El viernes recién pasado fuimos a ver «Juan Salvador Tramoya» de la Compañía de Teatro La Mona Ilustre, que se está presentando en las tablas del Teatro Bellavista desde el 17 de Agosto, y con temporada alargada hasta el 26 de Octubre, debido al éxito que han tenido durante sus funciones. Alegre anunciaba esta notica Claudia Araya antes de dar el vamos a la que debió ser la última función de la temporada. Y si, la sala estaba llena de personas espectantes.
Sobre el escenario sólo una mesa con un espejo rodeado de ampolletas y frente a él una silla: un camarín. Sobre la mesa papeles, maquillaje, perfumes…
De pronto aparece el tan esperado Tramoya.
Son muchas las imágenes que se me vienen a la cabeza al pensar en la palabra Tramoya, algunas vez trabajé siendo una, es por eso que me sorprendió ver a este tramoya, que más me recordó al Feñita de la oficina, o a un auxiliar del colegio.
Este personaje, muy bien peinado al estilo gomina, se nos presenta acompañado de una música llena de emotividad, con algunas notas de conflicto y tristeza que más adelante no logré hacer calzar con lo que ocurría. Luego, en silencio absoluto, realiza una rutina basada en el acto de barrer. Nunca vi a alguien barrer así!!!, sin hacer ningun ruido, ni sus pasos, ni la escoba, fue avanzando, lento, muy lento, como si la vida avanzara en cámara lenta.
Poco a poco vamos reconociendo ciertas carecterísticas de este personaje pantomímico, lleno de manías y excentricidades ocultas detrás de su delantal azul y su actitud de obrero sumiso.
Nos hizo ver moscas, palomas, astronautas, aliens, sangre, tripas, gotas de agua, armas, aerosoles, despegues, golpes, uf… miles de cosas vimos sin ver, gracias al gran virtuosismo de Diego Hinojosa, virtuosismo que se revela también en los sonidos que él mismo hacía para acompañar sus movimientos. Realmente un gran actor, que mantuvo a todos muy despiertos y fue llenando la sala de risas por lo ridículo o chistoso de sus rutinas durante una hora y media de espectáculo.
Durante el transcurrir de la obra no pude evitar preguntarme ¿Quién es este Juan Salvador?¿Es sólo un excéntrico lleno de imaginación o es en realidad un maniaco al borde de la locura?, ¿Qué relación tiene con su referente gaviota?¿Serán acaso todas esas acciones teatrales tan liberadoras como lo fueron las lecciones de vuelo en el libro de Bach?
Sólo hay una manera de saberlo, vayan a verla.
«Juan Salvador Tramoya» de la Compañía de Teatro La Mona Ilustre sigue con funciones los viernes a las 21 hrs. en el Teatro Bellavista (Dardignac 0110) hasta el 26 de Octubre. Y le recomiendo que llegue unos 20 minutos antes para evitar quedar sin entradas.
Por Tania Corvalán
El Ciudadano