En cuanto a los riesgos de asumir la defensa de los más vulnerables reconoce que «no se trata de un problema sudamericano, africano, europeo o estadounidense. Es un problema global apoyado por corporaciones transnacionales con el apoyo de los gobiernos»
El ambientalista de liberiano, Alfred Brownell, galardonado con el Premio Goldman destacó la necesidad de proteger a las comunidades indígenas y de acabar con la deforestación como única vía para la supervivencia humana.
Brownell, aseguró a la agencia de noticias EFE que una de las pocas maneras de acabar con esta espiral de violencia y devastación es, en primer lugar, empoderar y respetar a las comunidades indígenas; y en segundo, impulsar un consumo ético y sostenible en todo el mundo.
«El oxígeno que respiramos es vida (…) y quienes protegen los árboles son los indígenas, por lo que deberíamos trabajar para fortalecer sus iniciativas y liderazgo. Ellos son el futuro, pues son quienes mejor entienden cómo vivir junto a la naturaleza», sentenció.
El «Nobel medioambiental», durante una entrevista con la agencia de noticia EFE, agradeció este premio el cual significa mucho no solo para él, «sino para los indígenas y las comunidades de Liberia que durante décadas y siglos han vivido en esta tierra protegiendo sus bosques»,
Lucha contra de deforestación
Desde su exilio en EEUU, mantiene una lucha empecinada contra la deforestación y los monocultivos que acechan los bosques tropicales de Liberia, país cuyo territorio es 32 % de boscoso.
Gracias a su labor como director de la ONG Green Advocates (GA), este activista emprendió una investigación contra la multinacional Golden Veroleum Liberia (GVL) en la cual demostró que la empresa no producía aceite de palma de forma sostenible, paralizando sus actividades.
Como respuesta a esta denuncia el organismo de certificación global congeló cualquier expansión de GVL , empresa a la que el Gobierno liberiano arrendó 543.600 acres de tierra (unas 220.000 hectáreas).
Brownell evitó así la tala de 513.500 acres (unas 208.000 hectáreas), aproximadamente el 94% de la área boscosa arrendado por el Gobierno, y logró preservar el mayor sumidero de carbono de la región; hábitat de numerosas especies en peligro de extinción como los chimpancés y los hipopótamos pigmeos.
El informe concluyó que esta empresa representa una amenaza para las comunidades indígenas del suroeste de ese país debido a que con su llegada comenzó la destrucción de sus cultivos y sitios sagrados, la contaminación de sus fuentes hídricas, la ausencia de una compensación adecuada y el aniquilamiento de su forma de subsistencia, refiere la agencia EFE.
Amenazas y riesgos
En cuanto a los riesgos de asumir la defensa de los más vulnerables reconoce que «no se trata de un problema sudamericano, africano, europeo o estadounidense. Es un problema global apoyado por corporaciones transnacionales con el apoyo de los gobiernos».
«Y (todo) -insiste- para atacar aquello que nos protege: el bosque, capaz de reducir el impacto del cambio climático; y criminalizar, atacar y asesinar de forma masiva a los propios indígenas que lo han preservado y protegido durante siglos».
Reconoce que aunque los mismos líderes tradicionales conviven con el miedo cotidiano de ser asesinados, ya que, según su cultura, sería un signo de vergüenza y deshonra no entregar la tierra de sus antepasados a sus hijos. Por lo que cada día de lucha se preguntan: «si muero, ¿qué pasará con la tierra?».
«A partir de ahora, cuando corras a un supermercado a comprar un helado o una tableta de chocolate -exige-, no debes olvidar la destrucción que ha causado al otro lado del mundo», y menciona como ejemplo la historia de una lideresa comunitaria indígena «desnudada, arrestada y encarcelada» por la Policía por proteger la tierra de sus ancestros en Liberia.
Compromiso con el ambiente
Brownell señala que la población indígena, calificada a menudo de «salvaje y primitiva», es la única capaz de combatir la desertificación y el avance del cambio climático.
«He convivido los últimos 15 años con gente indígena, y muchos de ellos tienen más experiencia, son más creativos, creen en la tierra y son capaces de crear modelos de negocios y empresas que coexisten con la naturaleza», detalla el galardonado, para quién el progreso de su país debe ir mucho más allá de la minería y el agro-negocio.
«¿Por qué existe tanta desigualdad económica y exclusión? Cuando le arrancas la tierra a alguien , le privas de su acceso físico a ella, pero también de su historia, cultura y medio de vida. Y eso es exactamente lo que ha pasado en Liberia», detalla el ambientalista.
https://www.elciudadano.cl/alimentacion/paraguay-ganaderia-crece-rapido-como-la-deforestacion-y-la-exclavitud/07/12/https://www.elciudadano.cl/medio-ambiente/370-millones-de-indigenas-combaten-deforestacion-y-restauracion-de-los-bosques/07/17/