Un descubrimiento increíble ilumina los dominios de la ciencia esta semana. La atmósfera exterior de la Tierra se extiende mucho más allá de lo esperado, llegando hasta 630.000 kilómetros, que equivale aproximadamente a 50 veces el diámetro de nuestro planeta. Aunque en esa zona no es posible respirar -porque la atmósfera se vuelve más tenue mientras más nos alejamos de la superficie de la Tierra-, este hallazgo tiene implicaciones importantes para los viajes y las observaciones espaciales.
Los hallazgos fueron publicados en el Journal of Geophysical Research: Space Physics y fueron posibles gracias a décadas de observación desde el Observatorio Solar y Heliosférico de la ESA/NASA (SOHO). Las observaciones se realizaron hace décadas y solo se pueden hacer en ciertas épocas del año.
«La Luna vuela por la atmósfera de la Tierra», dijo en un comunicado el autor principal, Igor Baliukin, del Instituto de Investigación Espacial de Rusia. «No nos dimos cuenta hasta que desempolvamos las observaciones realizadas hace más de dos décadas por la nave espacial SOHO».
Los datos mostraron que, en una distancia significativa, la exosfera de la Tierra es ligeramente más densa que el espacio interplanetario. A la distancia de la Luna, en promedio a 384.000 kilómetros, solo hay 0,2 átomos por centímetro cúbico. A 60.000 kilómetros de la Tierra, todavía hay 70 átomos de hidrógeno por centímetro cúbico y la densidad solo se reduce a menos de 1 átomo por centímetro cúbico a más de cuatro veces esa distancia. A pesar de la baja densidad, el hidrógeno interactúa con la luz solar, en particular los rayos ultravioleta. Esta emisión es lo que permitió a los investigadores estudiar la llamada geocorona.
Este brillo UV, o la presencia de este hidrógeno diluido, no representa una amenaza para los futuros astronautas en misiones alrededor de la Luna, pero se deberá tener en cuenta si se utilizan observatorios cerca de ella. Los astronautas del Apolo 16 usaron el primer telescopio en la Luna en 1972 y, sin saberlo, tomaron la primera foto de la geocorona.
«En ese momento, los astronautas en la superficie lunar no sabían que realmente estaban incrustados en las afueras de la geocorona», explicó Jean-Loup Bertaux, coautor y ex investigador principal de SWAN, el instrumento utilizado por SOHO para detectar La geocorona.
El hallazgo también podría tener consecuencias importantes para la investigación de exoplanetas. El brillo UV del hidrógeno en la exosfera de un planeta sugiere la presencia de vapor de agua cerca de la superficie. Este es el caso de Venus, la Tierra y Marte. Detectar esta firma alrededor de un planeta en otro sistema estelar puede informarnos sobre un posible reservorio de agua en ese lugar.
Fuente: IFLScience