A-Diccionario

Depende y dependerá del modo de expresarse (dicción) el cómo será percibido el enunciante, y colgará del contenido de su mensaje lo gravitante que pueda ser su locución o texto,  quedando en el campo de las emociones que despierte su nivel adictivo


Autor: Sebastian Saá

Depende y dependerá del modo de expresarse (dicción) el cómo será percibido el enunciante, y colgará del contenido de su mensaje lo gravitante que pueda ser su locución o texto,  quedando en el campo de las emociones que despierte su nivel adictivo.
Hay una  definición que habla de un adicto como un ser incapaz de poner en palabras sus contradicciones vitales. Peor aún, hay noticias y hechos que han perdido su peso en la frivolidad,  masificándose para ir dejando de lado aquellas informaciones que tienen real importancia. Otras cuidan demasiado sus letras para  no herir susceptibilidades del poder; hay aquellas que lo enfrentan chocándolo y otras que son capaces de seducirlo.
Estas últimas comunicaciones, sin embargo,  corren todo el tiempo el riesgo del rapto de ideas por parte del poder que sabe recoger para sí  las ideas creativas que triunfan por su racionalidad,  para administrarlas luego según sus tiempos y lógicas de mantener el control sobre los procesos.
Es ahí donde el lenguaje que emerge de las esferas excluidas de los espacios de poder debe ser capaz de tornarse en acción directa sin esperar permiso de quien  se define como autoridad. Es ello lo que podemos definir como acto libertario del ejercicio de la propia vida, la libre asociación de nuestras palabras con la realidad más cercana.
En esta construcción donde  toma parte nuestra responsabilidad como ser social consciente, es en la que está El Ciudadano. Cortando ataduras, abriendo espacios para la libre expresión, invitando a construir un país y un mundo totalmente diferente al que nos ofrece el establishment, un futuro en el que la decisión sobre nuestro hábitat y territorio esté en manos de las personas.
“La política ha estado durante demasiado tiempo muy impermeable a las transformaciones que propone  el paradigma organizacional de la Red, pero finalmente la importancia de la Red ha terminado permeabilizando la política fundando nuevas tendencias a la gobernabilidad de las sociedades”, analiza  José Ignacio Porras, en el texto e-democracia.
En ese contexto, es necesario que en Chile nazcan y se consoliden nuevos espacios para la comunicación independiente, pues aunque el gobierno y los mass media chilenos estén tomando razón de que abrir espacios para la expresión del pueblo es  forma de  atraer visitas a sus portales informativos y mitigar la emergencia de medios como El Ciudadano y tantos otros,  no podemos ni debemos dejar en manos de los mismos de siempre los destinos  de la comunicación del país.
Incorporar la expresión ciudadana a los medios masivos es el nuevo rompecabezas del duopolio, el abrir una válvula de escape al descontento popular, otra artimaña del control social. Una solución que viene dada desde fuera para que la construcción de lo público no emane de las multitudes. Un diseño para que la forma de permear en la política se haga por los mismos cauces de siempre.
El poder generalmente se reestructura para que no cambie nada y así  que gane quien sea para el Bicentenario, poco cambiaría este Chile en que las corporaciones y el avance del monetarismo han violado toda frontera.
Nos da pena ver TV y encontrar a tanto medio supeditado, amargura tanta prensa sin propuestas de algo diferente, malestar  tanto político electoralista y alegría encender el computador para encontrarnos con una red de personas buscando la construcción de un país diferente.
Es en este  espacio de redes donde las relaciones empiezan a alejarse de los campos de batalla por religiones, clubes de fútbol y partidos políticos, vivimos nosotros. En una “arena” en que  la lógica del poder no es el ganar, si no el construir en conjunto para que no existan perdedores, y la oportunidad no esté mediada por el dinero.
Y es que en el  papel moneda, es donde se fijara el destino de la gran mentira y la esclavitud mayor (adicción) de todo pueblo, un lenguaje introducido en nuestra vida cotidiana que se dejó de acuñar para ser impreso cuando el oro,  la plata y el cobre  escaseaban, para que luego  estos terminaran siendo circuitos de las máquinas que contendrían su capital creado de la “nada” electrónicamente.
En momentos que Estados Unidos ha reconocido oficialmente que está en recesión, luego que comenzara la contracción hace un año, en diciembre del 2007, organismos como la FED, EL FMI, el Banco Mundial y la banca ya nada chilena, mucho tendrán que aclarar en durante la remesón financiera que se avecina.
Llegó la hora de que el lenguaje que vive en la red Internet sea traído a la realidad cotidiana,  será entonces  la multitud  la encargada de hacer justicia social rompiendo las cadenas de un Chile adicto al capital transnacional, que se acerca a la fecha consignada como el día del nacimiento de Cristo en un calendario que parece se puede confiar cada vez menos.


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