Entre halagos y buenos pronósticos concluyó el primer día de la cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, que se desarrolla en la capital de Vietnam, Hanoi.
Durante la jornada sorprendió el exceso de cordialidad del mandatario estadounidense, aunque todo apunta a que la buena voluntad de Washington está enfocada en «aprovechar» el potencial económico de Pionyang.
Primero los líderes hablaron cara a cara y luego, en una cena de trabajo, continuaron la conversación en presencia del secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, y otros representantes de ambos países, reseñó Sputnik.
Twelve hours ahead of Eastern Standard Time in Hanoi, Vietnam, President @realDonaldTrump is preparing now for his second day of talks with Chairman Kim Jong Un.
An inside look at the Hanoi summit in today's 1600 Daily: https://t.co/A68ueVC88u pic.twitter.com/wavbp8aSyp
— The White House 45 Archived (@WhiteHouse45) February 28, 2019
Una de las perlas que lanzó Trump después del esperado nuevo apretón de manos, es que Corea del Norte tiene «un potencial económico increíble e ilimitado» que su administración «ayudará» a desarrollar.
«Creo que usted tendrá un gran futuro con su país, usted es un gran líder», le dijo a Kim.
Al ser consultado sobre lo que todo el mundo espera que se logre en la reunión, una declaración de paz que haga historia al marcar el fin formal de la Guerra de Corea, Trump solo respondió «Lo veremos».
La segunda tanda de reuniones se desarrollará este jueves 28 de febrero. Se tiene previsto que el mandatario estadounidense ofrezca una rueda de prensa al culminar el encuentro, pero ya adelantó que «serán solucionados muchos problemas».
Great meetings and dinner tonight in Vietnam with Kim Jong Un of North Korea. Very good dialogue. Resuming tomorrow!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) February 27, 2019
Por su parte, el líder de Corea del Norte se mostró menos efusivo y mencionó que llegó a la cumbre en Hanói «pese a los obstáculos provocados por unos restos de desconfianza y falta de entendimiento ya superados».
Con eso se refería a los dimes y diretes que pusieron en una cuerda floja la posibilidad de este segundo encuentro y la continuidad del paso dado en la primera cumbre entre los dos líderes que se llevó a cabo en junio del año pasado en Singapur.
Esa primera vez el líder norcoreano expresó su compromiso con la desnuclearización total de la península, mientras el presidente estadounidense dio garantías de seguridad a Pionyang. El problema es que hasta el momento no hay una ruta clara para empezar a avanzar en ese tema.
Este miércoles, Kim coincidió con Trump en que se lograrán «los estupendos resultados esperados por todos».
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