La dictadura mediática del Capital

Del 1 al 15 de noviembre de 2018.

La dictadura mediática del Capital

Autor: Wari

No cabe duda de que los medios de comunicación, casi sin excepción, entregan las noticias que previamente han sido “recomendadas” por los capitalistas que financian sus emisiones, ya sean diarias, semanales o mensuales. Y esto no solo aplica a diarios y revistas, sino también a radioemisoras y canales de televisión. Resulta asqueroso y es indignante ver las imágenes y/o escuchar los audios relativos a las acciones de repudio por el crimen de Camilo Catrillanca y el silencio respecto de cómo están viviendo nuestros hermanos en Quintero y Puchuncaví, además de omitir casi todo lo relacionado a las muertes de Alejandro Castro y Luis Araya (a quienes nos referimos en nuestro Pulso 366) y ante los asesinatos de jóvenes mapuche, dirigentes sindicales y trabajadores, que solo demandaban respuesta a lo pedido, respuesta limpia.

Aunque sigo sosteniendo que algunas acciones de alteración del orden público más sirven al sistema que a nosotros, no es menos cierto que la mayoría de estas acciones las genera el gobierno al impedir la realización de las movilizaciones, como las del día 15 de noviembre.

¿A qué le temen? Simplemente a la masividad de estas pues tienen muy claro que, aunque lentamente y con altibajos, el pueblo comienza a tomar conciencia que vivimos en un sistema indigno y que debe luchar para cambiarlo.

Todo lo que rodea la muerte de Camilo es, a lo menos, tendencioso.

Iniciaron sus informaciones diciendo que el peñi tenía antecedentes por receptación y ha sido una parlamentaria quien ha entregado certificados del occiso, en donde queda claro que no hay tales antecedentes.

Lo primero lo expusieron en cientos de cuñas informativas. Lo segundo lo tienen silenciado y solo se va conociendo por la redes sociales. ¿Miente la diputada Jiles o los medios se resisten a dejar expuesta la mentira  del gobierno?

Saquen los lectores sus conclusiones.

Ciertamente, estamos ante una nueva etapa en el intento del capital de someternos a su arbitrio con la represión y las armas. Ya no les basta con intentar instalar leyes como las de Aula Segura. Salen a matar utilizando para ello los instrumentos que aprueban a través de leyes y acuerdos políticos que, claramente, solo sirven al modelo para mantener aceitadita su maquinaria de represión y muerte.

Lo de Camilo Catrillanca parece ser la gota que rebalsó el vaso de miles de ciudadanos que, más allá de su posición política, ven con indignación cómo los medios solo instalan las noticias que a ellos les convienen y desinforman descaradamente.

Se dicta un fallo, bastante aberrante por lo demás, que condena al ex general Cheyre, y salvo hacerlo constar en unas cuantas líneas, lo esconden en lo más oscuro de sus escritorios. Prefieren machacar y machacar con la visita que hicieron los diputados Boric y Orsini a Ricardo Palma Salamanca en París, mientras  apenas si dicen algo sobre los que van en procesión a Punta Peuco, generales activos y otros oficiales que roban a manos llenas y los patrones echen a las calle como perros a los trabajadores.

¿Y se permiten rasgar vestiduras porque la gente sale a la calle y se expresa de la manera en que lo hace?

La falta de objetividad de los medios de comunicación debemos combatirla con más y más medios populares, miles de opiniones escritas, millones de ejercicios de concientización. Tenemos la obligación de construir más instrumentos de organización para la pelea que viene.

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Lo que está pasando no es nuevo y debemos prepararnos para lo que viene. Cuidar nuestras sedes sindicales y sociales, exigir a nuestros dirigentes que no descuiden su seguridad.

Hay que salir urgentemente a las calles a educar a los explotados en sus derechos, porque son ellos quienes deberán tomar las banderas de la continuidad de la lucha.

Estamos ante un desafío histórico. Fortalecer nuestras organizaciones, pero, también, y aún con más urgencia, debemos salir a ganar millones de conciencias para crear las nuevas organizaciones de la clase trabajadora.

Los dueños del capital sacan cada vez con más descaro sus garras y nos bombardean con sus informaciones.

Por eso es que se hace urgente retomar la costumbre de los boletines informativos, activar los diarios murales, construir comisiones de trabajo y dar una dura pelea al interior de la organización para que los fondos sindicales dejen de repartirse a fin de año y sirvan para dar forma y acrecentar los fondos de resistencia, con los que se deben enfrentar las huelgas.

Tenemos que imprimir miles de cartillas educativas que muestren con claridad el camino a aquellos que creen que ya todo está perdido y van por ahí con la cabeza gacha.

