De acuerdo con un reportaje realizado por el portal Animal Político, más de 2.800 ciudadanos han fallecidos en los últimos 10 años tratando de cruzar el «río Bravo»
Con la meta de lograr «el sueño americano» que grandes medios venden a los pueblos del mundo, miles de familias centroamericanas -en su mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala- abandonan su país de origen para llegar a Estados Unidos en busca de la estabilidad económica, seguridad y el éxito que no lograron en su tierra.
Lamentablemente, no todos los finales son felices, ya que muchos de estos inocentes ciudadanos consiguen la muerte y, en otros casos, se vuelven víctimas de graves violaciones a sus derechos humanos.
En 2019, al menos un centenar de personas ha perdido la vida en la aventura de supervivencia que significa cruzar la frontera estadounidense. El caso más reciente se vivió el jueves 2 de mayo.
Ese día, nueve personas -incluida una familia- viajaban en una balsa a través del «río Bravo» (denominado así en México, mientras que en EE. UU. lo llaman «río Grande») y en el trayecto se voltearon. Un bebé de 10 meses fue arrastrado por la corriente y su cuerpo sin vida fue encontrado luego por las autoridades migratorias.
Asimismo, de acuerdo con fuentes oficiales, cinco días después del naufragio otro menor de siete años de edad y un hombre adulto se encuentran desaparecidos.
Muertes registradas en Estado Unido – frontera México
Los grandes medios reseñan solamente algunos de los muertos que deja esta tragedia. Sin embargo, existe una cantidad de cuerpos sin vida que son encontrados por civiles y no son registrados por la patrulla fronteriza estadounidense.
La realidad es que las muertes no solo se producen al cruzar el mencionado río, sino también a través del desierto y otros que son acorralados por la Guardia Fronteriza y que, para no ser capturados, permanecen días escondidos hasta fallecer por las condiciones atmosféricas.
Datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) revelan que en 2018 el número de muertes registradas en la frontera fue de 376. Mientras, en 2017 la cifra fue de 415 muertos, en 2016 se contabilizaron 401, un año más atrás en 2015 fueron 399 y en 2014 se registraron 306 muertos en ese corredor migratorio.
Un boletín del Centro de Estudios Comparativos de Inmigración, del 28 de febrero de 2019, destaca cómo la política estadounidense no valora la vida de los migrantes, hoy mucho menos con el discurso y las medidas implementadas por el Gobierno de Donald Trump.
Política xenófoba y racista
Desde su campaña presidencial, Trump se caracterizó por expresar su odio hacia los migrantes. Así, al ganar los comicios inició una política migratoria denominada «Tolerancia Cero», en la que, incluso, los ñiños eran separados de sus padres y familiares.
El reporte del Centro de Estudios cita al hoy Presidente cuando se refería a los migrantes como «animales». Igualmente, recuerda que en mayo de 2018 expresó durante una reunión en la Casa Blanca que los migrantes no autorizados eran «menos que humanos»:
«Tenemos personas que vienen al país o intentan entrar, estamos deteniendo a muchos de ellos, pero estamos sacando a la gente de nuestro país. No creerían qué mal están estas personas (…) Éstas no son personas. Éstos son animales ”.
No conforme a ello, el mes siguiente, en junio del año pasado, tuiteó que los inmigrantes ilegales eran una infestación.
Aún con una política endurecida, miles de habitantes de naciones con una actividad económica pobre -Honduras, Guatemala y El Salvador- continúan exponiendo sus vidas y la de sus familiares para alcanzar una «mejor calidad de vida».
Según un reportaje realizado por el portal Animal Político, más de 2.800 mexicanos murieron en los últimos 10 años tratando de cruzar el Rio Bravo.
Ante esta situación, la comunidad internacional no se pronuncia en masa para apoyar a miles de familias y niños que pierden la vida intentando cruzar la frontera entre la nación azteca y EE. UU.
Niños no acompañados detenidos en la frontera suroeste, por país de origen, 2010-2018
De acuerdo con Animal Político, el uso de la fuerza y de armas no letales por funcionarios estadounidenses va en aumento. Esto en referencia a los choques eléctricos y bastones utilizados en el 89 % de los incidentes, un forma de represión que se ha incrementado en 12.14 %, entre 2012 (873 casos) y 2017 (979).
Más de 3.000 kilómetros es el territorio limítrofe que comparten ambas naciones. Se trata de una de las fronteras más dinámica en el mundo, debido a la gran cantidad de personas que transita diariamente por ella.
En esta franja conviven 10 estados: cuatro en suelo estadounidense (California, Arizona, Nuevo México y Texas) y seis de lado mexicano (Baja California, Sonora, Chihuahua, Cohuila, Nuevo León y Tampaulipas)
A lo largo y ancho de la zona fronteriza, Estados Unidos viola los derechos humanos de centenares de personas diariamente, pero organismos internacionales se someten a Washington y se convierten en un brazo de la política criminal de Donald Trump.
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