Jorge Mateluna, quien cumple una condena de 16 años de prisión tras ser acusado de haber participado en un asalto a una sucursal del Banco Santander en 2013, decidió dejar pasar algunos días antes de referirse a la resolución adversa de la Corte Suprema respecto a la solicitud de revisión del proceso en su contra.
Desde la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), donde se encuentra recluido desde 2014, envió una carta en la que califica como «injusto y pusilánime» el fallo del máximo tribunal del país, añadiendo que esto se traduce en la «imposición de la mentira jurídica (…) por sobre la justa verdad que hemos defendido todo este tiempo en la consigna de mi inocencia».
Cabe recordar que la Corte Suprema ignoró la serie de contundentes antecedentes sobre las mentiras e irregularidades que sostienen la condena contra Mateluna -resumida por su abogado Davor Harasic como una «injusticia aberrante»-, argumentando el tribunal que no se habían presentado prueban nuevas en defensa del acusado que no hayan sido consideradas durante el juicio.
«Han negado nuestra demanda de justicia utilizando un tecnicismo añejo que, aunque legal, deja entrever la mediocridad del procedimiento con que defienden la podredumbre de su actual sistema y engranaje punitivo. Han evitado pronunciarse sobre el fondo del asunto porque carecen de argumentos para rebatir la evidencia y contundencia de las pruebas que avalan científicamente mi inocencia. Han dejado de lado el sentido de justicia para favorecer el status quo que les acomoda a sus cuotas de poder», escribió Mateluna.
En ese mismo sentido, añadió que con este fallo los jueces de la Corte Suprema «han preferido esconder bajo la alfombra los errores e imperfecciones del sistema que administran antes que reconocer la mugre que producen y permiten. Han decidido ocultar una fisura más de su agrietado sistema producto de cada vez más constantes y públicas corrupciones, desfalcos, abuso de poder, asesinatos, montajes, represión, coimas y mentiras concertadas. Han sacado a la luz el odio hacia una historia de lucha que les enfrentó y enrostró la complicidad con el horror de los tiempos más oscuros. Han dejado en mayor evidencia lo que realmente son tras sus trajes y pomposos títulos».
No obstante el «dolor y rabia palpitante» que reconoce sentir Mateluna, expresa en su carta que «este no es el fin del camino como, sin duda, quisieran los que se incomodan con la verdad», agregando que «es más bien este tiempo el comienzo de nuevos pasos, la llegada de un nuevo trayecto a recorrer, junto a mi compañera Claudia, junto a mis hijos Alekos y Gisselle, junto a la familia, los amigos, compañeros y junto a todo hombre y mujer que se indigne con el descaro de esta injusticia». Una traducida en un «daño y castigo» que a su juicio tiene una dimensión más profunda, que trasciende la particularidad de su caso, pues -dice- «daña potentemente la humanidad de nuestra sociedad».
Ante este escenario adverso, Jorge Mateluna responde expresando su confianza en todos quienes han colaborado de una u otra forma en la búsqueda de justicia. «Confío en el amor de los nuestros, en la convicción de quienes nos han acompañado, en el coraje de quienes han pintado el muro, de quienes han narrado y defendido esta historia y su verdad sobre el escenario y bajo este; confío en el equipo jurídico que ha involucrado no solo sabiduría sino también afectos indispensables para sentir lo que palpita en esta historia; en aquellos que desde otras latitudes tienen la capacidad y el alma dispuesta a entender como propio el dolor que una injusticia significa; a los que han hecho del arte una herramienta potente que incide positivamente en la construcción de humanidad; confío en la solidaridad de aquellos que apremiados por sus propios conflictos no dudan en abrazar también esta causa, en las mujeres y hombres que nos han cuidado y acompañado como familia en el tránsito doloroso de estos más de cinco años», apunta.
En ese sentido, se muestra confiado en que lograrán hallar «los cauces que permitan construir la justa libertad» y agrega: «Quiero que sepan que estoy íntegro, que resistiré esta injusticia con dignidad; que me renuevo en fuerzas y energías con los saludos, cariños y palabras de aliento que siempre me hacen llegar en voz de mi compañera. Quiero compartirles también que me siento profundamente orgulloso del valor y la fuerza que Claudia, Alekos y Gisselle, y mi familia más cercana han demostrado para resistir el tormento de esta injusticia».
Mateluna concluye su escrito sosteniendo que «nada termina con este fallo; la verdad seguirá su camino de denuncia, estudiando las mejores rutas a seguir; seguiremos difundiendo la injusticia de esta situación y por ello les llamo a pensar y actuar en cada frente posible y útil para terminar con la injusticia».