El viernes 28 de septiembre se presentó el segundo disco compilatorio del Colectivo Cirila, agrupación que reúne a distintas propuestas musicales de raíz electrónica con base en la ciudad de Quillota. Descargue el compilado al final de esta nota.
A pesar del ritmo y el agotamiento, no dejan de ser interesantes los flujos musicales propiciados por las tecnologías electrodigitales, descentramientos que hacen hervir estudios caseros, salas de ensayo y antros del underground, desde el sur al norte global. Hoy, la periferia, en términos de producciones simbólics, se difumina entre nuevas estrategias colaborativas y prácticas artísticas de carácter “post”; donde la apropiación y la lectura global desde lo local involucran a diversos sujetos que crean y se recrean a partir del consumo tecnológico no suntuario, aun cuando el acceso no está ni cerca de ser una garantía para el total de la humanidad.
Por eso se hacía urgente escudriñar en el estado de la cuestión en una ciudad como Quillota, interior de la quinta región donde territorios semi-rurales son a la vez semilleros de diversas agrupaciones musicales. El cogollístico entorno del acogedor Bar El Cañamo, en pleno centro de la ciudad, dio techo a una actividad gratuita que, por lo mismo, cerca de la medianoche amenazaba con abarrotar el lugar.
Como comenta Fritz Demuth, músico integrante del Instituto del Dub, Cirila es un colectivo de música electrónica, formado por músicos provenientes de agrupaciones de rock y sus derivados (Maldita Orquesta, Gas, Kontrapoder, Inkultos, LaFloripondio), que viven en Quillota y sus alrededores, que se conocieron y tienen su “base” en el Centro de Promoción de Salud y Cultura.
Los músicos de este colectivo se han presentado en distintos lugares de la región, destacando sus intervenciones en Hogares de Menores, Escuelas de niños y niñas con discapacidad mental, plazas, eventos populares gratuitos, bares y otros locales.
“Intentamos des-elitizar la música electrónica a partir de presentaciones gratuitas en lugares públicos y con público diverso, sin despojarla de la experimentación”, advierte.
Ese intento por des-elitizar la música electrónica se concreta, por un lado, mediante las presentaciones en lugares no convencionales, y, por otro, través de un acercamiento estilístico donde las raíces negras son factor común, aún cuando en ocasiones el filtro sea minimal y pop claramente blanco. La faceta más dudosa de ciertos proyectos viene con la lectura tardía de ritmos machacones que lindan con el dancehall o incluso con el reggaeton. Sin embargo, el contrapeso lo entregan todas las sonoridades que evocan el continente negro de manera más directa: reggae, dub (y dubstep), jungle, rap, etcétera; un crisol marihuanístico y combativo.
El lanzamiento del segundo compilado –que fue transmitido en vivo por la Radio Naranja– contó con la participación de Ezva, Instituto del Dub, KRST, Zix66, y Beat Maniaks, quienes apoyados por visuales y un apabullante sistema de sonido colorearon una caliente noche en las profundidades de la quinta región.
Como la música habla por sí sola, descargue AQUÍ el segundo compilado de Cirila.
Por Cristóbal Cornejo
Fotos Gentileza de Gerardo Contreras
El Ciudadano
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