Los comunistas han sido un actor social, político y cultural relevante en la historia política de Chile durante los últimos cien años. Su rol en la actual coyuntura no es la excepción. ¿En qué están los comunistas hoy?
No hay duda que durante los últimos cuatro años han experimentado una especie de renacer que los posiciona en el espacio público como una fuerza política importante. De la política popular de rebelión de masas a sus coqueteos con la Concertación han pasado 30 años. Este transito se puede entender como el paso de la exclusión y el aislamiento a la inclusión y la negociación; de la no institucionalidad a la institucional; del proyecto unitario al proyecto colectivo; de la izquierda extra parlamentaria a la izquierda parlamentaria; de la no Concertación a la Concertación y de la oposición permanente a La Moneda.
Ha sido, sin duda, un largo camino en el que los comunistas han sufrido en las distintas coyunturas que se fueron sucediendo -desde los ochentas- derrotas en el plano militar, en el político y en el electoral. A mi entender, esas sucesivas derrotas se deben a que los análisis políticos de la coyuntura que hicieron sus dirigentes e intelectuales están dominados por la ideología, él deseo, el dolor y el voluntarismo. Quizás, no estuvieron dispuestos a entrar al juego del pragmatismo y del realismo político; como tampoco, legitimar un orden social, económico y político que consideraban –y consideran- espurio.
De hecho, el propio PC reconoce que no estuvo de acuerdo con el proceso de transición desde el autoritarismo; y que, lentamente se han ido integrando a la institucionalidad política. Diversos son los hitos que marcan esa exclusión; no inscripción en los registros electorales, dudas por el NO y la estrategia que se seguía, exclusión y camino propio.
Las condiciones políticas han cambiado y la necesidad de impulsar reformas sociales y políticas en el país se hacen urgentes. Y con ello, la conformación de una mayoría política y social que no sólo las lidere, sino también que hagan posible que las fuerzas de centro-izquierdas se instalen nuevamente en La Moneda. El PC, por tanto, es una de las fuerzas políticas dispuestas y disponibles para integrar esa nueva mayoría. Es más, en octubre del 2011 la propia Concertación acordó avanzar hacia ese escenario.
Hay que entender que este movimiento se viene desarrollando desde los apoyos –implícitos y explícitos- que le daban a la Concertación en las segundas vueltas presidenciales con Lagos, Bachelet y Frei. Luego, para la municipales del 2008 se acuerda con la Concertación un pacto por omisión que se ratificó para las parlamentarias del 2009. Esta estrategia de institucionalización logró instalar a tres diputados comunistas en el parlamento. Un triunfo político a costa de una derrota electoral.
Este hecho, ha contribuido a fortalecer los acercamientos con la Concertación no sólo porque ambos son oposición, sino también porque han debido realizar el trabajo legislativo en complicidad con todas las fuerzas opositoras. Las distancias se siguen reduciendo cuando nuevamente se re-edita el pacto por omisión en materia de alcaldes y hay unidad opositora en este plano. Sin embargo, a los pocos días de este acuerdo se hace público el acuerdo que los comunistas logran con la izquierda de la Concertación –radicales y PPD– para conformar una lista conjunta en materia de concejales que ha transitado del acuerdo electoral al pacto político.
Este hecho, sin duda, cambió la dinámica política y la correlación de fuerzas internas de la Concertación. Se habló, insistentemente –sobre todo desde la DC– que el pacto de centro-izquierda llegaba a su fin. Sin embargo, los acercamientos han seguido produciéndose. Así, lo grafica el acto unitario para celebrar el triunfo del No, el apoyo de figuras concertacionistas a los candidatos a alcalde del PC, la incorporación –junto a la Izquierda Ciudadana– a la reunión de los lunes que retomaron los partidos de la Concertación y la posibilidad de conocer los resultados de las municipales de manera unitaria.
El pacto con el PPD y los radicales, por tanto, ha ido generando las condiciones para que se constituya de manera definitiva la tan ansiada y comentada unidad opositora. De hecho, el post municipales estará marcado entre otros por la profundización de las negociaciones para ampliar y reformular la Concertación. Sin embargo, en ese camino hay cuatro hitos fundamentales a dilucidar; los resultados municipales, la relación con la DC, la conformación de una lista parlamentaria y el tema presidencial.
Respecto al tema municipal, el PC se conforma con mantener las posiciones que logró en las municipales pasadas. De hecho, cifras preliminares –surgidas de encuestas- muestran que los comunistas no tendrán un avance importante a nivel de alcaldes. Su aporte, a este nivel de la competencia se verá en las cifras que logre la Concertación y su eventual triunfo sobre la derecha. Queda analizar lo que ocurra a nivel de concejales y el contrapeso que se pueda lograr frente al eje PS-DC.
La DC se siente amenazada con la conformación de un “bloque de izquierda”. Su potencial aislamiento y la fuga de su electorado son dos aspectos que le preocupan de manera importante. Las negociaciones al interior de la DC -nueva directiva y junta nacional- y con la DC en el marco del conglomerado serán complejas y decisivas. Todo esto, estará vinculado a lo que ocurra en materia parlamentaria y presidencial.
En el plano parlamentario, la conformación de una lista unitaria y competitiva será de difícil resolución sobre todo porque se dará en el marco del binominal y la demanda por cupos –en una coalición más amplia- es mayor que la oferta. Sin embargo, el uso del mecanismo de primarias puede contribuir a resolver esta tensión. No obstante, en este nuevo escenario la DC necesita y exigirá recompensas. Ya insinúo, en los últimos días su aspiración de llevar candidatos en todos los distritos y circunscripciones. El PC, en el plano parlamentario aspira a subir su representación. Se verá, en los próximos meses cómo se resuelve la tensión interna entre los dos ejes de la post-concertación: PS-DC v/s “bloque de izquierda”.
La negociación por la plantilla parlamentaria no sólo es crucial para la unidad de la coalición, sino también para tener una mayoría legislativa que haga posible impulsar desde el ejecutivo el programa de cambio que el Chile de hoy exige.
La posibilidad de volver a La Moneda es un elemento de tal gravitación que va terminar por facilitar todas las negociaciones. En esa dirección, el PC debe resolver el programa y el abanderado. El primer punto lo tiene relativamente resuelto con el documento programático que firmó junto a los radicales, el PPD y la Izquierda Ciudadana. De hecho, no será complejo consensuar un programa y un proyecto de cambio con la DC y los socialistas ya que –sin considerar la Asamblea Constituyente como medio- hay amplias coincidencias.
El PC, ha repetido que primero el programa y después el apoyo presidencial. En rigor, esta cuestión está casi resuelta. Falta, por tanto, el abanderado: ¿a quién apoyará en la primaria opositora?, ¿Gómez o Bachelet?, ¿formará parte del gobierno de la post-Concertación? son preguntas que debe resolver a corto plazo.
Sin embargo, el largo transito de la Política de Rebelión Popular de Masas a La Moneda con la post-Concertación, implica, que esas preguntas ya han sido resueltas. Es cosa de tiempo. Por ahora, a esperar las municipales del próximo domingo.
Por González Llaguno