La misión Voyager 2 de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), lanzada el 20 de agosto de 1977 desde Cabo Cañaveral, en un cohete Titán-Centauro, ya viaja allá del Sistema Solar para compartir todos los datos nuevos sobre la naturaleza del espacio entre las estrellas.
La sonda espacial, que es idéntica a su sonda hermana, la Voyager 1, y se ha convertido en el segundo objeto creado por el hombre que abandona nuestro sistema solar.
La noticia fue confirmada por el científico jefe de la misión, el profesor Edward Stone, en una reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU, por su sigla en inglés) en Washington, Estados Unidos.
El aparato ya había cruzado la «heliopausa», como se llama al borde externo de la burbuja protectora de partículas y campo magnético del Sol, el pasado 5 de noviembre.
La prueba de que la nave ha salido de la heliosfera procede del Experimento de Ciencia de Plasma (PLS), un instrumento que dejó de funcionar en la Voyager 1 en 1980, mucho antes de que la nave atravesara la “heliopausa”.
John Richardson, investigador principal del instrumento PLS y científico del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Cambridge (EE.UU.), destaca: “Trabajar en la misión Voyager me hace sentir como un explorador, porque todo lo que vemos es nuevo”.
Y agrega: “Aunque la Voyager 1 cruzó la heliopausa en 2012, lo hizo por otro lugar y en un momento distinto, y sin los datos del PLS. Por lo tanto, seguimos viendo cosas que nunca nadie vio”.
Misión
De acuerdo con el experto espacial,la Voyager 2, ubicada a unos 18.000 millones de kilómetros de la Tierra, proporcionará a la comunidad científica «las primeras observaciones de su tipo sobre la naturaleza de esta puerta de entrada al espacio interestelar».
Actualmente, la nave se mueve a aproximadamente 54.000 km/h. Su gemela, la Voyager 1 va a 61.000 km/h y está a 22.000 millones de kilómetros de distancia. Ambas han viajado, desde 1977, décadas y miles de millones de kilómetros en el espacio.
En principio, las sondas fueron enviadas al espacio sideral para estudiar los planetas exteriores, como Titán, Urano, Neptuno, Júpiter, Saturno, una tarea que completaron en 1989. pero dada la eficacia del satélite los científicos ahora están “estudiando el medio interestelar muy local».
«Es un momento muy emocionante en el viaje de 41 años de la Voyager», celebró el profesor Edward Stone.
Tiempo de vida útil por expirar
Si bien las sondas espaciales Voyager 2 y Voyager 1, consideradas como «pioneras» del espacio interestelar, han cumplido más de lo esperado, se espera que sus fuentes de energía de plutonio eventualmente dejen de suministrar electricidad, momento en el cual sus instrumentos y sus transmisores de 20W morirán.
Sin embargo, la Voyager 1 no se acercará a otra estrella durante casi 40.000 años y, según estiman en la NASA, estará en órbita alrededor del centro de nuestra galaxia, con todas sus estrellas, durante miles de millones de años.
Sobre este particular, la gerente de proyectos de la Voyager, Suzanne Dodd, le dijo a la BBC que le gustaría verlos a ambos funcionando hasta 2027, algo que «sería súper emocionante tener una misión de 50 años aún activa«.
«De vez en cuando llaman a casa y dicen: ‘Sigo andando. ¡No se olviden de mí!», comentó.
Mientras, la Voyager 2 llevará unos 300 años en alcanzar el borde interior de la Nube de Oort y 30.000 en atravesarlo.
Pese a las estimaciones de los científicos, la Voyager 2 se adentra ahora en un mundo desconocido y la información que obtenga no tendrá precedentes.
A su vez, la NASA también prepara una misión adicional, la próxima sonda de aceleración y mapeo interestelar (IMAP), que se lanzará en 2024, para capitalizar las observaciones de las Voyager.
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