Operaciones desde el Pentágono y organismos de Inteligencia europeos
La ex candidata a la vicepresidencia de ee.uu. pidió que sigan a Julian con la misma prioridad que la persecución a Al Qaeda, y un funcionario canadiense pidió su asesinato. Policías y servicios de Inteligencia de varios países realizan o realizaron operativos en torno del fundador de WikiLeaks. La mujer sueca que lo acusa de violación, trabajó y tuvo vínculos con medios anticomunistas y estadounidenses.
Sarah Palin, ex gobernadora de Alaska y ex candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, pidió en su cuenta de Facebook que el gobierno de Barack Obama persiga a Julian Assange, fundador de WikiLeaks (la página que reveló miles de documentos e informaciones secretas y oficiales de gobiernos, funcionarios, embajadas, etc., que daban cuenta de cruentas operaciones en todo el mundo y de crímenes cometidos en Irak y Afganistán), con la misma prioridad que se persigue a miembros de Al Qaeda. El asesor del primer ministro de Canadá, Tom Flanagan, indicó en una entrevista que Assange debía ser asesinado. En ese mismo tono, Bill O’Reilly, comentarista del consorcio Fox, dijo que el periodista/programador, debía ser ejecutado.
A eso se suman las noticias e informes sobre operaciones en torno de Julian Assange desarrolladas por poderosos organismos de Inteligencia y Seguridad, como Scotland Yard, del Reino Unido, que lleva gastadas 50 mil libras (79 mil dólares) en la vigilancia del periodista en la embajada ecuatoriana donde está asilado; el Servicio de Información de la Policía de Suecia (Sakerhetspolisen) junto a otros organismos policiales de esa nación, que desataron el seguimiento al joven australiano con acusaciones de violación y delitos sexuales contra dos mujeres suecas; el Centro Nacional de Información y entidades de Seguridad de España que vigilan los pasos de Assange sobre todo después que el juez español Baltasar Garzón asumió su defensa; la Policía Federal Australiana que desde los noventa persigue al periodista/programador, concentrándose en supuestos delitos informáticos; el Pentágono de Estados Unidos (con un equipo de unas 120 personas y miles de dólares de presupuesto para este caso) que monitoreó la labor informativa del profesional, trató de interceptar la publicación de documentación y montó operativos de Inteligencia, mediáticos y diplomáticos para desacreditar e incluso neutralizar físicamente a Assange y su página Web, llegando el afectado a tener que pedirle al Presidente estadounidense que “termine la cacería de brujas”; la Interpol, organismo policial que tiene en sus manos las órdenes de detención internacional contra Julian.
Ése es el nivel de acecho y operaciones contra Julian Assange quien, sin duda, puso en jaque a gobiernos y organismos policiales y militares, a mandatarios y funcionarios, embajadas y organismos estatales, revelando en WikiLeaks los documentos que daban cuenta de cómo actúan esos estamentos en el mundo, lo que incluyó conocer crímenes e ilegalidades cometidas por fuerzas militares de Estados Unidos y otros países en Irak y Afganistán.
En varios medios europeos se publicó durante julio y agosto que Assange es vigilado en su lugar de refugio en Londres con sistemas tecnológicos altamente sofisticados que permiten captar el calor de su cuerpo y escuchar sus conversaciones, a parte del seguimiento informático de organismos de Seguridad de varias naciones.
Entidades tan poderosas como las mencionadas están encima de este personaje y por eso tanto él como su madre y el gobierno de Ecuador enfatizaron que corre peligro no solo su libertad, sino su vida.
Hay informaciones, por cierto, de que el periodista/programador habría “colgado” a una Web de intercambio, un archivo cifrado de 1’38 GB con documentos secretos y comprometedores que sólo él puede activar en caso de que le ocurra algo o la amenaza sea inminente.
EL CASO SUECO
En 2012 se inició el proceso en Suecia que ahora lo tiene con orden de arresto y lo obligó a asilarse. Parece un clásico montaje conspirativo (él así lo denunció), en el que aparecen dos mujeres suecas, las cuales habrían sido parejas eventuales del profesional, pero que después hicieron denuncias como que el hombre no usó condón al tener relaciones sexuales.
Cuando se hizo el juicio, la fiscal Maria Häljebo, determinó que no había motivos ni evidencias para la acusación. Pero un extraño trámite en el sistema judicial sueco, posibilitó que la fiscal superior del país, Marianne Ny, determinara que había que juzgar a Assange por delitos sexuales. Anna Ardin acusó de violación al profesional y Sofia Wilen de forzar relaciones sexuales; en las acusaciones se habla de que Assange no quiso o evitó usar preservativo en las relaciones sexuales, pudiendo afectar a las mujeres, algo condenado en Suecia.
Anna Ardin, según una nota de la página web Counter Pounch de Canadá, trabajó en “un grupo mediático vinculado a la CIA”. En el diario cubano Granma se informó que Ardin –quien es periodista- publicó artículos contrarrevolucionarios en la revista Asignaturas Cubanas, de corte anticomunista. Hubo informes de prensa que hablaron de ligas de esta mujer con Las Damas de Blanco, grupo disidente cubano, y de labores comunicacionales con entidades vinculadas a la CIA. En varios portales periodísticos y medios de prensa se indicó que Ardin trabajó para la USAID (la oficina estadounidense de información) y con el disidente cubano Alexis Gainza, en Misceláneas de Cuba.
Defensores de Julian Assange y algunos analistas no descartan que Anna Ardin haya sido parte de una conspiración planificada para, primero, desacreditar al periodista y luego intentar arrestarlo y meterlo en prisión por el delito de violación, desarrollada desde los contactos de la mujer con organismos anticubanos.
EL ARGUMENTO ECUATORIANO
En todo este contexto fue que el canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, justificó la otorgación de asilo a Julian Assange indicando que “existen serios indicios de (…) represalia que puede poner en riesgo su seguridad, integridad, e incluso su vida; que la evidencia jurídica muestra claramente que, de darse una extradición a los Estados Unidos de América, el señor Assange no tendría un juicio justo, podría ser juzgado por tribunales especiales o militares, y no es inverosímil que se le aplique un trato cruel y degradante, y se le condene a cadena perpetua o a la pena capital, con lo cual no serían respetados sus derechos humanos; que si el señor Assange es reducido a prisión preventiva en Suecia (tal y como es costumbre en ese país), se iniciaría una cadena de sucesos que impediría que se tomen medidas de protección ulterior para evitar la posible extradición a un tercer país”.
En definitiva, un gran temor es que colocado en Suecia, Julian Assange primero, sea juzgado en medio de un ambiente de parcialidad y presión hacia las autoridades suecas y, segundo, sea liberado de los cargos pero extraditado a un tercer país, muy probablemente Estados Unidos, para que lo procesen y condenen por todo lo que hizo a través de WikiLeaks.
Este es el nivel de acecho y de persecución de este personaje que reveló información clave de las potencias políticas, militares y de Inteligencia, desnudando cómo se realizan operaciones de desestabilización, infiltraciones, crímenes por parte de militares, articulaciones encubiertas para violar soberanías, etc. Una historia que está en un alto momento de tensión y que tardará en concluir.
Por Hugo Guzmán
Punto de Vista
El Ciudadano Nº132, primera quincena septiembre 2012
Foto de Matt Dunham Source/AP