Un gobierno y el sistema imperante
La matriz de la creciente desigualdad económica en Chile radica en cinco puntos claves a nuestro entender. Desigualdad en el acceso a la educación por barreras de no gratuidad y falta de calidad, lo que se traduce en que los hijos de los más pobres no podrán tener una educación igualitaria respecto a los más ricos, creciendo la brecha de forma exponencial.
El otro punto descansa sobre una Ley Tributaria que no diferencia el impuesto que paga la mediana y la pequeña empresa, respecto de la gran empresa y las trasnacionales. Mientras un pequeño emprendimiento de un almacén de barrio tributa el 19%, lo mismo paga por Ley una gran cadena de supermercados. Cuando un periódico comunal o una pequeña revista paga el 19%, lo mismo hace una cadena como la mercurial.
Es más, los grandes evaden o eluden impuestos de diferentes formas, mediante la creación de nuevas empresas y terminan precarizando las formas de contratación laboral, metiéndose en las decisiones de un gobierno más corporativo trasnacional que chileno, que fija desgracia para los pueblos que hoy luchan por justicia social y ambiental contra la desigualdad y el abuso.
El tercer punto tiene que ver justamente con lo laboral y lo establecido como sueldo mínimo. Un monto que paupérrimamente no alcanza para la vida digna de una persona, el pago de arriendo, alimentación y locomoción, entre otros gastos del mes, sobre todo en una ciudad como Santiago, donde la desigualdad de los salarios y las condiciones de vida se hacen más evidentes.
El cuarto punto tiene que ver con el acceso al crédito y cómo se califica el riesgo de las personas. Mientras para el pobre las tasas son más altas, a pesar de que es mejor pagador que las grandes empresas, las de tipo financiero-prestamista-emisor, que aún no pagan su deuda creada -su propia crisis que hacen pagar al pueblo-, gozan mediante una usura recargada en el sector del crédito a la vivienda, doblando millones, como también lo hicieron con el acceso al crédito a la educación para los hijos de Chile, prestando el mismo Estado los fondos de nuestro trabajo, a la Banca.
El quinto punto está en la explotación indiscriminada de los recursos naturales bajo suelo y mar chileno, por parte de una industria extractiva con bajas cargas impositivas, manejada y concentrada en pocas manos que evade, contamina y saquea a vista y paciencia de los partidos políticos de Chile, muchos sucumbidos ante la dictadura del dinero y lobby millonarios que terminan con la vulneración de los espacios locales en una globalización mal entendida, poco respetuosa y desinformada por la saturación de noticias que no importan, entre miles de datos y nuevas informaciones que no van al fondo del asunto.
Pero más allá de detenernos en el análisis y la crítica, ambas siempre necesarias para el diagnóstico, creemos que es necesario dar el paso hacia un periodismo de soluciones. Una casa editorial que ante la incertidumbre sobre la primacía de los derechos del colectivo por sobre los individuales, entregará sus letras para que los anhelos de muchos logren su objetivo mediante la acción cívica consciente, política y con un sentido de fraternidad de quienes se sienten llamados a la causa.
Para el logro del objetivo del punto 1, que es el financiamiento de la educación gratuita y de calidad, se dieron ya muchas vueltas. El Gobierno en voz del Presidente prometió 4 mil millones de dólares para los próximos cuatro años, los que daría para becas y prestaría a la Banca para que endeude bajando los intereses, igualmente usureros, a suerte de los estudiantes.
Esa suma aún no se ve o se anuncia diciendo “aquí está”; es más, no alcanza y es mezquina. Como solución y a modo breve, tómese por parte del Estado, la administración de un recurso natural, por lo menos en el 50% como acto soberano y en beneficio de los pueblos.
Así, por ejemplo, sólo pensando en la nacionalización de un yacimiento minero en profunda controversia, como es el proyecto aurífero de Pascua por lado chileno, Lama por lado argentino, por el lado nacional contendría más de 30 mil millones de dólares en oro a su precio actual. No obstante, esta trasnacional ha sido denunciada a esta casa editorial de estar moviendo los hitos fronterizos y preparando un anuncio tras detener continuamente el inicio de las faenas, y que el mineral lo explotarán por el lado argentino.
El evidente fraude al Fisco y especulación indiscriminada, entre otros, fue denunciado en acción directa por este medio de comunicación al no poseer la propiedad minera esta empresa, bajo el Código de Minería y que en Chile opera bajo el nombre de “Minera Nevada Spa”, denuncia realizada por el chilenocanadiense, Jorge Lopehandia, quien ha tenido a la trasnacional del oro más grande del mundo en las cuerdas.
Sólo el monto de esa reserva natural alcanza para el tan anhelado propósito de los estudiantes chilenos de conseguir educación gratuita y de calidad para por lo menos cinco años o tal vez más, como también para las universidades que no quieren lucro y desean sueldos dignos para su profesorado. Frente a ese panorama, hoy algunos partidos políticos parecen dar un paso al lado. Se le ha visto hacerlo al PPD, a los radicales y de a poco a los comunistas, hacia el centro han caminado socialistas y demócratacristianos, pero de estos últimos, muchos se han ido sumando a los primeros.
Sin duda, el primer resultado de cómo estos esfuerzos por caminar de mano de los pueblos, y antes de las municipales se vea reflejado, será en la próxima elección de la CUT (Central Unitaria de Trabajadores). Entidad en que una figura como Arturo Martínez pueda ser derrotado por las nuevas fuerzas hoy divididas por posiciones menos y más ultra, pero que concuerdan en un programa popular básico.
Es y será el espíritu regionalista, libertario, donde la renacionalización de los recursos naturales para financiar la Educación Gratuita, y un sueldo digno de un mínimo de 300 mil pesos, en beneficio mutuo, para quienes les debe interesar el trabajo para el desarrollo del país (Estado-Privado-Trabajador) el que nos anuncia que estamos de regreso para cruzar transversalmente el espectro político desde la confluencia de quienes sienten vivo el llamado de unidad frente a la injusticia y la desigualdad.
Por Equipo Editor
El Ciudadano Nº131, segunda quincena agosto 2012