Concepción.- La represión policial vivida durante las manifestaciones del día jueves 15 de noviembre, por la defensa de los territorios y por el homicidio del comunero Camilo Catrillanca, gatilló un nuevo cuestionamiento sobre los niveles de violencia y el abuso de autoridad que están utilizando las Fuerzas Especiales de Carabineros a la hora de enfrentarse a manifestaciones sociales.
Ambas manifestaciones se realizaron durante la tarde. En los Tribunales de Justicia fue una convocatoria nacional en defensa de los territorios, y en la Universidad del Bio Bío una protesta para exigir justicia por el asesinato de Camilo Catrillanca, crimen perpetrado en el contexto de un operativo en la Araucanía.
Las dos manifestaciones se destacaron por haber sufrido un alto nivel de violencia policial. La marcha en los Tribunales de Justicia, en el centro de Concepción, fue reprimida inmediatamente por Fuerzas Especiales. Fue allí donde se llevaron detenidas cerca de 60 personas de manera arbitraria.
Una de las personas arrestadas fue Matías Artigas (imagen de portada), fotógrafo para medios de prensa especializado en movilizaciones y concentraciones. Matías consigna en su relato que “estaba fotografiando a un chico que fue botado al suelo por tres carabineros, a quien le estaban pegando y arrastrando por el suelo para que se levantara. Fue en ese momento cuando un teniente y sargento de carabineros me agarran por el cuello y yo quedé inmovilizado y rogando que me soltara, pues me estaban asfixiando. Al final sólo me hacían callar y me insultaban mientras me arrastraban hacia la micro” afirma el profesional.
Dentro del bus los carabineros tampoco siguieron los protocolos correspondientes, pues Matías no pudo ver las placas de los carabineros, las cámaras de sus cascos iban apagadas y no se le explicaron sus derechos como detenido.
El fotógrafo agrega además que “dentro del furgón yo no podía respirar porque me habían apretado muy fuerte y además, tenía la vista nublada porque el efecto de la lacrimógena estaba vigente todavía. Adentro estaba súper tenso, exigimos saber cuál era el motivo de nuestra detención . Fue en eso que me empiezan a golpear, a empujar con una silla, me lanzan al piso, me pegan patadas, empujones y me obligan a sentarme. Allí dentro se burlaron de nosotros con decirnos que nos callemos o íbamos a terminar como las personas en la Araucanía, o que nos iban a hacer desaparecer”.
Luis Jara es profesor de historia y dirigente sindical, parte de los sesenta detenidos durante la manifestación. El afectado cuenta que “la calle Barros Arana era una nube irrespirable de lacrimógena. Junto al grupo con el que andaba, fuimos a defender a dos chicas que estaban siendo golpeadas en el suelo por como siete carabineros. Allí me llevaron por tratar de ayudar a las niñas y dentro del furgón nos insultaron y nos golpearon”.
Una vez que llegaron a la Primera Comisaría de Concepción, fueron a constatar lesiones. Luis aclara que “allí comenzaron a inculpar a siete personas por el lanzamiento de molotov y destrucción del mobiliario urbano. Pero, en realidad sólo tomaron personas al azar y estaban buscando culpabilizar porque sí” fustiga el dirigente.
En esta parte, Matías Artigas cuenta que había una funcionaria de carabineros que trató pésimo a las mujeres, a quienes les tiró del pelo y las insultó en exceso: “Fue una gran cantidad de violencia descontrolada y fue horrible tener que presenciarlo”.
Finalmente, Luis Jara reflexiona acerca de la situación y narra que “ha sido la jornada, dentro de los últimos cinco años, más violenta y represiva que hemos vivido. Nosotros fuimos como organizaciones sindicales y hemos ido dándonos cuenta de que la tónica de estos eventos está siendo evitar que nos manifestemos, de hostigar a las personas con insultos y cuando las marchas terminan, van a molestar a las personas que están tomando micro en los paraderos, a través de controles de identidad”.
En paralelo a esta convocatoria en el centro de Concepción, en la Universidad del Biobío se movilizaron por el comunero mapuche Camilo Catrillanca, quien fue asesinado en medio de un operativo policial en la localidad de Ercilla.
Aquí, se realizaron barricadas en la Avenida Collao, pero en vez de llegar personal de Fuerzas Especiales, llegaron carabineros motorizados. Matías del Río es fotógrafo del colectivo Retrato Independiente y se encontraba trabajando dentro de la manifestación. Él cuenta que “llegaron carabineros motorizados, a los que no les corresponde la labor de despejar manifestaciones. Dentro de las barricadas, llegó un funcionario, sacó su pistola y pegó cuatro tiros al aire. Al rato llegó otro funcionario y mandó siete tiros nuevamente hacia el cielo y esos sonaron muy fuerte”.
Las consecuencias de estos actos represivos por parte de las autoridades policiales son preocupantes para los y las manifestantes. Matías Artigas subió las fotografías donde sale siendo detenido y expresa que “me han llegado muchas amenazas por redes sociales a través de perfiles falsos y de políticos de Santiago, generando en mi desconfianza y miedo. Es complicado porque estas situaciones hacen que se suprima la libertad de prensa”.
Los acontecimientos han generado fuertes cuestionamientos en las organizaciones sociales por el papel de las autoridades políticas en la utilización de la represión de Carabineros en movilizaciones que exigen, en el fondo, derechos sociales y justicia.
No es sólo la violencia física la que se ejerce, pues el daño psicológico se puede entrever en las amenazas de muerte, persecución y desaparición a los detenidos. Según Luis Flores, “cuando las organizaciones, sindicatos y personas empiezan a instaurarse con más fuerza dentro de los movimientos sociales, es cuando las políticas represivas aumentan”.
Vía Resumen