El turismo sanitario se ha traducido en una importante vía de ingresos para Turquía
Desde hace unos cinco años, Turquía es el país del mundo donde se realizan más injertos capilares.
Gracias al dinamismo privado, las buenas infraestructuras y al apoyo del Gobierno turco, la industria del injerto capilar ha llegado a quintuplicar su tamaño en ese país.
Según las estadísticas oficiales, cada año llegan a Turquía alrededor de 250.000 personas procedentes de todo el mundo para someterse a una cirugía de trasplante capilar.
Sólo en Estambul se han realizado cirugías en más de 300 centros médicos, lo que garantiza una experiencia considerable, señala una nota del diario La Vanguardia.
José Antonio Trejo, director de una agencia española de turismo que ofrece paquetes para tratar la alopecia en Estambul, comentó que “Turquía ha hecho del turismo sanitario una importante vía de ingresos para el país”
De hecho, agregó, la explicación de por qué allí es más barato hacerse estos trasplantes es que está subvencionado por el Estado, al igual que pasa con otros tipos de servicios médicos.
“Uno de cada tres pacientes de trasplante de pelo es mujer”, reveló Djulietta Mahamatjan Kyzy, propietaria de la agencia de turismo médico DeConsilior.
Una de las pacientes fue una holandesa que quería aumentar la densidad de su cabello, como sucede con muchas. También se encuentran las que van a implantarse cejas y pestañas.
En el caso de los hombres se realizan implantes de barba, muy solicitados para cubrir claros o mejorar las líneas.
Se trata, en cualquier caso, de autotrasplantes, en los que el paciente es a la vez donante y receptor. En los hombres, el área donante es casi siempre su cuello y mentón, de los que extraen, uno a uno, hasta cuatro mil folículos, con uno o más cabellos, para cubrir la coronilla y las entradas.
Estas son meticulosamente punteadas de incisiones, en las que luego se injertan otros tantos folículos, con el método FUE. En cambio, mediante la más avanzada técnica de Implante Directo de Pelo (DHI, en inglés), la incisión y el injerto se hacen simultáneamente con una jeringa.
En la peatonal y céntrica avenida Istiklal, la circulación de pelones aureolados es constante y deja a su paso miradas de pasmo y sonrisas cómplices. Aunque su número aumenta tan deprisa que pronto será la mejor manera de pasar desapercibido en Estambul –por lo menos la de postal, ya que casi todos los paquetes incluyen, además de hoteles de cuatro o cinco estrellas, visitas guiadas a Santa Sofía y otros lugares turísticos.