Durante esta jornada la sala de la Cámara de Diputados aprobó y despachó el proyecto sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, iniciativa que ahora deberá ser debatida en el Senado.
El proyecto establece nuevas bases en materia de derechos de las mujeres y busca garantizar respuestas efectivas por parte del Estado a las víctimas de violencia a través de la modificación de diversas leyes, como la Ley 20.066 de violencia intrafamiliar, y el Código Penal.
La abogada y diputada RD Natalia Castillo manifestó que «este es un día muy importante para el avance hacia el reconocimiento de la dignidad y seguridad de las mujeres en Chile. Acá hubo un espíritu de colaboración transversal de todos los sectores políticos, que entendieron la importancia de mejorar la legislación para avanzar en cambios sociales y culturales que protejan a las mujeres en lo público y también en lo privado».
Junto con ello Castillo señaló que «ahora resta que el Gobierno y la ministra (de la Mujer y Equidad de Género, Isabel) Plá cumplan el compromiso que hicieron ante la Comisión de Familia y Adulto Mayor de incorporar en el Senado indicaciones para establecer obligaciones de protección para el Estado en favor de las mujeres». «Esperamos que este proyecto se apruebe por amplia mayoría en su próximo trámite y que pueda convertirse en ley lo antes posible», añadió la parlamentaria.
Por su parte, la diputada Maya Fernández (PS) sostuvo que «hemos aprobado unánimemente un proyecto que es vital para las mujeres, sobre el derecho a vivir una vida libre de violencia, que amplía las funciones para el Ministerio de la Mujer, que podrá querellarse en casos de femicidios, e incorpora la violencia en el pololeo, entre otros aspectos».
En esa misma línea, la diputada PPD Carolina Marzán -a raíz de los reiterados hechos de violencia hacia la mujer- planteó la interrogante de “¿cómo hacernos cargo de una realidad tan espantosa?». En ese sentido, apuntó a la importancia de un «cambio cultural a partir de iniciativas tendientes a modificar las conductas de las personas, pero también a través de la educación y de la concientización de que todos somos iguales, que todos nacemos con dignidad y los mismos derechos».