Tropas del Ejército Nacional, funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigación y policías fueron hostigados por campesinos en momentos que desmantelaban un complejo de cuatro laboratorios de producción de cocaína en la vereda Puerto Raudal, en el municipio de Valdivia, en Colombia.
Según información recabada por Caracol este operativo en el Norte de Antioquia permitió la incautación de 3.3 toneladas de cocaina presuntamente propiedad de la guerrilla del Ejercito de Liberación Nacional así como la captura de cinco personas que se encontraban en los laboratorios.
Pero los resultados del operativo no fueron del todo exitoso, cuando unas 1.000 personas de esa vereda intervinieron y exigieron dejar en libertad a todos los capturados .
El director de Fiscalías de Medellín, Raúl González Flechas, informó que procesarán a los detenidos y campesinos que protagonizaron la asonada y obstruyeron a la justicia. «Efectivamente se logró la captura de cinco personas en el momento de la extracción de las unidades destinadas para el procesamiento de estos narcóticos y se aglomera la comunidad. Ante esa presión y evitar algún desenlace con el armamento y demás que se llevaba, se prefirió evitar esa confrontación y dejar a las personas detenidas en el lugar», agregó el fiscal citado por el portal Caracol.
Esta destrucción generó pérdidas por unos 6.000 millones de pesos (1,9 millones de dólares) a las rentas criminales de esta guerrilla. De acuerdo con el general Juan Carlos Ramírez, comandante de la Séptima División del Ejército, también se decomisaron dos toneladas de insumos químicos.
Esta situación también se habría suscitado en el mes de diciembre en Briceño, en el Norte del departamento, donde los campesinos evitaron la captura de hombres durante el desmantelamiento de otro laboratorio, uno de los ocho destruidos en el último mes.
Preocupa la actitud de los campesinos quienes históricamente han sido hostigados por los irregulares y desplazados por los narcotraficantes sean ahora sus aliados. Esto supone que existe una nueva relación entre los productores de coca y los sectores rurales de Colombia.
Aunque el cese de acciones violentas por parte de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) ha cesado, todavía en muchos departamentos afectados por el narcotráfico del ELN que utiliza a indígenas y campesinos para la producción, distribución y traslado de droga.
Los estragos de una guerra reciclada siguen siendo una amenaza para las comunidades étnicas de la región, cuyos habitantes ahora son utilizados para el tráfico de droga desde el Cauca y Nariño hasta Ipiales, y de ahí caminar por trochas a Ecuador.
https://www.elciudadano.cl/colombia/crece-desplazamiento-campesino-en-ituango-por-violencia-narcoterrorista/09/28/
https://www.elciudadano.cl/colombia/auge-paramilitar-coloca-en-vulnerabilidad-a-habitantes-de-cauca-y-antioquia/07/07/