Floricultores realizan campaña para evitar que tomadores de selfies destruyan sus coloridas plantaciones
La nueva temporada de floración llegó a Holanda a inicios de marzo, cuando las primeras plantas desplegaron su belleza. Pero es en plena primavera cuando se puede observar en su máximo esplendor una de las flores más conocidas de ese país europeo: los tulipanes.
Miles de personas aprovechan esta época para visitar las ciudades de esa nación, así como los jardines que año a año se preparan, para que en cada temporada millones de flores brinden su mejor espectáculo.
Uno de los lugares más visitados es sin duda el Jardín Keukenhof, considerado el más grande del mundo. En sus más de 32 hectáreas florecen hasta siete millones de flores de distintas variedades en cada temporada, indica un informe del portal Forbes México.
La apertura de sus instalaciones es uno de los eventos más esperados cada año. Locales y visitantes tienen un corto tiempo para disfrutar de la belleza natural de las flores y nadie se lo quiere perder.
Contra los tomadores de selfies
El parque se encuentra cerca de la ciudad de Ámsterdam, a sólo 30 minutos en carro. Los boletos para acceder al jardín se adquieren desde su página de internet o en las instalaciones. El lugar empezó recién su temporada el pasado 21 de marzo y continuará abierto hasta el próximo 19 de mayo.
Pero en estos tiempos, Holanda no solo se viste de colorido y belleza con sus millones de flores, los problemas también arriban al país bajo con la gran cantidad de turistas que desean admirar los tulipanes y tomarse una selfie cerca de ellos.
Los floricultores de los grandes campos de tulipanes, manifestaron estar hartos de que los turistas pisoteen las flores para hacerse la tradicional foto de postal. Pancartas, barreras y voluntarios llenan las praderas para frenar el desastre.
Miles de extranjeros visitan Holanda durante los meses de marzo, abril y mayo para aprovechar algún rayo de sol sobre el colorido paisaje de la temporada y ver los tulipanes en pleno esplendor, pero la falta de consideración de algunos turistas hacia las plantas puede causar daños valorados en 10.000 euros a cada agricultor holandés, expresó una nota de la agencia EFE.
«Claro que estamos contentos con la atención y las visitas, nos da mucha publicidad, pero deben respetar nuestro esfuerzo, para que todos podamos disfrutar del resultado», afirmó Simon Pennings, productor de tulipanes en Bollenstreek, oeste de Holanda, donde siembra flores desde hace más de cuarenta años.
Una campaña para proteger las flores
Pennings ha dado un golpe sobre la mesa al ver cómo los turistas pisoteaban sus tulipanes para tener el mejor ángulo para su selfie y ha decidido iniciar una campaña, a la que se han sumado otros productores del país, colocando carteles en inglés en varios lugares del campo en los que se pide precaución bajo el lema: «Disfruta de las flores, respeta nuestro orgullo».
Estas pancartas se sitúan en las barreras de acceso a las parcelas de los bulbos, en una campaña organizada por el sector, organizaciones locales, la red de compañías de cultivo Flower Science y los municipios más concurridos.
El parque Keukenhof, nombre que reciben las 32 hectáreas de campos de tulipanes, significa «Jardín de la cocina» en neerlandés, ocupa terrenos de las localidades de Hillegom y Lisse, y está a tan solo media hora de Ámsterdam, la ciudad turística holandesa más conocida.
La temporada, que dura ocho semanas, exige la contratación de 1.300 trabajadores extras en Keukenhof, solo para cuidar de las plantas, sin contar con los nuevos guías, muchos de ellos, personas mayores que disfrutan dedicando su tiempo a explicar la historia y el proceso de crecimiento de la flor.
Para preservar los tulipanes
Este parque de tulipanes ha reservado este año un espacio para los adictos a los selfies, que tienen así un fondo colorido para su foto, sin destrozar el jardín y los campos colindantes en los posados entre las flores.
Pennings explicó que las hojas dañadas de los tulipanes perjudican el crecimiento del bulbo y, en algunos cultivos, el maltrato de la flor puede contribuir a la propagación de enfermedades de las plantas, con consecuencias a largo plazo.
«Deseamos que todo el mundo disfrute de las flores, pero no queremos tomar la decisión de bloquear el acceso y poner vallas; solo advertir a los turistas de que deben tener cuidado», reiteró.
En una nota, la organización Flower Science indicó que «es un grito de ayuda del sector de los bulbos para proteger las flores de los visitantes más entusiastas. La educación es el núcleo de la campaña. Los turistas serán recibidos de forma hospitalaria y referidos a los lugares donde pueden hacer fotos, para evitar que vaguen por los campos».
Se están reclutando voluntarios para situarlos durante los fines de semana en los puntos más concurridos: recibirán a los turistas, les hablarán sobre el comercio de bulbos, les mostrarán dónde pueden hacerse la foto y les indicarán otros lugares de la región donde disfrutar, con cuidado, del paisaje de tulipanes.
El dinero de los turistas no debe llegar a expensas de los productores. «Llevo décadas cultivando bulbos, y la actitud de los turistas es cada vez peor y menos respetuosa. La gente camina por los campos, saltando de un sitio a otro, causando daños y pisoteando los tulipanes. Hay lugares donde 300 personas circulan al mismo tiempo en un solo campo», advirtió Pennings.
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