Las personas con recuerdos dulces y felices de la infancia, especialmente en sus relaciones afectivas con los padres, tienden a tener menos depresión y menos enfermedades crónicas como adultos mayores, según una investigación publicada en la revista especializada Health Psychology.
«Encontramos que los buenos recuerdos parecen tener un efecto positivo en la salud y el bienestar, posiblemente a través de la forma en que reducen el estrés o nos ayudan a mantener opciones saludables en la vida», dijo el autor principal del estudio, William J. Chopik, de la Universidad Estatal de Míchigan.
Los investigadores utilizaron datos de más de 22.000 participantes en dos estudios. El primero se hizo a los adultos a la edad de 40 años durante 18 años y el segundo siguió a los adultos de 50 años o más durante 6 años. Las encuestas incluyeron preguntas sobre las percepciones del afecto de los padres, la salud general, las condiciones crónicas y los síntomas depresivos.
Los participantes en ambos grupos que informaron haber recordado niveles más altos de afecto por parte de sus madres en la primera infancia experimentaron una mejor salud física y menos síntomas depresivos más adelante en la vida.
Los que reportaron recuerdos con más apoyo de sus padres también experimentaron menos síntomas depresivos.
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