Chile requiere cada vez con más urgencia una política nacional para la industria del cobre y los recursos naturales de que dispone. Esta necesidad no estuvo presente en la manera como el Gobierno, a través de Codelco, enfrentó el conflicto existente con la transnacional anglosudafricana Anglo American. El acuerdo alcanzado revela que se trató como una simple operación comercial. Lo dejó absolutamente en claro el presidente del directorio de la principal empresa estatal al afirmar que se logró “un buen acuerdo” porque le permitió “generar” a Codelco la “misma cantidad que esperaba al comienzo”. Por tanto, no se actuó a partir de cómo se aumentaba a lo menos presencia en una zona, en que confluyen Andina y Anglo American Sur, considerada por los máximos ejecutivos de ambas empresas participantes como uno de los recursos cupríferos a explotar en el mundo más importantes. Dado que La Moneda estuvo al tanto constantemente del curso de las deliberaciones su responsabilidad en lo sucedido es determinante. Más aún, cuando se llegó al hecho inaceptable que el Estado no actuara para defender los intereses del país, cuando una empresa extranjera prepotentemente no cumplió con la opción de compra existente. La Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) se pronunció en contra del trato suscrito. Pero, cuando están en juego los intereses del país no es suficiente una declaración de rechazo al acuerdo alcanzado. Desde luego que es un tema de responsabilidad no solo de la FTC, sino de todas las fuerzas existentes en el país que se pronuncian porque existe una política radicalmente diferente con el metal rojo.
Sebastián Piñera, actuando a través del directorio de Codelco, transformó la negativa del consorcio anglosudafricano Anglo American de no aceptar, en una provocación inadmisible, la opción de compra que tenía la empresa estatal chilena por el 49% de los títulos de Anglo American Sur (AAS), en una operación comercial ampliamente beneficiosa para la empresa extranjera. “La CEO de Anglo American PLC, Cynthia Caroll –constató El Mercurio-, bien puede darse por satisfecha por el deal (trato) alcanzado por Codelco (…). La ejecutiva ha sostenido –agregó- que el objetivo de la minera británica en este conflicto es mantener la propiedad de un activo estratégico como Anglo American Sur y darles valor a los accionistas. Logró ambas: con la negociación retiene el control de Los Bronces y, de paso, consiguió vender la participación en esa unidad (el 49%) en unos US$7.000 millones” (23/08/12). A ello debe añadirse que también consiguió reducir significativamente la participación que le correspondía a Codelco, reforzando al mismo tiempo su alianza con la transnacional nipona Mitsubishi, al posibilitarle quedar con el 19,5% de la propiedad accionaria.
La valoración obtenida por Anglo American es muy grande. Se trata de un activo que adquirió hace una década en US$1.350 millones. Constituye otra demostración de las altas rentabilidades que obtienen las grandes mineras cupríferas en el país, sin que exista una política nacional que defienda estas ganancias gigantescas en los porcentajes correspondientes para los chilenos, como vuelve a demostrarse en el acuerdo suscrito por Codelco con Anglo American. El directorio de AAS quedará conformado por tres representantes de Anglo, uno de Codelco y otro de Mitsubishi. La participación porcentual de la estatal chilena en la propiedad es desde luego inferior a la que se habría dado de ejercerse la opción de compra, descartada para posibilitar la negociación.
Este acuerdo fue posible por el papel desempeñado por La Moneda, que aceptó el no cumplimiento de un compromiso –en el fondo concordado con el Estado-, limitándose a dar el visto bueno al directorio de Codelco para que negociase confidencialmente, o sea al margen de la opinión pública, que luego se presenta como inmutable. Se transformó la defensa del patrimonio nacional en una operación comercial entre dos empresas cualesquiera, con el Estado no cumpliendo su papel [1]. Sin embargo, en la cena anual de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Piñera afirmó en su discurso, en negación a los hechos, “cumplimos nuestro deber”. En su intervención explicitó lo que resultaba obvio, la comercialización del patrimonio nacional se hizo con su pleno conocimiento y respaldo. “Como Presidente de Chile (…) -declaró- conocimos y apoyamos la defensa que hizo Codelco desde el primer día. También conocimos y apoyamos el acuerdo (…)” (24/08/12). “Todos los pasos trascendentales le fueron informados al Presidente oportunamente (…)”, manifestó por su parte Thomas Keller, presidente ejecutivo de Codelco.
La transnacional anglosudafricana desconoció un acuerdo contraído con el Estado chileno efectuó maniobras como la venta de un porcentaje accionario a Mitsubishi y durante meses mantuvo una posición extraordinariamente agresiva. De allí lo sorprendente que en su alocución Piñera haya valorado “la voluntad y actitud de dialogo y de acuerdo que mostró Anglo American” (24/08/12).
