Aunque algunos científicos han identificado como causas de la llamada Pequeña Edad de Hielo que se registró entre los siglos XVI y XIX en América a la disminución de la actividad solar y al aumento de la actividad volcánica, otros son más osados al atribuir esta era gélida al genocidio contra los pueblos originarios de Ámerica Latina, durante y después de la conquista.
Esta última teoría coincide con otros que investigan la variabilidad del clima a partir de la influencia humana. En este sentido hay quienes sostienen que la despoblación de Eurasia en el siglo XIV durante la peste negra y la disminución resultante en el rendimiento agrícola pudieran haber prolongado la Pequeña Edad de Hielo en Europa.
Lo cierto es que antes de la colonización de América, en 1492, el continente era habitado por más de 60,5 millones de personas, pero un siglo después la población indígena no alcanzaba ni seis millones de habitantes. Esta situación pudo haber incidido en una disminución del clima que ocasionó una pequeña era de hielo, siglos posteriores.
La guerra, el hambre y la enorme cantidad de enfermedades provenientes del Viejo Continente, como la viruela y el cólera, provocaron una masacre sin precedentes en la historia de la humanidad. Además, también se le atribuye un enfriamiento de la atmósfera, entre los siglos XVI y XIX.
Un estudio científico de la University College London reveló que la temperatura promedio del planeta bajó en 0,15 grados centígrados, lo cual deja en evidencia que la raza humana generó el proceso de calentamiento global a partir de la Revolución Industrial.
“Los seres humanos alteraron el clima antes de que comenzara la quema de combustibles fósiles. La quema de combustibles fósiles sólo subió el dial”, dijo el autor principal del estudio, Alexander Koch, señala el portal ABC.
«El rápido descenso de la población provocó que se abandonaran grandes extensiones de vegetación y tierras de cultivo, dando espacio a la naturaleza a repoblar la Tierra, absorber más dióxido de carbono y mantenerlo atrapado en el suelo, eliminando gas de efecto invernadero de la atmósfera y provocando una disminución de la temperatura de la Tierra», dijo el antropóloga brasileño Darcy Ribeiro.
Aunque millones murieron por enfermedades, el exterminio sistemático de los indios fue una operación cuyo objetivo final era apropiarse de las tierras; por ello, en varios momentos de la historia se empleó la violencia física e institucional para despojarlos de sus predios.
Genocidio y cambio climático
Los investigadores, al establecer la población de la América precolombina entre 1492 y 1600, determinaron que el 90 % de la población indígena en las Américas habría muerto.
Estos nuevos cálculos de muertos representaba aproximadamente el 10 % de la población total de la Tierra en ese momento. «Los núcleos de hielo de la Antártida, que datan de finales de los años 1500 y 1600, confirman una disminución en el dióxido de carbono», señala.
«Esa caída de CO2 fue suficiente para bajar las temperaturas globales en 0,15 grados centígrados y contribuir a la enigmática tendencia de enfriamiento global llamada Pequeña Edad de Hielo, durante la cual se expandieron los glaciares», aseguran.
Sin embargo, muchos otros científicos afirman que estas conclusiones son exageradas y que la caída del CO2 en esa época tuvo que darse por causas naturales.
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