Cuatro paneles que hacen función de paredes cuentan escalofriantes testimonios de familiares de mujeres asesinadas, a causa de la violencia doméstica. La exposición se exhibe al público en el jardín tropical de la estación ferrocarril de Atocha en Madrid.
«Paredes que hablan» ha sido el nombre de la iniciativa de la Fundación Mujeres, que propone por esta vía interactiva «un acercamiento a la realidad de las familias que sufren los crímenes por violencia de género», cuya razón los asistentes deben prestar atención a dicha exposición visual y sonora en la que los visitantes deben acercar sus oídos para poder escuchar.
Según un artículo de RT señala que al acercarse a la pared se escucha la voz grabada de los propios seres queridos de las víctimas, narrando la manera en que se produjo cada asesinato. La potente combinación entre la dureza de los hechos y el dolor por la pérdida hace que se convierta en una situación difícil, y dota a la propuesta artística de una intensidad especial.
«Mi hermana falleció en 2013, asesinada por su marido, estando presente en el domicilio su hija Marta, que en aquel entonces tenía dos años de edad» cuenta «La pared de Marta», una de las cuatro instalaciones expuestas en Atocha, donde se escucha la voz del hermano de la víctima, quien en cuatro minutos refleja la oscura tragedia familiar que hay tras cada víctima mortal de la violencia de género.
También se pudo conocer en la historia que la madre de Marta fue brutalmente asesinada, mientras dormía de un disparo en la sien. La pared, decorada con motivos infantiles, evoca el cuarto de su hija.
El relato es similar en «La Pared de Pedro y Luis»: «Asesinaron a mi madre», explica uno de los hijos de la víctima, quien detalla el método empleado por su pareja, que también murió en la brutal explosión que provocó en la casa, utilizando bombonas de butano y gasolina.
La Fundación Mujeres busca profundizar en su línea de «sensibilización a la población acerca de la realidad cotidiana de la violencia de género» y aseguran que el proyecto trata de visibilizar las estadísticas ocultas de este tipo de crímenes: «¿Qué es lo que se vive el día después? ¿Cómo se supera el asesinato de una madre, de una hija, de una hermana? ¿Qué es lo que se le cuenta a sus hijos e hijas?», preguntan los responsables de la propuesta.
La exposición está abierta al público en el espacio de la estación. «Estas historias, que muchas veces se quedan en la intimidad, que sólo conocen las paredes de un hogar, salen a la calle», explican la representantes de la Fundación Mujeres.
Las paredes aparentemente «interiores» de cada hogar aparecen aquí vueltas hacia afuera, de cara al público, dispuestas a mostrar la vida cotidiana de la gente de las vidas que se pierden por estar, precisamente, encerradas en un entorno doméstico de violencia y abuso.
«Queremos sacar a la calle el dolor, la pena, la indignación de las personas que han sufrido en su familia esta tragedia», se supone que el hogar debería ser un espacio para la felicidad y un refugio para todos sus miembros comentan los líderes del proyecto, al tiempo que sostienen «las paredes también te contarán su lucha, su esfuerzo y su futuro, para que tú, transeúnte, escuches lo que sucede», señalaron.
En los últimos 15 años, según datos oficiales del Gobierno de España, 972 mujeres han sido asesinadas víctimas de la violencia de género, 44 de esas muertes ocurrieron en 2018.
La obra «Paredes que hablan» fue inaugurada el pasado sábado 17 de noviembre y permanecerá en la estación de Atocha hasta el próximo día 1 de diciembre.
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