El ministro del Interior, Andrés Chadwick Piñera, fue informado desde el primer día, 14 de noviembre, que Camilo Catrillanca iba desarmado y que no existió enfrentamiento que justifique la descarga de 12 balazos, percutidos con armamento de guerra, en contra del comunero mapuche de 24 años. Así queda de manifiesto en la declaración que entregó voluntariamente a Fiscalía el general (r) de Carabineros, Mauro Victtoriano, jefe de la Zona Araucanía de Control de Orden Público, el pasado 6 de diciembre.
Según reveló Interferencia, la declaración de Victtoriano, quien arribó ese 14 de noviembre al lugar donde la policía uniformada asesinó a Catrillanca, indica que se contactó vía telefónica con Chadwick para informarle esos antecedentes, que descartan un intercambio de disparos.
«Informé al Sr. Ministro la situación, él me preguntó si a los carabineros les habían disparado y si los ocupantes del tractor llevaban armas, y le informé que no, pero por lo que me había dicho [el autor del disparo fatal, sargento Raúl] Alarcón, le señalé que habían disparos», señala la declaración, difundida por el portal periodístico.
En relación a la expresión “habían disparos”, atribuida al sargento Alarcón, el general sostuvo: «Yo supongo que esto significa que les habían disparado no directamente a ellos, pero que en el sector se estaban efectuando disparos. Quiero dejar en claro que se trata de una presunción”.
La versión que el ministro Chadwick entregó a Fiscalía es muy distinta. El 12 de diciembre, el titular de Interior reconoció la comunicación con Victtoriano, pero el detalle que entrega sobre contenido de la conversación es difuso. «Luego de algunos intentos logré comunicarme con el general Victtoriano. La comunicación era muy difícil y logré entenderle que ya se estaba retirando del lugar, pero no obtuve mayores detalles pues las comunicaciones eran muy dificultosas, se cortaba y se escuchaba mucho ruido”, aseguró al Ministerio Público.
Interferencia reveló además que, en su declaración, Victtoriano aseguró que al llegar a Temucuicui, habló con los carabineros responsables de los disparos. «Lo primero que hice fue preguntar quién había disparado. Dos funcionarios indicaron haber efectuado disparos. Uno de ellos, quien posteriormente supe que era el sargento Alarcón, señaló haber disparado 8 tiros. El otro funcionario, quien luego supe que era de apellido Ávila [de nombre Raúl], señalo haber efectuado 01 tiro […] Le pregunté a Alarcón si los tipos del tractor le habían disparado y me contestó: ‘No mi general’. A continuación le pregunté si los tipos iban armados, me contestó: ‘No mi general’. Por último le señaló a Alarcón: ‘Diga la verdad y manténgase en ella’. Durante mi conversación con Alarcón, quien estaba más cerca de mi era el comandante Correa, a quien incluso le pregunté si habían encontrado armas en el tractor, casquillos o cartuchos y me indicó que no”, añadió el general (r) ante Fiscalía.
La reacción del Gobierno en las primeras horas
El día 14 de noviembre, el entonces intendente de La Araucanía, Luis Mayol, afirmó que los carabineros que llegaron por tierra al lugar fueron recibidos “con armamento automático por un grupo indeterminado de personas” y que “Carabineros enfrentó a estos sujetos”.
Mayol también dijo que “apareció un tractor con tres sujetos más” y que desde el punto de vista del Ejecutivo, “son actos de delincuencia común y los afectados son los profesores o personal docente que sufrieron el robo de sus vehículos”, desconociendo la condición de víctima del joven comunero mapuche. Como si fuera poco, el abogado acusó a Catrillanca de tener “detenciones por receptación de vehículo”.
17 horas después del asesinato, habló el ministro del Interior. En su primera declaración pública, Chadwick vinculó la muerte del comunero a “hechos de violencia”.