Patricio Mery Bell: “Los medios son el más grande partido de derecha”

Eso piensa este periodista chileno, quien considera que existe un segundo Plan Cóndor de desestabilización en todo el mundo donde la derecha ha tomado el poder y las violaciones de derechos humanos han comenzado. La injerencia norteamericana está presente en todo ello.

Patricio Mery Bell: “Los medios son el más grande partido de derecha”

Autor: Pedro Guzmán

Virginia Moreno Molina- THE PRISMA

 

Trabajó como consultor externo durante la campaña de Rafael Correa y estuvo presente en la transición a Lenin Moreno en Ecuador. Ha sido testigo de los cambios que hubo y de los esfuerzos hechos por Alianza País y la Revolución Ciudadana para que Lenin ganara pues parecía que iba a continuar la política ejercida por su antecesor.

Pero la realidad fue completamente distinta y “nadie se imaginó que iba a traicionar un proceso democrático”. Eso dice Patricio Mery Bell quien explica que, por ejemplo, “rompió la Constitución, metió preso al vicepresidente Jorge Glas y volvió a las políticas neoliberales”.

Sobre ello y otros aspectos relacionados trata su documental “La traición cuántica”, el cual ha sido censurado en Ecuador. Patricio está haciendo un tour promocionando la cinta y en su paso por Londres habló con The Prisma sobre la traición de Lenin Moreno, la intromisión de Estados Unidos en Latinoamérica y la izquierda en el continente sudamericano.

Patricio Mery Bell

Patricio Mery Bell

¿Cuál ha sido la repercusión personal que han tenido sus denuncias?

He sufrido persecuciones, amenazas y juicios. Además, estuve con arresto domiciliario casi cuatro meses cuando volví a Chile de Ecuador por hacer una denuncia de violación a los derechos humanos que involucraba a un alto general.

No me gusta hablar mucho de las consecuencias, porque puede generar el desamparo para otros periodistas, y la idea es motivarlos para que hagan buen periodismo. Es una profesión peligrosa dependiendo de los temas, pero se puede hacer de forma segura, colectivamente, con una mirada social, crítica, antisistémica.

Van a haber consecuencias, pero las que he vivido son menores respecto a colegas que han perdido la vida o han estado presos en cárceles.

¿Cómo surgió su acercamiento a la Revolución Ciudadana?

Empezó en 2012 con una investigación en la que denunciamos que la CIA estaba armando un plan de desestabilización e injerencia contra Rafael Correa y la Revolución Ciudadana, utilizando dinero del narcotráfico.

Y aunque el presidente Correa recogió la denuncia y fue noticia, no se creyó tanto. Pero ahora, con una perspectiva histórica, nos quedamos cortos. A partir de lo que ha pasado en Ecuador con la traición de Lenin Moreno y el boicot a la Revolución Ciudadana, nuestra denuncia fue poco realista porque terminó siendo mucho peor.

Entonces, me enamoré del proceso de la Revolución Ciudadana, porque conozco este socialismo que tiene un buen vivir, un componente indígena, moderno, de cuidado del medio ambiente, lo que se denomina un ecosocialismo.

 

Patricio & Rafael Correa

Patricio & Rafael Correa

¿No vio ningún indicio?

Durante la campaña no, pero sabíamos que Lenin Moreno y algunos de sus asesores no eran de fiar. Es más, en el documental Correa me dijo que mucha gente le advirtió de que Lenin podría traicionarle.

El pragmatismo político nos traicionó porque los números en las encuestas le daban una posibilidad a Lenin Moreno y no a Jorge Glas, que era el candidato favorito del correísmo.

El 90% de la Alianza País quería que fuera Lenin, aunque yo prefería que fuese Jorge Glas, éramos minoría.

¿Por qué se ha dado un alzamiento de la derecha en Latinoamérica?

Es en todo el mundo: Macron, el Brexit y la renuncia de los miembros del partido laborista, la crisis de España, Bolsonaro, Macri, Piñera…

Representan una nueva oleada de la derecha y la ultraderecha, donde ya perdieron los tapujos y no les da vergüenza reconocer que son de ultraderecha, o hablar de racismo, xenofobia o incitar al odio.

Y es la derecha la que, aparte de corrupta, ha saqueado nuestros países. Desde la realeza hasta las grandes oligarquías.

