotando en el mar. Al acercarse, observó al bebé que flotaba sobre su costilla izquierda y aún respiraba.
Luego de rescatar al niño, el pescador llamó a su esposa, Sue Hutt, que se encontraba en tierra, para contarle lo ocurrido y solicitarle que buscara a los papás del pequeño.
El infante, identificado como Malachi Reeve, de 18 meses de edad, había salido de la tienda de campaña en la que se encontraba durmiendo con sus padres en la playa Matata, en Nueva Zelanda, situada en la Isla Norte neozalendesa.
Incluso, sus traviesas pisadas quedaron marcadas en la arena, indicando su trayectoria hasta el mar. Se estima que flotó unos 15 metros antes de que Hutt lo avistara.
Al regresar a la playa Matata, el bebé era esperado por un grupo de bomberos que le brindaron primeros auxilios. Seguidamente, llegó una ambulancia que lo trasladó al Hospital Whakatane, donde se reportó fuera de peligro.
La policía se hizo presente y no se levantaron cargos contra nadie.
“Ese bebé tuvo mucha suerte o simplemente no era su momento de irse. El niño no llevaba más de 15 minutos en el agua”, informó Hutt, quien ahora es un héroe local.
“El niño estaba muy emocionado de estar en la playa. Fue la primera noche de la pareja allí”, indicó la propietaria del campamento donde se quedó su familia.
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