Las declaraciones efectuadas por altos representantes del Ejecutivo muestran que su preocupación se centró siempre en el resultado financiero a obtener de la operación, no en recuperar recursos pertenecientes al país. “Los beneficios económicos previstos para apoyar la decisión de Codelco de ejercer su derecho de opción de compra en octubre pasado –constató el ministro de Hacienda, Felipe Larraín– se alcanzaron en este acuerdo de manera ampliamente satisfactoria” (24/08/12). “(…) hemos llegado a un muy buen acuerdo –señaló, a su turno, el presidente del directorio de Codelco, Gerardo Jofré, ratificando que el resultado lo mide haciendo exclusivamente un cálculo financiero, efectuado desde antes de negociar-, uno que le permite ganar a Codelco la misma cantidad que esperaba al comienzo (…)”. En cuanto a vender un nuevo porcentaje de AAS a Mitsui destacó. “Es super buen negocio” (27/08/12). Sus expresiones hablan por si solos.
Para Keller, “hemos adquirido el 24,5% de Anglo Sur sin poner ni un peso y eso no tiene precedentes en la minería del mundo, quedándonos con alguna deuda residual que se paga con los dividendos que genera la misma inversión” (26/08/12). Lo que no tiene en cuenta es que en la negociación estaba en juego patrimonio público. No debe tener probablemente “precedentes” que se efectúen tratativas cuando una de las partes es un Estado, que renunció a sus prerrogativas. Para Keller la opción dejó de ser “una elección entre comprar el 49% o llegar a un acuerdo”. Todos los cálculos de “beneficios” para Codelco y el Estado profusamente divulgados se efectúan a partir de esta consideración, válida existente únicamente con un Ejecutivo no actuante.
“Cuando Codelco decidió iniciar acciones legales para exigir que se respetara su opción a adquirir el 49% de Anglo Sur –recordó el expresidente ejecutivo de la empresa estatal, Juan Villarzú-, su presidente ejecutivo, respaldado por el directorio, afirmó que no tenía dudas de que los tribunales les darían la razón; aún más, manifestó que no había nada que temer porque la empresa estaba en una posición de máxima fortaleza. A lo largo del tiempo mantuvo su punto de vista, y cuando el directorio se empezó a abrir a la posibilidad de negociar decidió renunciar. La FTC respaldó el accionar del presidente ejecutivo y se declaró contrario a negociar. ¿Qué sentido –se preguntó Villarzú- tenía entregar algo de los beneficios potenciales si la probabilidad de ganar en los tribunales era muy alta? (26/08/12). Y todo ello con el Estado chileno sin permanentemente utilizar todas las facultades que posee.
Codelco constituyó una sociedad conjunta con Mitsui denominada Acrux, que quedará, según el trato, con el 29,5% de AAS, dado que al 24,5% vendido a Codelco por Anglo American se le adiciona un 5% adquirido a Mitsubishi, del porcentaje accionario que compró dentro de las maniobras realizadas para presentar como inviable la opción de la empresa estatal [2]. En esta sociedad inicialmente Codelco tendrá un 83% y Mitsui un 17%. La asociación persigue se dio a conocer, además, efectuar proyectos conjuntos a futuro, “relativos a la expansión internacional de Codelco, así como oportunidades en el negocio del litio, del molibdeno, sulfatos y otras alianzas comerciales en los negocios de equipamiento e insumos mineros”. Se trata, por tanto, no de proyectos concretos sino de una alianza amplísima, que se puede prever irá desarrollando planes en no pocos casos realizables por Codelco separadamente. De esta manera, nace una empresa con mayoría de Codelco y participación privada, dándose un paso en la dirección de quienes propician su privatización.
Fuera de AngloAmerican el otro gran beneficiado es la japonesa Mitsui, que ofreció el financiamiento para la compra accionaria a realizar por Codelco, participación que jamás debió aceptarse, ya que de requerirse el Estado chileno dispone de recursos, colocados en fondos soberanos fuera del país. Mitsui financió la compra de acciones efectuada por Codelco con un crédito de US$1.860 millones, de los cuales US$160 millones nunca se entregarán, dado que constituyen la comisión pagada al consorcio nipón por tener vigente el préstamo. Al 15 de noviembre, según el compromiso suscrito, Mitsui debe proponer dos mecanismos de refinanciamiento. El primero es un crédito a siete años, con una tasa de interés de Libor más 2,5%. El segundo un préstamo denominado “privilegiado” a veinte años en dólares con una tasa de 3,25% anual, si logra ser subsidiado por el Estado japonés, que normalmente respalda la inserción de las empresas transnacionales niponas en terceros países. Si Codelco opta por esta fórmula Mitsui aumentaría su participación en otro 15,2% de Acrux, lo cual dicho de otra manera significaría que de inmediato incrementaría indirectamente su porcentaje en AAS. El interés del país es otro. Este financiamiento no tuvo nunca justificación, es mucho más rentable para el país utilizar recursos en poder del Estado que cancelar intereses por un crédito financiero, que le da el otorgante acceso a la propiedad de AAS. Sobre todo, se debe rechazar canjear patrimonios públicos por financiamiento.
