Una ballena jorobada fue hallada muerta en un manglar en la isla brasileña de Marajó, situada en el estado amazónico de Pará (norte), tras supuestamente ser arrastrada por la fuerte marea que azotó la región, confirmó este martes la ONG Instituto Bicho D’Agua.
El cetáceo, de ocho metros de longitud, encalló la semana pasada en medio de un manglar rodeado de árboles de hasta 30 y 40 metros de altura, según explicó a EFE Renata Emin, presidenta del Instituto dedicado a la conservación de marina.
Según la Agencia Española de Noticias, «la cría de ballena se habría perdido y acabó muriendo debido a la dificultad de encontrar alimentos». En cuanto a su ubicación dentro de tierra firme, se atribuye a las crecidas de mareas que llevaron al pesado animal hasta el frondoso manglar, situado a unos 15 metros de la playa.
La isla del archipiélago de Marajó, en plena Amazonía del Brasil, se encuentra situada en la desembocadura del río Amazonas, se caracteriza por tener “macro mareas” que se repiten hasta dos veces por día, con una amplitud de hasta cuatro metros, detallaron los especialistas consultados para explicar la ubicación de la ballena.
A pesar de haber encontrado una explicación lógica de la ubicación del cetáceo, los expertos intentan descubrir cómo el animal fue a parar hasta la costa del estado de Pará, «ya que no entra en la ruta de las poblaciones de ballenas del Atlántico Norte y el Atlántico Sur», explicó la investigadora.
“Es una gran pregunta a ser respondida y para la que esperamos tener una respuesta en breve”, dijo Emin. Sin embargo, biólogos tomaron muestras de ADN con el fin de saber de qué lado del Atlántico procede la ballena e intentar entender por qué razón llegó a orillas de la isla de Marajó.
Alimentación y reproducción
Anualmente, unas 20.000 ballenas jorobadas se desplazan entre julio y noviembre a las aguas templadas y claras del litoral brasileño, concretamente al archipiélago de Abrolhos (nordeste), la mayor cuna reproductiva del Atlántico sur y donde los cetáceos encantan a miles de turistas cada año.
Ballenas azules, rorcuales comunes, ballenas jorobadas, rorcuales norteños, rorcuales aliblancos, cachalotes, calderones, orcas y delfines se concentran cada año en un área de 100.000 km2 en el Golfo de Maine, al noreste del océano Atlántico, en busca de su alimento: los arenques.
Coincidiendo con la época de desove de los arenques, investigadores estadounidenses y noruegos han usado la teledetección acústica de ondas pasivas del océano para, a través del canto de cada especie, poder cartografiar su distribución espacial.
Los científicos han logrado detectar, localizar y clasificar de manera instantánea las vocalizaciones de al menos estas ocho especies de mamíferos marinos.
Los resultados, publicados en Nature, demuestran que los depredadores dividen el banco de peces en zonas de alimentación que se superponen en grados variables y que llegan a ser específicos a cada especie. Estas áreas se mantienen al menos dos semanas durante el período de desove del arenque.
Según los expertos, los niveles de vocalización de los mamíferos marinos estudiados siguen un ciclo de 24 horas. Algunos de estos ciclos son más fuertes de noche, y otros de día. Esto ocurre porque en ciertas zonas la población de arenques es más densa durante la noche, y más dispersa durante el día.
“El rorcual común, la ballena jorobada, la ballena azul y el rorcual aliblanco muestran niveles de vocalización altamente relacionados con las tendencias de densidad del desove de peces durante el ciclo de 24 horas”, recalcan los autores de la investidación.
El trabajo trae a la luz las dinámicas temporales y espaciales de diversas especies de cetáceos que buscan alimento en una de las zonas de mayor importancia ecológica del océano Atlántico. Las conclusiones pretenden ayudar a la gestión de los ecosistemas marinos y mejorar la comprensión de los impactos del hombre sobre estas especies marinas protegidas.
https://www.elciudadano.cl/animal/aparece-ballena-muerta-en-baja-california/01/13/
https://www.elciudadano.cl/medio-ambiente/estudio-dice-que-las-poblaciones-de-algunas-ballenas-no-se-habran-recuperado-de-aqui-al-2100/08/21/