A Haití lo golpean desastres naturales, entre ellos huracanes y terremotos, pero sobre todo la indiferencia de la comunidad internacional. En medio de la crisis política y económica que atraviesa la nación, los haitianos hacen de todo, literalmente, para sobrevivir.
Este miércoles, la revista alemana Deutsche Welle puso en la mira de la opinión pública una cruel realidad: la de aquellos habitantes del país caribeño que comen arcilla para calmar el hambre.
La mezcla, con sal y grasas naturales, es lo que muchos ingieren para engañar el apetito. Sin esos componentes, también la usan para hacer muñecas, platos, cadenas y jabones.
«Como arcilla porque no tengo forma de comprar un kilo de arroz que cuesta 50 gourdes (unos 60 centavos de dolar) y no los tengo», dijo Monsique Rema, una mujer.
La nación caribeña ocupa el cuarto puesto entre las que enfrentan crisis de déficit de financiamiento para la emergencia sanitaria, de acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) debido a que la mayoría de la población depende de la agricultura expuesta a las catástrofes naturales, reseñó Telesur.
Años entre calamidades
Lo peor es que ésta no es una situación nueva. Ya en 2009, tras varios huracanes de 2008, algunos medios como Público reseñaban el consumo de galletas de arcilla.
«En las inmediaciones de lo que fue la cárcel de Fort Dimanche, donde se encerraba a los presos políticos durante la dictadura de François Duvalier (1964-1971), las mujeres preparan al amanecer una masa con arcilla, aceite y sal. Con esta masa elaboran unas galletas que dejan secar bajo el tórrido sol del Caribe (…) Se comen a cachitos, masticando despacio», refirió ese medio.
En 2016, Silvia Castro y María García, dos enfermeras asturianas residentes en Cantabria que estuvieron en Haití un mes como cooperantes de una ONG, constataron esa realidad. «No es que estén desnutridos, es que se mueren de hambre. Tienen un déficit de minerales tan grande que les lleva a hacer con la tierra y el barro una especie de galletas que secan al sol y luego se comen», relataron a El Mundo.
El riesgo y los daños por el consumo de esta mezcla van desde dolor intestinal, parásitos hasta más desnutrición. Lo irónico es que en este momento varias naciones europeas y Estados Unidas se desviven por ingresar por la fuerza una supuesta «ayuda humanitaria» a Venezuela, pero ninguno se atreve a virar su atención a Puerto Príncipe.
Corrupción y caos
Desde finales de 2018, la crisis política en el país se acentuó con fuertes protestas en las que exigían la renuncia del presidente haitiano, Jovenel Moise, las cuales se retomaron en febrero de este año.
En ese mismo año, el Gobierno decretó la emergencia económica en un intento por hacer frente a la debacle.
Las principales causas de la situación, además de los desastres naturales que han afectado al país, son la devaluación de su moneda (gourde) frente al dólar, una falta de presupuesto que alcanzó, entre octubre y enero, más de 128 millones de dólares, una inflación de dos dígitos y una crisis de electricidad por la falta de gasolina.
Además, se exige una respuesta al Ejecutivo sobre el uso de US$ 3.800 millones de fondos que recibió Haití como parte de Petrocaribe, el organismo de integración que creó el Gobierno del venezolano Hugo Chávez para ofrecer petróleo a precio subsidiado para los países del Caribe, reseñó BBC Mundo.
https://www.elciudadano.cl/latino-america/cidh-reporta-26-muertos-y-77-heridos-durante-protestas-en-haiti/02/25/
https://www.elciudadano.cl/latino-america/haiti-en-emergencia-economica-y-ningun-pais-puja-por-enviar-ayuda-humanitaria/02/12/