La empresa farmacéutica, que este año ha aumentado sus recursos significativamente gracias a la compra de la colombiana Lafrancol, y cuyos negocios lideran las operaciones de empresas chilenas en el extranjero, se encuentra ahora en un proceso de negociación colectiva inciado por el primer sindicato de visitadores médicos de Chile.
Ha sido un año activo para el sindicato de visitadores médicos de Recalcine, a un año de su formación. Tras superar los primeros obstáculos debido a la intención inicial de la empresa de no reconocer al gremio ni negociar con él, los dirigentes lograron entablar un diálogo con la gerencia, que hasta ahora ha sido más de tropiezos que de acuerdos materiales.
Según Rafael Guzmán, presidente de la organización, lo anterior se debe a que “la empresa no ha sabido concretar nada con el diálogo, ha buscado atrasar un proceso que podría haberse dado de la mejor forma hace meses, en el que nosotros esperamos pacientemente se cerrará el proceso de la mejor forma, sin resultados”.
En efecto, el proceso de diálogo se abrió hace más de 5 meses, donde el sindicato presentó sus propuestas, y se avanzaba en los diferentes temas. “No sólo fue un proceso lento, sino que además muy extraño. Por ejemplo, cuando se supone que había un acuerdo preliminar, los gerentes se contradijeron y nos bajaron una oferta que estaba en la mesa, de un minuto a otro, y ad portas de llegar a un acuerdo”, afirmó Guzmán, quien además denunció que algunas jefaturas han asustado y presionado a los trabajadores, en claras muestras de prácticas antinsindicales.
El sindicato, que ha ido en alza en el número de sus afiliados, se encuentra ahora en el inicio del proceso de negociación colectiva reglada, y prepara diferentes manifestaciones frente a la empresa, donde –sentencia el presidente del gremio- “entregaremos información para los ciudadanos y haremos ruido para ser escuchados, ya que no lo fuimos cuando estábamos sentados en la mesa con ellos”.
Por Gabriel San Martín