Pese a las consecuencias que ya son dramáticas, la humanidad sigue aplicando políticas que cada día destruyen más el medio ambiente.
Por culpa de la minería, la pesca, el desarrollo residencial y comercial y la contaminación de su hábitat, entre otras razones, los delfines rosados del Amazonas ingresaron a la lista de especies «en peligro de extinción» de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), informó que el también conocido como delfín de río (Inia geoffrensis) estuvo hace diez años en la lista roja de la UICN, pero como «vulnerable».
En un comunicado, precisaron que la inclusión en la segunda categoría más alarmante del listado pone a estos mamíferos “dentro de los delfines de río más amenazados del mundo”, reseñó El Comercio.
Uno de los elementos que ha llevado a la especie a este punto crítico es la industria petrolera que cada día se expande y contamina “algunos ríos, lagunas y bosques de inundación», detalló la organización en el comunicado.
«Frecuentes derrames de crudo, aguas de formación, químicos, combustibles y lubricantes afectan seriamente algunos sistemas hidrográficos, principalmente en la región septentrional de la Amazonía, hábitats críticos para la conservación de esta especie», explicaron.
Por esta razón, instan a todos los Gobiernos de la región a priorizar dentro de sus agendas la conservación de los delfines de río y crear mecanismos estratégicos para proteger el patrimonio natural que representan.
De acuerdo con los datos de WWF, el delfín rosado se encuentra ampliamente distribuido en Sudamérica y es endémico de las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco, ocupando los territorios de Guyana, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Brasil.
La inclusión en la categoría de «en peligro de extinción» se dio después de 12 años de análisis sobre su población en los ríos de Sudamérica, en los cuales se demostró la disminución de estos cetáceos, refirió El Universo.
“No nos sirve que en cada país haya una política y una revisión del territorio diferente. Necesitamos trabajar a una sola voz, con metodologías y procesos correlacionados. De otra manera, no lograremos salvar al delfín de río amazónico”, explicó Fernando Trujillo, director de la Fundación Omacha.
Las organizaciones defensoras de animales esperan que la inclusión en la lista prenda las alertas y tanto autoridades e instituciones como la sociedad unan sus esfuerzos para mejorar las condiciones y garantizar la existencia de esta especie.
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