Nadie habla la corrupción efectuada por Piñera, Macri, Bolsonaro o Michel Temer. De hecho, Piñera de Chile está siendo investigado en Estados Unidos por uso de información privilegiada. A Lenin Moreno le encuentran 18 millones de dólares en una cuenta offshore y nadie dice nada.

 

¿De dónde viene ese ataque a la izquierda?

Fueron los medios de comunicación que atacaron tanto a los líderes progresistas los que acabaron instalando una post verdad, fake news.

La izquierda no supo enfrentar esa campaña comunicacional brutal con los casos de corrupción.

Pero la corrupción existe en todos los gobiernos, no es de un solo sector político.

Por otra parte, ha habido un desgaste de gobiernos de izquierda en Latinoamérica. Paradójicamente, en el último lugar donde ganó la izquierda fue en Ecuador. Después perdimos en Chile, Argentina y Brasil. El caso más emblemático es Brasil, una comunidad multiétnica, siempre muy respetuosa con las minorías sexuales donde termina ganando un nazi desquiciado mental como Bolsonaro.

Lenin Moreno también es peligroso porque vulneró la Constitución, la votación popular e implantó un modelo neoliberal por el cual la gente no votó.

¿Qué debería hacer la izquierda?

Debe hacer una reflexión muy profunda para saber enfrentar al partido más grande de la derecha: los medios de comunicación.

También se debe reconstruir la izquierda a través del internacionalismo revolucionario de una sociedad demócrata de izquierda, entendiendo que lo que pasa en España, Ecuador o Inglaterra, está ligado.

Y no se trata de combatir al neoliberalismo desde una posición ideológica, sino porque el neoliberalismo va a terminar destruyendo el planeta y consumiendo todos los recursos naturales.

Además, debe crearse una propuesta que llegue a la gente trabajadora de una forma muy cercana. La izquierda tiene que hablar de seguridad ciudadana, de empleo, de limpieza, de los temas del día común. No solo elevar tanto nuestro discurso a una posición casi filosófica, hay que concretar.

Es un buen momento para la izquierda dentro de esta paradoja porque significa reconstruir sobre los valores que le dieron motivos a la izquierda internacional para existir. Hay que coordinarse para trabajar en función de los pueblos y la clase trabajadora.

Photo: Pixabay

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También se habla de un Lawfare…

Prefiero hablar de un segundo Plan Cóndor porque esto es más sofisticado que solo un tema judicial, porque aquí están los medios de comunicación, los jueces que estudiaron en Estados Unidos y los partidos políticos.

Moro es un corrupto en Brasil porque investiga a Lula y luego gana el premio de Ministro de Justicia. Los fiscales que persiguen a Rafael Correa en Ecuador, Diana Salazar y Pérez Reina, fueron los nexos entre el gobierno ecuatoriano y la embajada norteamericana. Eran los asesores en seguridad e inteligencia, Salazar era el contacto con la DEA.

La mano del imperio de la injerencia norteamericana está presente, y no descarto que este plan busque violar los derechos humanos como pasó en Chile con Pinochet, en Argentina con Videla…

Las guerras la planean los ricos, pero la pagan y sufren los pobres.

Este hecho ha generado más líderes partidarios de Trump…

Es el resultado de las malas políticas demócratas de Estados Unidos. No soy fan de Trump, pero tanto Obama como Hilary Clinton declararon guerras, bombardearon países y entre Obama y Trump no hay mucha diferencia en cuanto a su política exterior agresiva.

Mientras Obama trataba de arreglar la situación con Cuba, radicalizaba la situación con Venezuela. Estados Unidos está en una burbuja financiera, un día explotará como pasó con Lehman Brothers y caerá el sistema.

Para tratar de evitar esa ruptura, hacen negocio con la guerra, el narcotráfico y la venta de armas. Buscan conflictos porque es la manera de mantenerse económicamente. La figura de Trump ha dado una ola de neoconservadurismo y de ultraderecha que no guarda las formas, pero también es culpa del partido demócrata norteamericano que no fue capaz de diferenciarse. Obama llegó con la esperanza de hacer la paz en el mundo y terminó bombardeando países, invadiendo Medio Oriente. En cuanto a Hillary Clinton, se ganó el apodo de Killary.

Publicado en The Prisma

 


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