Las protestas más grandes desde 1995 ocurrieron ayer en Francia en repudio a las políticas de Sarkozy. Los manifestantes exigen mayores esfuerzos para proteger el poder adquisitivo, defender el empleo y reprochan los despidos masivos y los recursos destinados a la banca por el mandatario adicto a la farándula.
Pese al frío reinante en Francia, ayer fue un día de carnaval, una fiesta pero de protesta. Dos millones y medio de personas participaron en una huelga general convocada por los sindicatos franceses. En las principales ciudades francesas los ciudadanos exigieron al gobierno del presidente Nicolas Sarkozy proteger el poder adquisitivo y las fuentes de trabajo, así como mayores esfuerzos para impedir que el gobierno se hunda en una recesión profunda.
La huelga detuvo parcialmente el aparato estatal, la educación básica, rutas de trenes en todo el país, actividades de mantenimiento y oficinas en el servicio eléctrico, correos y telecomunicaciones.
En París el trayecto entre la Bastilla y la Ópera se vio colmado de manifestantes en sus 4 kilómetros. Si bien la policía calculó en unos 65 mil los participantes, los sindicatos y la prensa señalan que salieron unas 300 mil personas a las calles.
La huelga general se extendió a Marsella, Lyon, Bordeaux, Nantes, Lille, Rennes y otras localidades. El presidente de la Confederación de Trabajadores de Francia (CFDT), Francois Chérèque, señaló que la protesta era “una de las mayores manifestaciones de trabajadores en los últimos 20 años”.
Por su parte, el líder de la Central General del Trabajo (CGT), Bernard Thibault, advirtió durante la manifestación en París que las acciones de hoy no son sólo “una explosión pasajera de cólera”, sino que en breve “habrá consecuencias”.
No salía tanta gente a la calle desde 1995, cuando el presidente Jacques Chirac, antecesor de Sarkozy, tuvo que frenar la reforma al sistema de seguridad social, agendada por los tecnócratas neoliberales.
La protesta se suma a las ocurridas en diciembre en Grecia y hace unas semanas en Islandia. En noviembre del año pasado el desempleo afectó a 8.5 millones de franceses, cifra más baja a la precarización económica de España o Reino Unido.
OUI, VOUS POUVEZ
En las calles de París, los manifestantes corearon en inglés el lema “¡sí, sí, sí se puede!”, parafraseando el eslogan que hizo llegar a la presidencia de EE.UU.a Obama. También llevaban al frente de la columna una efigie de Sarkozy y un burro con un sombrero de cono que tenía escrita la frase: “26 mil millones de euros para los banqueros y a nosotros nos joden”.
La indignación de los líderes sindicales y dirigentes de la izquierda parlamentaria es por el anunció de Sarkozy de inyectar 26 mil millones de euros para ayudar a los bancos, pese a que estos durante el 2008 reportaron ganancias. No por nada los participantes de la marcha en París se detuvieron frente a la sede y sucursales bancarias, especialmente de Credit Lyonnais.
Sarkozy también implementó políticas para salvar empresas fabricantes de artículos suntuosos, apoyó despidos masivos y mantiene un plan de reforma educativa que significaría un recorte de la plantilla de maestros. Las protestas de estudiantes y docentes a finales del año pasado hicieron paralizar esta medida.
Irónicamente Sarkozy se presentó en la campaña electoral de 2007 como “el presidente del poder adquisitivo”, y dijo en diciembre último que “si hoy en Francia se hace una huelga, ya no lo advierte nadie”.
Sondeos galos dan cuenta de que la huelga y las marchas fueron vistas con simpatía por 60 por ciento de los electores, incluida una fracción de los que tradicionalmente apoyan al centro y a la derecha.
En la Plaza de la Ópera, agentes policiales y bomberos dispersaron por la noche a la gente que después de horas de marcha mantenía su acto de protesta.
Sarkozy anunció que durante febrero se reunirá con los líderes sindicales para consensuar un programa de reformas.
El Ciudadano