Investigadores convierten células de cáncer en grasa para evitar que se diseminen

Para lograr esta hazaña, el equipo explotó una extraña ruta que tienen las células cancerosas metastatizadas y usó una combinación de medicamentos. Sus resultados son solo un primer paso, pero es un enfoque verdaderamente prometedor.

Investigadores convierten células de cáncer en grasa para evitar que se diseminen

Autor: Sofia Olea

Investigadores han logrado «convencer» a células de cáncer de mama que se conviertan en células de grasa, en un nuevo estudio de prueba de concepto en ratones.

Para lograr esta hazaña, el equipo explotó una extraña ruta que tienen las células cancerosas metastatizadas. Sus resultados son solo un primer paso, pero es un enfoque verdaderamente prometedor.

Cuando uno se corta un dedo o cuando a un feto crecen los órganos, las células del epitelio comienzan a cambiar y volverse más «fluidas», hacia un tipo de célula madre llamada mesénquima. Luego se transforman en cualquier célula que el cuerpo necesite.

Este proceso se denomina transición epitelial-mesenquimatosa (EMT, por su sigla en inglés) y se sabe desde hace un tiempo que el cáncer puede usar esta vía y la opuesta, denominada MET (transición mesenquimatosa a epitelial), para diseminarse por todo el cuerpo y hacer metástasis.

Los investigadores tomaron ratones implantados con una forma agresiva de cáncer de mama humano y los trataron con un medicamento para la diabetes, llamado rosiglitazona, y un tratamiento para el cáncer llamado trametinib.

Gracias a estos medicamentos, cuando las células cancerosas utilizaron una de estas vías de transición mencionadas, en lugar de diseminarse, cambiaron de cáncer a células grasas; un proceso llamado adipogénesis.

«Los modelos utilizados en este estudio han permitido evaluar la disipación de la adipogénesis de las células cancerosas en el entorno tumoral inmediato», escribe el equipo en su artículo, publicado en Cancer Cell.

«Los resultados indican que en un entorno relevante para el paciente, la terapia combinada con rosiglitazona y trametinib se dirige específicamente a las células cancerosas con mayor plasticidad e induce su adipogénesis», explican.

Aunque no todas las células cancerosas se convirtieron en células grasas, las que se sometieron a la adipogénesis no volvieron a su estado anterior.

«Las células de cáncer de mama que se sometieron a un EMT no solo se diferenciaron en células de grasa, sino que también dejaron de proliferar completamente», dice el autor principal, Gerhard Christofori, bioquímico de la Universidad de Basilea, en Suiza.

«Por lo que podemos decir a partir de experimentos de cultivo a largo plazo, las células cancerosas convertidas en células grasas se mantienen como tales y no vuelven atrás», dijo Christofori.

¿Cómo funciona esto? El fármaco trametinib aumenta el proceso de transición de las células (como las células cancerosas que se convierten en células madre) y luego aumenta su conversión en células grasas.

La rosiglitazona fue menos importante, pero en combinación con trametinib también ayudó a las células madre a convertirse en células grasas.

«La terapia de diferenciación adipogénica con una combinación de rosiglitazona y [trametinib] inhibe eficazmente la invasión, diseminación y formación de metástasis de las células cancerosas en varios modelos preclínicos de cáncer de mama en ratones», escriben los autores.

Departmento de Biomedicina, Universidad de Basilea.

La imagen (arriba) muestra este proceso, con las células cancerosas marcadas con una proteína verde fluorescente y un glóbulo rojo normal a la izquierda. Las células cancerosas convertidas en grasa se muestran de color marrón (a la derecha) porque el rojo de las células grasas se combina con el verde de la etiqueta de la célula del cáncer de proteína.

Los dos medicamentos ya están aprobados por la FDA (de EEUU), por lo que debería ser más fácil obtener este tipo de tratamiento en ensayos clínicos para personas en ese país, para empezar.

Esto es alentador incluso a pesar de que muchos tratamientos probados con ratones no llegan a tener éxito o fallan en la etapa de ensayo clínico. El hecho de que esto haya funcionado en células cancerosas humanas ofrece una pequeña esperanza adicional.

Mientras tanto, el equipo está investigando si esta terapia funcionaría en combinación con la quimioterapia y si se podría aplicar a otros tipos de cáncer.

«Dado que hemos utilizado medicamentos aprobados por la FDA para estudiar el efecto preclínico del tratamiento, una traducción clínica puede ser posible», señala Christofori.

Fuente: Science Alert


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