Carabineros llenó de químicos el centro de Santiago en nuevas concentraciones por muerte de Catrillanca

Durante la tarde de este jueves se realizaron en Santiago dos concentraciones en rechazo al asesinato por parte de Carabineros del comunero mapuche Camilo Catrillanca y para exigir la renuncia del ministro del Interior, Andrés Chadwick, por su responsabilidad política en el crimen del joven de 24 años.

Una de ellas fue convocada por la Confech para las 18:30 horas en Plaza Italia, mientras que la segunda se llevó a cabo en Plaza de Armas a partir de las 19:30 horas, organizada por el Frente Clasista para la Educación.

El Ciudadano asistió a ambas concentraciones y pudo constatar el excesivo y desproporcionado uso de químicos en contra de los manifestantes -tanto del carro lanza aguas como del «zorrillo»-, lo que afectó no solamente a quienes respondieron al llamado a movilizarse, sino que también a la gran cantidad de transeúntes que a esa hora se trasladaban a sus hogares luego de una jornada de trabajo.

En Plaza Italia, por ejemplo, mientras los manifestantes se encontraban sobre la explanada de la estación de Metro Baquedano, Fuerzas Especiales hizo uso una y otra vez del «guanaco» y el «zorrillo», intoxicando con los gases de ambos a quienes se encontraban allí. Lo mismo pasó en el sector del Parque Bustamante, donde los uniformados gasearon a quienes debieron huir hacia las áreas verdes.

El periodista Daniel Labbé fue testigo de ello, así como de las lesiones sufridas tras una caída por una de las manifestantes, y la crisis de pánico que afectó a una transeúnte extranjera frente a la Embajada de Argentina en Avenida Vicuña Mackenna, quien debió ser socorrida por sus acompañantes y locatarios de los restaurantes ubicados en ese lugar.

En tanto, el comunicador René Vera presenció cómo, luego de que la manifestación de Plaza de Armas se trasladara hasta la Alameda con Santa Rosa, Carabineros mojó con el líquido con químicos del carro lanza aguas tanto a manifestantes como a personas ajenas a la protesta, quienes -como es tradicional- se encontraban esperando locomoción en esa concurrida y transitada esquina. Una situación que afectó igualmente a los automovilistas que pasaban por el sector.