Un equipo de científicos propuso una forma no probada e inusual de enfrentar el cambio climático; rociar químicos para atenuar la incidencia del Sol en la atmósfera de la Tierra.
De acuerdo con un estudio de investigadores de las universidades de Harvard y Yale (EE. UU.), publicado en la revista Environmental Research Letters, una técnica conocida como inyección de aerosol estratosférico (SAI, por sus siglas en inglés) podría reducir la velocidad del calentamiento global a la mitad.
La idea implicaría rociar grandes cantidades de partículas de sulfato en la estratósfera inferior de la Tierra, en altitudes de hasta 19 kilómetros, por medio de aviones especialmente diseñados, globos o grandes cañones de estilo naval.
Es solo una propuesta
El informe reconoce que la propuesta es puramente hipotética en este momento, ya que todavía no existe una tecnología o avión adecuado para implementarla.
Los científicos señalan que para ese fin están diseñando una nueva aeronave cisterna, especialmente concebida para sustanciales capacidades de carga útil, que no sería tecnológicamente difícil ni muy costosa. No obstante, su desarrollo tomará unos 15 años, admiten.
Efectos colaterales
El equipo también reconoce que el hipotético sistema podría eventualmente tener consecuencias catastróficas como, por ejemplo, sequías o un clima extremo. Además, sería necesaria la coordinación entre múltiples países en ambos hemisferios. Otros han destacado que la propuesta no se apunta al problema de los gases de efecto invernadero, que son la causa principal del calentamiento global. Por esto, muchos se oponen a la idea y la consideran peligrosa.
Philippe Thalmann, del École Polytechnique Fédérale de Lausanne, experto en economía del cambio climático, dijo que el sistema sería en realidad más costoso y que “a largo plazo más peligroso”. David Archer, del departamento de ciencia geofísica de la Universidad de Chicago, comentó a CNN.
“El problema con la ingeniería del clima es que no es más que un parche temporal para cubrir un problema que persistirá en el tiempo. Es tentador seguir procrastinando sobre usar energías limpias y renovables, pero esto dejará a nuestro planeta en terapia intensiva”.
“Si la futura generación falla en pagar su cuenta con el clima, tendrá que enfrentar serias consecuencias”, concluye.
¿Cuánto costaría?
El costo por lanzar el sistema SAI se estima en unos 3.500 millones de dólares y unos 2.200 millones dólares más en su aplicación por año.
“Dados los potenciales beneficios de cortar a la mitad el incremento de la radiación desde una fecha en particular en adelante, estos números invocan una “economía increíble” para la geoingeniería solar”, explica el Dr. Gergot Wagner de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Harvard y coautor del estudio.
“Sin embargo, docenas de países podrían financiar el programa, y la tecnología requerida no es particularmente exótica”.
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