La tasa de fecundidad en China cayó hace décadas y los lideres de ese país reaccionaron demasiado tarde. Pese a que el fin de la política de un solo hijo en 2015 buscaba impulsar la natalidad, los datos arrojados demuestran lo contrario. Los jóvenes parecen no querer tener más niños y el país se está convirtiendo en una sociedad que envejece rápidamente, reseñó la BBC Mundo.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas de China, en 2016 hubo 17,86 millones de nacimientos en el país y la población creció en 1,31 millones, con una tasa de 12,95 nacimientos por cada 1.000 personas, la más alta desde 2001.
Para 2017, año en el que deberían haberse visto buenos resultados del fin de la política de un solo hijo, no fueron favorable, sino alentadores, puesto que hubo 17.230.000 nacimientos, una reducción de 630.000 en comparación con 2016; cuya razón la tasa de natalidad se quedó en 12,43 por cada 1.000 habitantes, arrojando una caída de 0,52%.
Esas cifras se encuentran por debajo del peor pronóstico existente antes de que se aplicara la nueva política. Por ello, se ha convertido en uno de los asuntos sobre los que más se habla en China, debido a que para mantener su crecimiento económico y dar apoyo a sus ancianos, la población del país debe crecer en lugar de reducirse y los pronósticos no son nada alentadores.
Se estima que en los próximos 10 años, el número de mujeres chinas de entre 23 y 30 años de edad se reducirá en 40% y los expertos aseguraron que en una década habrá sólo unos 8 millones de nacimientos al año.
El periódico oficial del Partido Comunista de China dedicó el pasado 6 de agosto, una página entera a la natalidad, inclusive un artículo de opinión titulado advirtió que «tener hijos es un asunto familiar, pero también un asunto nacional». Además, el texto señalaba que el Estado necesita de nuevas políticas para gestionar el impacto de la baja tasa de natalidad en la economía, esto generó una gran cobertura y debate en los medios.
Luego un artículo en el diario Xinhua -escrito por dos docentes de la Universidad Nanjing- causó indignación en la población asiática, a causa de que los autores sugerían crear un fondo de natalidad que debería contribuir con todas las personas menores de 40 años. Si una pareja iba a tener un segundo hijo, ellos podrían retirar dinero del fondo; de lo contrario, tendrían que esperar hasta su jubilación.
Una propaganda estatal exhorta a las parejas a «tener hijos, por el país», pero los chinos han criticado duramente esta política oficial en las redes sociales por ser considerada intrusiva e insensible. Incluso entre las medidas en discusión están extender el permiso de maternidad hasta ofrecer incentivos económicos en efectivo o a través de deducciones fiscales para quienes tengan un segundo hijo. Otros prefieren que se eliminen todas las limitaciones al número de bebés que pueden tener las familias.
¿Qué sucede con la esperanza de vida?
Cuando se adoptó la política de un solo hijo, en 1979, la esperanza de vida era de 66 años, pero esto ha cambiado y ahora se ubica en 76, lo que traerá consecuencias sobre la economía del país durante las próximas décadas.
De acuerdo con la Oficina Nacional de Estadísticas, el número de personas de edades entre los 15 y los 64 años superó los 1.000 millones en 2013, pero desde entonces viene descendiendo y esto continuará, así mismo los datos reflejan que aumenta el número de personas mayores.
En 2017, la población total del país era de 1.390 millones, incluyendo unos 159 millones de personas mayores de 65 años, que representaban el 11,4% de la población. Las cifras superan la definición de la Organización de las Naciones Unidas acerca de las sociedades en proceso de envejecimiento (que se estima cuando 7% de los habitantes son mayores de 65 años).
La proyecciones de la oficina de población de la ONU prevén que 17,1% de la población de China será mayor de 65 años para 2030.
Hace tres años China puso fin a su política de un solo hijo y hasta la fecha, existía la esperanza de que las parejas tuviesen un segundo hijo para contribuir a ralentizar el ritmo de envejecimiento de la sociedad. A juicio, de Yuwen Wu, analista de temas chinos residente en Londres, esto no parece estar funcionando.
