¿A quién le importa el pueblo venezolano?
México, Uruguay y países de la Comunidad del Caribe presentan propuesta del llamado Mecanismo de Montevideo.
Sería fantástico que las soluciones a los conflictos de los países lograrán solución solamente con buena voluntad, pero observando los procesos históricos, principalmente aquellos de los que hemos sido testigos, me parece que dicha propuesta en ningún caso presenta una solución al problema de Venezuela; esto no pasa únicamente por aplicar políticas internas para superar el «impasse»; el problema es generado por fuerzas externas y claramente tiene relación con el petróleo cuyas reservas son las más grandes del mundo y por supuesto de paso los recursos naturales venezolanos.
Finalmente el tema es ¿quien se queda con todo esto? Lo más probable es que al igual que en el laboratorio neoliberal chileno, donde inclusive el agua fue privatizada, una vez restaurado el orden global imperante (que como estrategia sólo provoca desorden) se entregue al sector privado conocido como el capital financiero (internacional por supuesto) . Una vez zanjado este impasse lo que pase con el pueblo venezolano no tendrá ninguna importancia, se podrán matar, morir de hambre y surgir cientos de bandas, cárteles delincuenciales y narcoterroristas, como ya hemos visto en Irak, Libia, Afganistán, África entera. El supuesto estado de derecho será restaurado a la medida de la voracidad insaciable financiera y el petróleo en manos de las grandes compañías dueñas del planeta. Impecable, golpe con guante blanco, jugada maestra, el mundo entero aplaudirá que el orden haya sido restaurado y el fin de un dictador como Maduro, la derecha se sentirá triunfal, la izquierda no tan izquierda se sumará a los festejos,“la democracia” será repuesta, el ciudadano medio (el que se informa a través de la prensa oficial, incapaz de leer entre líneas) estará satisfecho,los siervos estarán felices, las ovejas quedarán contentas, algunos sentirán que sus oraciones y pedidos han sido escuchados, las izquierdas “progresistas” se sentirán satisfechas y agregarán que por fin los DDHH de todos los venezolanos serán respetados.
¿Cómo sigue la cosa, que respuesta sería la más coherente?
Mucho se ha hablado de esto, a mi modo de ver quien fue absolutamente claro es el pensador latinoamericano Mario Rodríguez Cobo, conocido internacionalmente como Silo (Mendoza, 6 de enero de 1938 – Mendoza, 16 de septiembre de 2010), quien dejó plasmado su pensamiento en su libro “Carta a mis amigos”.
Los países, a través de la presión social de sus organizaciones sociales, políticas, ciudadanas, ocupando herramientas como la movilización, la desobediencia civil, el debate público con y entre los distintos sectores, creando una nueva conciencia, crítica por supuesto, propositiva, creativa, boicotear los efectos de la manipulación, para dar inicio a una nueva forma de relación, atentos a la manipulación del poder que intentará como siempre dirigir la mirada a situaciones secundarias, finalmente la liberación. No será fácil, pues el adormecimiento es grande, se infiltraron, fueron muy inteligentes, sus mejores aliados son los manipulados, la gran mentira penetró con fuerza, el pensamiento único se arraigo, se enquistó como un cáncer y debemos dirigir todos nuestros esfuerzos para erradicarlo.
El problema no está en Venezuela, este es sólo un anécdota, el problema lo genera y está en la gran dictadura del capital financiero, ellos tocan la melodía y el resto solo baila a ese ritmo .