Otro gallo cantaría

Hace 41 años el pueblo de Chile se puso los pantalones largos al nacionalizar la que en ese entonces se sabía era su principal riqueza, el cobre

Otro gallo cantaría

Autor: Wari

Hace 41 años el pueblo de Chile se puso los pantalones largos al nacionalizar la que en ese entonces se sabía era su principal riqueza, el cobre. Si una persona al pasar a la adultez se vuelve autónoma en lo legal, entonces el país se transformaba en un ente soberano, calidad que radicaba en el pueblo.

Este acto, conmemorado el 11 de julio, es de tal trascendencia que se le denominó el Día de la Dignidad Nacional. En ese entonces Chile dejó por un instante de rendir pleitesía al capital internacional, para tomar las riendas de su propio destino.

Impulsada por Salvador Allende, esta idea contó con el apoyo unánime del Congreso pleno, incluyendo a los parlamentarios de derecha. Todos sopesaron la importancia e implicaciones de que el Estado tomara el control de tan estratégico mineral, que podría cambiar el destino de la nación al asegurar las necesidades básicas para así propiciar el desarrollo de la sociedad entera y las personas.

De aquellos tiempos poco y nada queda. Con posterioridad al Golpe de Estado se regaló la industria estatal y se fue privatizando todo lo que por éste era administrado. Se permitió el saqueo de los recursos naturales, sobre todo de la gran minería, lo no renovable. Este proceso, abierto en dictadura, se acentuó durante los gobiernos de la Concertación. Sólo se conservó la propiedad de la principal productora de cobre del mundo, Codelco, que hoy produce alrededor del 30% del mineral estratégico del país, pues lo restante se queda en manos privadas.

De pasar de vestir pantalones largos, con el transcurrir de los años el pueblo de Chile volvió a vestir pantalones cortos. No desarrolló política alguna en el sentido de tomar control sobre las áreas estratégicas y no propició la industria y el desarrollo tecnológico, sino que entregó en bandeja lo habido y por haber, llevando al país a una etapa de niñez, con un presente donde no es capaz de controlar su propio destino.

Chile significa una reserva de elementos imprescindibles para la vida humana tanto para hoy como hacia el futuro, así como un territorio ideal para desarrollar energías limpias. Si se continúa propiciando la explotación del medio ambiente para beneficio exclusivo de corporaciones multinacionales, se condenará a las generaciones futuras a la pobreza y dependencia absoluta, como vemos hoy.

El devenir actual nos revela que el país no sólo volvió a vestir pantalones cortos. Fue llevado y se dejó llevar a un estado de incapacidad del que difícilmente podrá salir antes de que nada quede, si no se trabaja incesantemente en buscar las vías para recuperar el control de los recursos, la soberanía, alcanzar la equidad y construir una democracia o algo parecido. No hay que mirar demasiado lejos para aprender de caminos efectuados por pueblos de la región, en el sentido de democratizar las leyes del juego mediante procesos constituyentes.

Es importante aprender del pasado propio y por lo tanto desde su génesis asegurar que el proceso asambleísta sea protagonizado por el soberano. No vaya a ocurrir otra vez que nos vendan una bonita y emotiva campaña publicitaria que luego resulte ser un arreglín encubierto, donde la forma es diferente pero en el fondo nada cambia.

Junto a otros elementos, ayer y por mucho tiempo más, será el cobre un mineral estratégico, así como el litio es fundamental para el futuro de los pueblos de este territorio, un mineral que por sí sólo, aun cuando se explotara usando la tecnología menos contaminante y más cara que existe, podría financiar la educación gratuita y de calidad que exige el pueblo, viviendas, salud y trabajo dignos, pero que los gobernantes decidieron que se oferte en el portal de licitaciones públicas “Chilecompra” internacional, para que vengan las mismas multinacionales de siempre a saquearlo.

Al igual que con el cobre, se utilizan subterfugios legales para concesionar un mineral estratégico, no concesible de acuerdo al marco legal vigente.

Las cifras son decidoras; la demanda internacional por el litio creció 222% en los últimos 10 años; Chile tiene reservas equivalentes a 44,8 billones de dólares a su valor actual, que seguirá subiendo. Si se explotara responsablemente por el Estado, se recaudarían cifras multimillonarias, pero hoy sólo dos empresas privadas lo explotan en el Norte, ambas extranjeras que pagan un impuesto irrisorio de un 7%. Con ello ya se dejaron de recaudar inmensos recursos capaces de hacer de éste, otro país.

Ocurre la coincidencia de que el mismo 11 de julio, Día de la Dignidad Nacional, es también el Día del Periodista, lo que nos lleva a pensar en el lugar que juega este oficio en todo esto.

Y pensamos que el rol está dado en definitiva por el informar y formar sobre estos trascendentales temas.

Pero ocurre que los colegas que manejan los mayores recursos de producción para investigar a fondo estos y otros temas, los malgastan; como Emilio Sutherland, quien realiza “En su propia trampa” -programa propio conseguido gracias a la escuela del montaje de la Mercedes Ducci de antaño-, donde se jacta de “atrapar” a un par de personas que nunca tuvieron las oportunidades del periodista. Los persiguen por meses para develar su engaño de hacerse pasar por discapacitados para conseguir doce mil pesos al día. Y el mismo Emilio se mofa y los engaña haciéndolos comer una pizza y un jugo repletos de ají, para ridiculizarlos y reír. Luego los increpa por no seguir la senda del libre mercado y sus fantásticas oportunidades laborales y de progreso; los hostiga buscando reacciones violentas, para humillarlos aún más, con la seguridad y respaldo que le otorga un equipo bien preparado.

Si todos esos recursos e inventivos talentos se orientaran a investigar y desenmascarar a los verdaderos tramposos y rufianes que engañan a pueblos completos condenándolos a la miseria en beneficio privado, el periodismo sería otra cosa y otro gallo cantaría.

Por Equipo Editor 

El Ciudadano Nº129, segunda quincena julio 2012

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