Estas elecciones arrojaron dos grandes características que las grabarán a fuego en la historia política del país: por un lado, la inclusión de cinco millones de nuevos electores con el voto voluntario y, por otro, los casi ocho millones de electores que no votaron. De quienes sí decidieron participar, destaca la postulación de nuevos partidos y coaliciones que entran en escena para reconfigurar las correlaciones de poder, con resultados marginales, pero con proyectos disruptivos del duopolio Concertación-Derecha.
Inevitablemente todos se proclaman ganadores ante los primeros resultados electorales. Sin embargo, el factor abstención en estas elecciones fue una sorpresa para el mundo político y aún quedan análisis que dar, no sólo para los grandes conglomerados tradicionales que vieron muchos de sus objetivos cumplidos –o perdidos, en el caso de la derecha-, sino también para aquellos nuevos que se aventuran, en un primer sondeo de las fuerzas que tienen en este escenario.
Partido Igualdad (PI), Pacto Movimiento Amplio Social y Partido Humanista (MAS-PH) y Partido Progresista (PRO), son tres fuerzas políticas nuevas, con características particulares de construcción y proyectos de poder con distintos énfasis. Electoralmente, el más exitoso fue el Partido Progresista que logró conquistar 10 alcaldías y 46 concejalías. Le siguen el pacto PH-MAS, que obtuvo tres alcaldías y 31 concejales. Y en último lugar, el PI quienes sólo obtuvieron una concejalía.
Por las particularidades de estas elecciones, donde los partidos no presentan candidatos en las 345 comunas de Chile, sino combinaciones de alcalde + concejal, sólo alcalde o sólo concejal, la forma efectiva de evaluar sus votaciones, es mediante los votos universales, es decir, el número total de electorales que los prefirieron y no sólo los electos o los porcentajes.
IGUALDAD: EN LA CALLE Y EN LA PAPELETA
Para Igualdad, herramienta política de los pueblos, como ellos se definen, enfrentar esta elección municipal resultó una experiencia novedosa, ya que están legalizados desde hace poco más de un año, tras haber reunido las 30 mil firmas necesarias para validar su inscripción dentro del esquema institucional actual.
En términos netos, Igualdad presentó 23 candidatos a alcalde, sin ganar ninguna alcaldía, pero obteniendo 36.336 votos, equivalentes -en un ejercicio estandarizante- a 1.579 votos por candidato. En el caso de concejales, 33.361 personas votaron por alguno de los 135 candidatos presentados, equivalente a 247 votos por candidato.
A Lautaro Guanca, presidente del Partido, no le preocupa mucho el nivel de abstencionismo, ya que se mueven en una dualidad que les permite lanzarse al Mapocho con los deudores habitacionales o presentar un libro junto a Gabriel Salazar. “Creemos que tenemos dos victorias, por una parte la abstención generalizada que es el rechazo a esta institucionalidad, a este Estado agotado y vetusto. Y, por otro, una opción política en sectores populares, no sólo en Peñalolén sino en Ñuñoa, en Lo Barnechea, en La Pintana”.
Un caso particular se produjo en Ñuñoa, donde la votación de Matías Mlynarz rompió cualquier pronóstico, al obtener el 8% de los votos, ante un escenario de carrera ganada por parte de Sabat. Para Guanca, “lo que se expresó en Ñuñoa es una acción de desobediencia frente al mal menor. El chantaje político que se ejerce frente a una ciudadanía que quiere ver derrotada a la derecha, no se condice con los llamados de la Concertación y del Partido Comunista a elegir el mal menor”.
PROGRESISTAS CON ANSIAS PRESIDENCIALES
El caso de los progresistas ha sido visto con desdén de parte de los políticos tradicionales por su nivel de adhesión, coronada con la victoria de Salvador Urrutia en Arica y recientemente fichado por la tienda de ME-O, el primer candidato presidencial proclamado.
De hecho, esta decisión hecha con bombos y platillos en el Teatro Caupolicán el pasado 4 de octubre fue una apuesta arriesgada, ya que los resultados de estas municipales podrían haberle jugado una mala pasada, según algunos analistas. No obstante, su estrategia dio resultado y junto con candidato a La Moneda, el PRO se presenta con 10 alcaldes y 46 concejalías que les dan una base política de apoyo considerable, tomando en cuenta a Calama, que ha dado mucho que hablar a través de su alcalde Esteban Velázquez y la exigencia de asignación de recursos preferenciales de los ingresos del cobre a la comuna.
En términos netos, los progresistas presentaron 77 candidatos a alcalde, ganando 10, con 155.694 votos, equivalentes a 2.025 personas que, en promedio, optaron por cada uno de ellos. En el caso de los concejales, 184.830 personas votaron por alguno de los 960 candidatos presentados, equivalente a 193 votos por candidato.
El PRO y Marco Enríquez-Ominami han explotado la idea de novedad y frescura de un partido nuevo, presentándose como alternativa electoral al duopolio Concertación-Derecha, mediante un discurso con énfasis en el cambio de las reglas. “Somos alternativa de cambio en aquellas comunas donde creemos que tenemos los mejores, pues nosotros a diferencia de la Concertación, no andamos calculando, a diferencia de la Alianza, no andamos utilizando los territorios”, expresó Enríquez-Ominami.
MAS (O MENOS) HUMANOS
A la luz de los números, el pacto electoral que llevaron adelante Humanistas y el MAS, reafirmó sus posiciones regionales, considerando que el partido liderado por el ex PS, Alejandro Navarro, enfrentó su primera elección municipal y el PH va en otra alianza, luego de la disolución del Juntos Podemos. No obstante, en votación por partidos subieron su votación de 0,29% a 0,62%.
En cifras, el pacto logró elegir a tres alcaldes, perdiendo Lota y Los Álamos, pero conservando Vallenar y Yumbel. En la votación de alcaldes, sumaron 82.666 votos entre los 54 candidatos que presentaron, lo que representa 1.530 votos por cada uno. En tanto, en concejales, 125.215 personas votaron por uno de 671 candidatos, representando 187 votos por cada uno en promedio.
A un año de las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias, estos resultados electorales que representan sólo el 40% del universo, dejan abiertas las posibilidades de construcción para las diferentes apuestas que van a las elecciones, en cuanto a pactos posibles y oportunidades de manejo de estas cifras que, por marginales que sean, son expresiones de participación activa, autónoma y que tienen correlato en la organización social.
Por Leonel Retamal Muñoz
El Ciudadano Nº135, primera quincena noviembre 2012