Esta ha sido una semana tensa en la ocupada Cisjordania y, como siempre, solo una de las partes del conflicto «pagará» las consecuencias: el pueblo de Palestina.
Hasta el momento, se cuentan seis ataques en los territorios palestinos ocupados ilegalmente por Israel. Este jueves murieron dos soldados israelíes, mientras que el domingo, en el asentamiento de Ofra, murió un bebé prematuro luego de que una mujer embarazada resultara herida.
De inmediato, las fuerzas de seguridad israelíes se desplegaron en la zona y, como era de suponer, el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció una batería de medidas con las que busca doblegar a los palestinos.
«El principio que nos guía es que quien nos hace daño y quien trate de hacernos daño, su vida está arruinada. Nuestros enemigos lo saben y los cogeremos», declaró.
Más ocupación y persecución
Las medidas incluyen la aceleración de la demolición de las casas familiares de los «atacantes» palestinos, la revocación de los permisos de salida a «los familiares de terroristas y colaboradores» y el bloqueo de la población palestina de Al Bireh, cerca de la ciudad de Ramala, sede del Gobierno palestino, reseñó EFE.
El también ministro de Defensa aprovechará la contingencia para favorecer a sus colonos y regularizará miles de viviendas en colonias judías. De hecho, instó al fiscal general, Avichai Mandelblit, a tomar medidas legales para construir 82 nuevos domicilios en el asentamiento judío de Ofra.
Además, advirtió que incrementarán las «detenciones administrativas de los miembros» del movimiento islamista Hamás. En resumen, el Gobierno de Israel se escudará en los incidentes de los últimos días para hacer lo que le venga en gana.
Ya cerró todas las entradas a Ramala e inició una cacería de brujas contra los palestinos, la cual ha dejado hasta el momento cinco muertos que, según el Ejército israelí, eran «atacantes».
En la zona hay más de 400.000 colonos israelíes en asentamientos ilegales que son considerados un gran obstáculo para la paz, refirió Infobae.
En marzo de este año, la ONG Peace Now denunció en un comunicado el crecimiento de los asentamientos judíos en Cisjordania con cifras récord en 2017, cuando se triplicó el número de casas aprobadas en los diferentes niveles de la Administración israelí (6.742).
El detonador fue las redadas
Desde la oficina del presidente palestino, Mahmud Abás, atribuyeron el clima de violencia «a la política de repetidas redadas en las ciudades» bajo control palestino y «la ausencia de horizonte para la paz».
Mientras el movimiento Hamás declaró este viernes «un día de la ira», llamó a protestas generales y a enfrentarse con el Ejército y los colonos israelíes, reportó EFE.
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