Para Mitsui lo conseguido se inserta dentro de sus planes de expansión en territorio nacional. Ya posee en la minería cuprífera participación en Los Pelambres, controlado por el grupo Luksic, tiene presencia minoritaria en Collahuasi y junto a Nippon Mining desarrollan el proyecto Caserones. Además participa en el negocio automotor junto a Toyota, posee el 70% de la sociedad productora de fertilizantes Anagra, que en 2009 se fusionó con SQM Comercial, de Julio Ponce Lerou, e ingresó al negocio forestal. Como si fuera poco Codelco le traspasó toda la comercialización del mineral a recibirse de AAS (29,5% del total).
La Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) rechazó el acuerdo y respaldó el voto en contra de su representante en el directorio, Raimundo Espinoza. La FTC se pronunció porque la mejor alternativa era defender la opción de compra del 49%. Es un pronunciamiento sin duda valorable, lo que no se explica es que se realice una vez que el negativo trato se consumase y se aceptase que se fraguase en forma confidencial, lo que restó la participación de los trabajadores en general y de Codelco en particular al debate nacional que se debió haber gestado. El presidente del directorio de Codelco, se apresuró en declarar -consultado por los periodistas si “no temen” que se produzcan movilizaciones de protesta-: “No le vemos sentido a realizar movilizaciones sobre un hecho consumado. El acuerdo está ejecutado, Acrux ya es dueño del 29,5%, esta hecho y no hay vuelta atrás” (24/08/12). Precisamente, el haber efectuado las negociaciones al margen de la opinión pública y presentarlo después como algo sin discusión tuvo este propósito. Desde luego, es responsabilidad de las fuerzas democráticas y el movimiento social haber aceptado que fuese así y particularmente de quienes tenían información sobre el carácter que ellas tenían.
La FTC, al mismo tiempo cuestionó el valor asignado a dos pertenencias mineras entregadas por Anglo American como “compensación”, Los Leones y Profundo Este, que se encuentran al este de Andina, estimado por consultoras externas a Codelco en US$400 millones. La organización sindical puso en duda el monto “ya que no hay información relevante sobre la cantidad y calidad de los recursos”, los que desde luego deben ser estimados por la empresa estatal.
Se ha destacado por Codelco que el convenio produce el mayor ingreso tributario en una operación individual de la historia, al generar US$1.326 millones, tanto por los impuestos generados en las adquisiciones de Mitsubishi y Codelco de participaciones accionarias, como en la efectuada por Mitsui al otro consorcio nipón presente en la operación. De esta manera se busca reforzar la idea de que fue una transacción financiera exitosa, perdiéndose totalmente de vista que el tema fundamental era recuperar participación patrimonial para la empresa estatal. Ahora bien, esos recursos son superiores a los ingresos fiscales que produciría de aprobarse el regresivo proyecto presentado en el Parlamento de reforma tributaria. Estos fondos podrían destinarse a educación, en vez de depositarse en el exterior, como probablemente se tiene previsto hacer.
Igualmente se ha presentado como un hecho valioso la disposición a desarrollar de conjunto iniciativas para explotar las valiosas reservas cupríferas que contiene el distrito El Bronce-Río Blanco, dado que se trata de un mismo yacimiento. Ello le garantiza a Anglo American participar encabezando la explotación de nuevos recursos en la región, incluyendo los proyectos San Enrique Monolito y Los Sulfatos, que se estima poseen reservas de mineral cifradas en 2.100 millones de toneladas. Desde el ángulo de los intereses del país muestra el crimen de lesa patria cometido durante la dictadura al privatizar La Disputada y luego que no se hubiesen aprovechado las posibilidades para recuperar su propiedad que se dieron durante el gobierno de Lagos y luego en la administración Piñera al no cumplirse el compromiso de la opción de compra por Anglo American.
Tanto el presidente ejecutivo de Codelco como el presidente de Cobre de Anglo American, John Mackenzie, calificaron la zona conjunta en donde se ubican AAS y Andina como “la zona minera de cobre más grande del mundo”. Actualmente ambas explotaciones producen más de 600.000 toneladas (Los Bronces unas 400.000 toneladas y Andina 234.000). Sin embargo, al completarse la Fase II de Andina enterarán el millón de toneladas, llegando al nivel de producción alcanzado por Escondida, controlada por la angloaustraliana BHP Billiton. Son magnitudes que cuantifican la gravedad de la operación efectuada.
Por Hugo Fazio
El Ciudadano
[1] Véase, Carta Económica 05/08/12
[2] Véase, Indignación, causales socioeconómicas, Cenda-LOM 2012, págs. 85-91