Hay que demostrar a los desesperanzados que sigue siendo trabajadores y no colaboradores, que si los largan del trabajo es despido y no desvinculación y que tienen derecho a defenderse para que se les pague lo que les corresponde.

Cuando se cumple un nuevo año del natalicio de Clotario Blest Riffo, se hace necesario estudiar su ideario y propuestas y salir a trabajar con ellas.

No difieren en lo esencial de aquellos planteamientos de Recabarren y podemos resumirlos en la necesidad de“que los trabajadores entiendan de que son un gran poder como no hay otro, pero que la fuerza de ese poder reside en la organización”.

Los trabajadores deben estar preparados para luchar por sus derechos y eso nos obliga a poner el mayor de los énfasis en la organización.

Si ellos se creen el discurso del sistema es porque no hemos trabajado lo suficiente para convencerlos de lo contrario.

Los patrones no van a cambiar su esencia, de manera que las centralitas legales, que hacen fila para conversar y lograr acuerdos con los gobiernos de turno, volverán a ser burladas después de jugar el rol que el capital les tiene destinado.

Esas centralitas legales, que están entregadas al modelo hace rato y que solo difieren en el momento en que quedan con los calzones en los tobillos, no harán nada por la clase.

Nosotros, los clasistas, no nos compramos ese discurso, sin embargo no siempre ponemos todo el esfuerzo para llegar con nuestro mensaje a esos millones que caen en la desesperanza.

Así de grande es nuestro desafío.

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Un periodista del diario de Cooperativa, el 12 de noviembre de 2018, insistió en que si se asume como verdad que Ricardo Palma S. fue condenado por una justicia no tan justa (a propósito de una opinión de un diputado en cuanto a que no habían condiciones para un juicio justo en esos años) se debería aceptar que el Mamo Contreras tenía razón al desconocer las resoluciones de la justicia que lo condenaba.

No podemos dejar pasar por alto tamaña barbaridad.

Contreras fue un personaje siniestro que, a cargo de la Dina y en concomitancia con los integrantes de la junta militar ordenó, y personas a su mando ejecutaron, detenciones, torturas, ejecuciones y desapariciones de miles de compatriotas, muchas de ellas no resueltas y sin culpables hasta el día de hoy.

Durante muchos años los fascistas hicieron lo que se les vino en gana y solo contados ejemplos de valentía y heroísmo les hicieron frente. Los partidos de izquierda de entonces, se la jugaron por evitar el holocausto y solo con la aparición  del FPMR los criminales de la dictadura supieron que ya no las tendrían todas consigo.

Por fin aparecía una fuerza que les pelearía en su terreno.

Si el imperialismo, la iglesia y los golpistas decepcionados que pasaron a ser oposición, no hubiesen constatado que esta fuerza armada popular podía pelearle en el mismo terreno y ganarle a la dictadura, no habrían forzado a Pinochet y su Junta a buscar una salida.

Salida que algunos llaman “lucha con un papel y un lápiz”, salida que posibilitó la aparición de gobiernos como los que hemos vivido en los últimos 28 años.

Nada más alejado de la afirmación acuñada de que “el pueblo recuperó la democracia”.

Téngase muy presente lo siguiente, sobre todo aquellos que disfrutan de algunos de los espacios de libertad que se respiran (pero que no son tantos si es que se remiten a leer este articulo desde el inicio). Jaime Guzmán fue autor y promotor intelectual del terrorismo llevado adelante por Patria y Libertad y el Rolando Matus en tiempos del gobierno popular. Apadrinó y guió intelectualmente a camioneros y colegios profesionales que promovieron, junto a políticos de la Code (Democracia Cristiana y Partido Nacional, hoy RN) el cruento golpe militar.

Fue el guía espiritual de acaparadores y promotores del desabastecimiento, generadores de campañas del terror, atacantes de día claro de los avances del gobierno popular.

Jaime Guzmán fue el padre de todas las violaciones de derechos humanos aplicadas por la dictadura, que él y  sus discípulos ayudaron a instalar. Son responsables de cientos de fusilamientos, miles de ejecutados y desaparecidos, millones de torturados que hasta el día de hoy cargan con las secuelas.

Este fue Jaime Guzmán, promotor y defensor del tipo de democracia que aplica el capital en los países que controla. Este individuo debió enfrentar la justicia, junto con todos los asesinos. Y no estar en Punta Peuco, sino en una cárcel común, cuando no pagar -como los nazis en Nuremberg- con su vida por tanto daño causado.

¿Y qué recibió nuestro pueblo a cambio? Acuerdos políticos, anmistías, falsos compromisos de nunca más, silenciamientos y prebendas a quienes se entregaron al modelo, mentiras que aún no terminan. Este fue y esto hizo Jaime Guzmán. Ustedes juzguen.

Por Manuel Ahumada Lillo

Presidente C.G.T. Chile


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