La medida instaurada en 1979 durante las reformas económicas para que las familias estuviesen conformadas por un solo hijo era estricta y quienes la incumplían podían ser multados, despedidos de sus empleos u obligados a someterse a un aborto y/o la esterilización.
Estabilidad económica arraigada
Los jóvenes en China que crecieron durante las tres décadas de la políticas de planificación familiar y de gran desarrollo económico tienen una mentalidad distinta a la de sus padres, debido a que se acostumbraron a ser el centro de la atención y a disfrutar de mayor riqueza material y de más libertad personal.
Además, la juventud se está casando a edades más avanzadas (si acaso se casan), tienen hijos más tarde y se concentran más en sus propias carreras y felicidad. Pero, los embarga una preocupación si disponen o no del dinero para sostener a una familia.
Algunos estudios señalan que en promedio, criar un hijo puede costar más de la mitad del ingreso de una familia china. Las guarderías siempre están saturadas, por lo que muchos dependen de la ayuda de los abuelos. Y luego está el pago de la hipoteca y otras cargas que afectan el presupuesto del hogar. Por ello, tener un hijo requiere de mucho dinero, pero tener dos se necesita más recursos y apoyo.
Una mujer, que está en su tercera década de vida y que tiene un hijo de 5 años, decidió junto a su pareja no darle un hermano por la falta de guarderías. «Lo que ocurre con frecuencia es que contratamos niñeras que cuiden del bebé y les pedimos a nuestros padres que vigilen a la niñera«, apuntó.
Debate contra la naturaleza reproductiva
La BBC Mundo señaló en un artículo que probablemente todos los censos realizados después de 1990 apuntaban hacia la rápida caída de la tasa de fecundidad (el número promedio de niños que tendría una mujer a lo largo de su vida) en China, el cual es menor al 2,1 que se necesita como tasa de reemplazo.
Las cifras han generado controversias por no estar consensuadas. Otro estudio reflejó para el 2000 que la tasa de fecundidad era alarmante y se ubicaba en 1,22. Mientras que funcionarios que trabajan en planificación familiar, dijeron que era de 1,8, alegando que se daban muchos nacimientos que no eran reportados.
No obstante, algunos expertos la ponen entre 1,2-1,4; otros entre 1,5-1,7; la cual es inferior a la de Estados Unidos (1,8) o de India (2,3). Aunque en su momento muchos expresaron preocupaciones y pidieron cambios para detener la caída del crecimiento de la población, no se prestó la atención requerida.
Para algunos hay muchos chinos, otros consideran que el país no debería cambiar su política de un solo hijo. El Congreso desde 2007 pidió poner fin a esta medida y el miembro del principal órgano de consulta política de China, Ye Tingfang, declaró en una Conferencia Consultiva Política que intervenir en el proceso reproductivo va contra la naturaleza humana.
Estímulo a la procreación
En algunos lugares las autoridades chinas han dejado de cobrar las multas por los niños nacidos fuera de la cuota autorizada y especialistas en planificación familiar proponen destinar 2% o 5% del Producto Interior Bruto para estimular la natalidad, a través de deducciones de impuestos o de incentivos en efectivo.
Hay quienes creen que el Gobierno debe permitir que las personas tengan cuántos hijos deseen. Sin embargo, la tendencia en el gigante asiático es que la mayoría de las personas parecen ser ahora más libres e independientes para pensar y no son fácil de convencer para incrementar las familias bien sea por dinero o para ayudar el país. Lo que parece estar en el tapete es que los ciudadanos son los únicos en decidir si forman una familia pequeña o numerosa.
Con texto BBC Mundo
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https://www.elciudadano.cl/mundo/las-inversiones-de-china-en-america-latina/12/21/
https://www.elciudadano.cl/columnas/el-milagro-economico-de-china/07/15/