Al Gobierno de Estados Unidos le gusta ser arbitrario, imponer sanciones y denegar visas incluso a personal de la Corte Penal Internacional (CPI). Su postura cambia cuando otra nación decide jugar esas mismas cartas, pero en defensa del derecho internacional.
Esto último fue lo que hizo China cuando esta semana decidió no otorgar una visa al economista Ricardo Hausmann, a quien designó el titular de la Asamblea Nacional venezolana en desacato, Juan Guaidó, como su representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Entonces, la administración Trump armó su berrinche y llegó al extremo de forzar la suspensión de la asamblea anual del organismo, con sede en Washington, que estaba prevista para la próxima semana en la ciudad china de Chengdu.
El conflicto estalló cuando el jueves Carlos Vecchio, figura que el autojuramentado «presidente encargado» de Venezuela designó como representante ante EE. UU., informó a EFE que al encuentro del BID en el país asiático asistiría Hausmann.
Luego, este viernes, Reuters reportó que la Casa Blanca amenazó con, junto a sus aliados regionales, retirar el quórum si se excluía a Hausmann del encuentro.
La administración de Xi Jiping no reconoce a Guaidó como «presidente encargado», mientras que la de Donald Trump lidera el intento de derrocar al presidente reelecto de la nación sudamericana, Nicolás Maduro.
Triunfó un capricho
En un comunicado, el BID anunció la suspensión de la asamblea anual en China por la decisión que tomó ese país y detalló que sus directorios y la Corporación Interamericana de Inversiones (BID Invest) decidieron trasladar la reunión a otro lugar aún por decidir.
En el texto, informaron que «en un plazo de 30 días» presentarán «sus recomendaciones respecto a la sede y fechas» nuevas.
Antes de conocerse esta decisión, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, acusó a China de «minar el avance de la democracia» por negar la visa.
No sorprende que el organismo decida, a solo una semana, suspender una cita tan importante solo para cumplir un capricho, pues Estados Unidos es el principal accionista con un 30 % del capital y del poder de voto.
En este sentido, no extrañó tampoco que el pasado 15 de marzo, los gobernadores del BID reconocieran a Hausmann como representante de Caracas ante el organismo. Hausmann fue designado por Guaidó el pasado 4 de marzo, reseñó EFE.
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