Los fabricantes de chocolate de San Carlos de Bariloche, en la Patagonia argentina, asumirán nuevamente el desafío de batir un record mundial al elaborar la barra de chocolate más grande del planeta.
El reto se presenta aún más ambicioso y se espera que quede al descubierto durante la nueva edición de la Fiesta Nacional del Chocolate, que se realizará del 18 al 20 de abril en la ciudad de los eternos picos nevados.
La famosa barra llevará este año dos toneladas de puro chocolate y se utilizarán en su elaboración unos 12.000 huevos, materiales que aportarán las principales empresas locales del rubro, informó la agencia Télam.
La Fiesta del Chocolate comenzó a realizarse en Bariloche a partir del año 2012, tras la crisis que sufrió esta ciudad turística argentina por la caída de cenizas volcánicas.
El evento se ideó para sumar un atractivo a la temporada de Semana Santa y convocar así a miles de viajeros, poniendo como eje una de las actividades productivas más reconocidas de la ciudad: la fabricación de chocolate.
En este rincón de la Patagonia argentina se producen alrededor de 1.000 toneladas anuales de chocolate gracias a la presencia de 20 fábricas de chocolate artesanal. Se estima que el sector genera cerca de 2.000 puestos de trabajo.
La ciudad de bosques milenarios, lagos cristalinos y picos cubiertos de nieve todo el año tiene el chocolate como un símbolo característico, junto con sus montañas nevadas, la cerveza artesanal y el lago Nahuel Huapi que la rodea.
Es por ello que la hermosa urbe ubicada en la provincia de Río Negro, aproximadamente a 1.345 kilómetros al suroeste de Buenos Aires, capital de Argentina, ostenta con orgullo desde 2015 la distinción de “Capital Nacional del Chocolate”.
Es que allí se puede disfrutar de una amplia variedad de productos que se elaboran a partir del cacao, con recetas tradicionales que se transmiten de generación en generación y que se plasman en diversas presentaciones, como tabletas, bombones y en rama.
Autoridades locales estiman que durante el festival superarán el 85% de ocupación hotelera, lo que equivale a unos 30.000 turistas por día.
Según indicaron, más de 60.000 personas recorren diariamente el centro de la localidad en los días en que se ofrece chocolate desde la gran mesa récord.
El festival incluye dentro de su programación múltiples actividades como cata de chocolate a ciegas, paseos por el Museo del Chocolate, distribución gratuita del exquisito producto en las calles principales y experimentos en una jornada bautizada como “Ciencia Chocolatosa”, que se desarrollará en el salón cultural de Moreno y Villegas, en el centro de Bariloche.
Una actividad que ya es tradicional dentro de la programación, es la visita del Conejo de Pascuas en el Centro Cívico de la ciudad, así como los espectáculos diversos dedicados a los niños.
Fernando Nordenstrom, encargado de producción de la fábrica «Chocolates Del Turista», se enorgullece al hablar de la industria chocolatera a la que pertenece.
«Chocolates Del Turista» es propiedad de la familia Secco, cuyos antepasados llegaron a Bariloche provenientes del Tirol italiano, de la región del Veneto.
Cuenta Nordenstrom que esta familia de inmigrantes europeos inauguró el primer local en 1969 en la principal arteria comercial de la ciudad, la calle Mitre, donde continúa con su actividad hasta el día de hoy, relató en entrevista para la agencia Xinhua en español.
Sus comienzos fueron muy esforzados, comenzaron haciendo bandejas de chocolates de forma muy casera y vendiendo a la salida de los cines. Desde ahí fueron creciendo, abrieron el local y luego fueron expandiéndose cada vez, aprovechando la veta muy importante del turismo.
«Ésta es una industria muy importante, el chocolate nos representa en muchísimos lugares. El turista viene a visitar el Cerro Catedral en invierno, o nuestras otras montañas cercanas en verano, y siempre el recuerdo o presente que se lleva para sus familiares es el chocolate. Es algo infaltable, y por eso ha crecido tanto la industria aquí», subrayó Nordenstrom.
En el caso de «Chocolates del Turista», la nota distintiva de sus productos se vincula con las materias primas, traídas desde Brasil, cuna del cacao.
«Compramos el licor de cacao, la manteca de cacao y el polvo de cacao de Brasil. Tenemos nuestra propia receta y la maquinaria adecuada para hacerla. Desde ese cacao elaboramos nuestro chocolate. El resto de los productos, como azúcar, leche y frutas son adquiridos a productores nacionales», detalló el maestro chocolatero.
Ello permite a la firma elaborar de manera artesanal más de 200 variedades, con diversos sabores, formatos y combinaciones.
«Lo nuestro empezó con dos personas y hoy somos 200 empleados. Es una empresa importante, con 200 familias que tienen trabajo desde hace mucho tiempo, y con personal que tiene más de 25 años en la empresa. Ello nos genera un sentido de pertenencia que nos favorece para el trabajo de cada día».
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